que
a través del arte brindan una lección sobre las
múltiples posibilidades de la vida.
Las
fotografías que conforman la exposición Trópicos
son miradas que avanzan de abajo hacia arriba respondiendo a la
necesidad de su creadora por volver al origen, desde la dimensión
proporcionada por la composición áurea recobrada
por el arte clásico, hasta la búsqueda de colores
primarios que descompone con
base en el fluir de sus intuiciones.
Así, la luz permite a nuestra creadora entregar imágenes
concebidas por la excitación que implica ir al infinito,
gracias a la acción de un lente que funciona como prolongación
de su mirada. También es a partir de la luz que Estela
Jara reconstruye su propia naturaleza, en un ejercicio de interiorización
por el que exhibe cómo la luz funciona como revelación
de nuestra propia existencia.
Dice María Zambrano: “El árbol, la planta,
viven su sueño dentro, no sólo de la tierra donde
hunden sus raíces, sino del espacio todo, de la bóveda
del cielo”. Eso es lo que Estela Jara consigue con su fotografía:
nos invita a participar de la intimidad de la naturaleza, mientras
despertamos frente a la sensualidad de su capacidad evocadora,
que al hacer cómplice a la luz murmura epifanías.