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¿Chironja,
jagua, maluco,
biribá o lúcumo para desayunar?
Rafael Mario Islas Ojeda |
Quien
conozca la chironja, la acerola o la mandaronja, o esté familiarizado
con la jagua o maluco, el cóloc o litchi, el lúcumo,
la guaya o el babaco, puede presumir de ser un conocedor de frutos
exóticos tropicales, pero si además puede hablar del
tamarilo: tomate de árbol o berenjena; la feijoa, la biribá,
la jaboticaba y el cupuassu de Brasil, nuestra conocida chirimoya
o el ya popular maracuyá, entonces con seguridad es un experto
en frutas tropicales nativas o exóticas. Todos
estos frutos y otros más son objeto de la publicación
Frutales para México, contribuciones del Caribe y Sudamérica,
editado por la uam y compilado por los doctores Juan Guillermo Cruz
Castillo –del Centro Regional Oriente de la Universidad Autónoma
de Chapingo en Huatusco, y Pablo Alberto Torres Lima, de la UAM-Xochimilco,
quienes hacen la introducción y colaboran en varios capítulos.
La importancia de esta publicación radica en la creciente
importancia del mercado nacional e internacional de frutos exóticos
y la oportunidad que representa para México de diversificar
su producción aprovechando sus variados microclimas tropicales
y subtropicales.
También podría contribuir a la sustentabilidad de
nuestros agro ecosistemas y de paso se busca el beneficio económico
a través de la exportación a los mercados de Estados
Unidos, Canadá y Europa, en momentos en que la viabilidad
del agro mexicano requiere de nuevas opciones para subsistir. |
La
publicación mencionada es un trabajo colectivo que contiene
las aportaciones de profesores e investigadores de universidades e
instituciones de México, el Caribe y Sudamérica, representados
por Brasil, Puerto Rico, Venezuela, Chile, Bolivia y Colombia.
Entre todos los autores de sus 31 capítulos se encuentra la
contribución de 11 profesores e investigadores de la Universidad
Veracruzana: Araceli
Montiel Flores y Mario F. Herrera Tenorio, de la Facultad de Ciencias
Biológicas y Agropecuarias de la uv, en Peñuela, quienes
hablan del cóloc (en colaboración con Gonzalo Calderón
Ribero, de Colombia) y la guaya. Rubén Mandujano Barrios, de
la Facultad de Ciencias Agrícolas en Xalapa, habla sobre la
papaya de montaña, mientras que Felipe Arturo Alba Pazos colabora
con J. G. Cruz Castillo y P. A. Torres Lima, en el apartado sobre
la chironja.
En la tercera parte del libro dedicada a la agro-ecología,
fitosanidad; biotecnología y otras consideraciones en el cultivo
de los nuevos frutales, Verónica Domínguez Martínez,
del Instituto de Salud Pública de la UV, describe las aportaciones
de la Biología molecular al estudio de los frutales.
El capítulo sobre las frutas y sus propiedades farmacológicas
en la salud humana, es un trabajo colectivo de Rocío Coutiño,
Enrique Colar, Mirna Pérez, Ángeles Sámano, Juan
Fernández y Héctor Giles, del Instituto de Salud Pública
y la Facultad de Informática y Estadística.
Sin pretender ser un tratado exhaustivo sobre el tema, la publicación
representa una valiosa contribución recomendada para la consulta
de estudiantes, profesionales e investigadores interesados en el tema,
así como una motivación para profundizar en el estudio
y experimentación de estos frutales y otros más que
pueden enriquecer esta área del conocimiento. (rislas@uv.mx) |
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