Año 3 • No. 91 • febrero 10 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Reg. Coatzacoalcos-
 Minatitlán

 Reg. Veracruz-Boca
 del  Río

 Reg. Córdoba-Orizaba
 
 
Foro Académico

 
Arte Universitario  

 
Observatorio
 de la Ciencia

 Halcones al Vuelo

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
Entender a las ciudades fronterizas
Alma Espinosa Arroyo
Las ciudades localizadas en la frontera son un fenómeno relativamente nuevo, pues la relación que se había tenido sobre el desarrollo de las urbes era en sitios territoriales muy definidos, y ahora se rebasan los límites nacionales para generar nuevos entes urbanos.

Durante el ciclo de conferencias que se realiza en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana en Xalapa,
Fernando Winfield Reyes dio lectura a ponencia “Las ciudades de frontera”, de Gabriela Ortiz Hernández.

Para el estado de Veracruz, aunque no tiene ciudades en esta condición, resulta interesante saber qué pasa en tal materia porque involucra nuevos modos para aproximarse a problemas de carácter binacional. Ello implica la complejidad de vincular políticas norteamericanas y mexicanas.
La arquitectura en Norteamérica retoma valores
de la identidad mexicana, y en nuestra frontera se
trata de reproducir modelos de alta tecnología del
país vecino: Winfield
Se trata de un fenómeno que ha recibido la atención de expertos en políticas públicas y en áreas de tipo social y antropológicas. Las expresiones arquitectónicas en los límites de México y Estados Unidos llaman la curiosidad porque físicamente son muy fuertes, pero a veces simbólicamente también configuran dos mundos que coexisten y tienen manifestaciones totalmente diferentes.

“La propia arquitectura en Norteamérica pareciera que trata de retomar los valores de una cierta identidad mexicana, y lo que se hace en nuestra frontera pareciera que trata de reproducir los modelos de la alta tecnología del país vecino”, asentó Fernando Winfield, al exponer el caso que existe a lo largo de la frontera de México y Estados Unidos, llamada Laredo-Nuevo Laredo.

Destacó que este es un fenómeno interesante porque inicialmente son centros urbanos que emergen como una fundación colonial. Posteriormente hay ciertas dinámicas históricas, sobre todo a partir de la guerra de 1848, en que se funda la parte norteamericana y se genera una frontera.

A partir de la década de los cuarenta, como resultado de un proceso de urbanización, la población mexicana empieza a dispararse y, por ende, es mayoritariamente más importante que la población de las contrapartes norteamericanas. Además de ser un fenómeno territorial de relevancia, la parte social tiene un impacto en ambas partes de la frontera.

También llama la atención que, aunque físicamente ambas partes están muy cercanas, las expresiones formales y los modos en que culturalmente se construyen los espacios son diferentes. Después de la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos se presentó la extensión de las infraestructuras y un desarrollo asociado a las grandes autopistas. En el caso de México no se da necesariamente esto así. El ordenamiento urbano tiende a ser más disperso, a diferencia del plan de rectores que se daba al otro lado de la frontera.

A decir de Winfield Reyes, esto es un fenómeno potencial muy reciente y se ha estudiado bajo muchas perspectivas. Lo importante reside en mostrar los proyectos sobre cómo se trata de relacionar la nueva condición de urbanizar un territorio donde hay una frontera y empieza a haber procesos de conurbación muy fuerte.

“Creo que ahora más que nunca temas como la arquitectura, la ciudad y el urbanismo no son problemas que caigan estrictamente en una disciplina, sino que tienen que ser aproximados desde un conjunto de perspectivas”.