Año 3 • No. 91 • febrero 10 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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La OSX reitera su calidad artística en Veracruz
Roberto Benítez Contreras
Veracruz, Ver.- Tres autores, tres corrientes distintas y una misma época en torno de la Segunda Guerra Mundial, según lo explicó Carlos Miguel Prieto ante los asistentes reunidos en el interior del remozado Teatro Clavijero de Veracruz. De primera instancia, podría suponerse que se trataba de un programa demasiado “ecléctico” para el carácter del público jarocho. Y, para colmo, en una tarde de sábado que podría antojarse más para el jolgorio de fin de semana que para una velada sinfónica.

La entrada al recinto no fue todo lo nutrida que se esperaba, esa tarde del 1 de febrero, pero los escasos asistentes tuvieron la oportunidad de escuchar el desempeño de una Orquesta
Sinfónica de Xalapa que atraviesa, sin duda alguna, por excelente momento, el concepto acerado de Inna Nassidze en el estreno nacional del Concierto para violonchelo y orquesta de Samuel Barber y, por añadidura, el sorprendente repaso del titular de la OSX, Carlos Miguel Prieto, a una de las máximas creaciones sinfónicas del siglo XX: la Quinta sinfonía de Shostakovich.

Programa aparentemente difícil para todos –público y músicos– que se volvió sorprendentemente digerible gracias a aquella extraña cualidad, tan propia del arte musical cuando es adecuadamente interpretado. Ante un buen desempeño, no existe música compleja ni música ligera; simplemente arte bien presentado ante un auditorio receptivo.

Después de una lucidora “Sinfonía india” de Carlos Chávez y del desempeño sorprendentemente maduro de Inna Nassidze en el Concierto de Barber, Carlos Miguel Prieto mostró un elogiable aplomo ante una obra tan demandante y delicada en sus contornos como la Quinta sinfonía del maestro soviético. Y, por otra parte, causó sorpresa su ejecución sin el apoyo de la partitura, echando mano de una memoria que le permite absorber y asimilar una sinfonía como la citada. Todo, desde el oscuro inicio hasta el bombástico final de la Quinta sinfonía, resultó en la manifestación indudable de un profundo conocimiento de esa obra, ubicada sin lugar a dudas como la máxima creación musical surgida en los difíciles tiempos del stalinismo.

Fue la época en que las ideas estéticas bien podían pasar a convertirse fácilmente en delitos políticos y cuando los artistas eran anatematizados sistemáticamente por un sistema encabezado por sabuesos políticos dispuestos a condenar todo aquello que eran incapaces de comprender.

Inna Nassidze ha demostrado a plenitud que está preparada para abordar compromisos de gran envergadura y que todo lo bueno que se ha mencionado de ella se queda corto ante sus posibilidades evidentes. Su trabajo en el Concierto para violonchelo de Barber resultó en una experiencia aleccionadora, que ha contribuido enormemente al aprecio de esta, una de las partituras menos difundidas del compositor norteamericano.

Es de destacarse la labor de la asociación civil Fomento Cultural de Veracruz que, con la participación del ayuntamiento local y de la propia uv, hace posible esta serie de incursiones de la orquesta sinfónica más antigua del país hacia el histórico puerto y en uno de los teatros de más tradición, como es el Teatro Francisco Javier Clavijero, recientemente remodelado y acondicionado para albergar acontecimientos culturales de grandes alcances. El siguiente concierto en Veracruz habrá de efectuarse el próximo jueves 13 de febrero, con obras de Richard Wagner, Johannes Brahms y Manuel de Falla. Es de esperarse que resulte en otro acierto más.