UniVerso: El Periódico de los Universitarios

que debe adaptarse al periodo histórico que está viviendo y a la vez ser sostenible”. Síntesis de las palabras de Paolo Ceccarelli (en una conferencia dentro del Aula de Debate), urbanista renombrado en Italia y el resto de Europa, de un gran conocimiento de la parte humana del urbanismo, un impresionante instinto creador y una gran sencillez.

Y así, me puse a pensar que gran parte de nosotros hemos visto a la ciudad únicamente como el ámbito en el que desarrollamos nuestras actividades, pero no hemos tomado conciencia de que somos parte de ella, que nosotros, la sociedad, somos ciudad, la creamos o la llevamos al caos.

Como sociedad, al crear núcleos segregados, al marginar, al hacer evidentes las diferencias entre ricos y pobres, al ser intolerantes, también estamos haciendo lo mismo físicamente en la ciudad, y entonces ésta comienza a deteriorarse, a funcionar mal, a colapsarse. Desde el momento en que nos pasamos o no una luz roja, contaminamos o no nuestro medio, infringimos o acatamos la ley, al construir de acuerdo a las normas, estamos haciendo ciudad, o estamos destruyéndola. Esas clases de civismo que nuestros padres tomaban, tal vez como concepto, sean lo que más se acerque a la definición del papel que los ciudadanos tenemos en la ciudad, a nuestra responsabilidad para conservar su pasado, retroalimentarla con los avances del presente y cuidarla y mantenerla para los nietos de nuestros hijos.

De hecho, el trabajo del urbanista sólo es el inicio de un proceso largo y continuo, en el que si consideramos a Civitas, Polis y Urbs podemos hacer que nuestras ciudades sean cada vez mejores, y que nos den lo que nosotros hemos sembrado en ellas.

* Estudiante del Master en Proyectación Urbanística en la Universidad Politécnica de Cataluña.