
Carlos
Roberto Cerdán Cabrera. |
Casi
la mitad de los arbolitos que se siembran para reforestación
no sobreviven al transplante que los lleva del vivero al campo,
pues están acostumbrados a condiciones de humedad controladas
y a suelos nutridos que no encuentran en las zonas erosionadas;
es por eso que Carlos Roberto Cerdán Cabrera, alumno de la
Facultad de Agronomía de la UV, ha desarrollado un proyecto
que permitirá reducir la mortalidad de los arbolitos de cedro,
además de protegerlos de patógenos.
Se trata de una técnica de inoculación con un tipo
de bacterias llamadas rizobacterias, promotoras del crecimiento
vegetal. Las bacterias se aíslan primero de las mismas raíces
del cedro, se purifican y se propagan |
hasta
lograr la simiente requerida. “Con la inoculación de
estas bacterias en las plántulas aumenta su índice
de sobrevivencia”, aseguró Roberto, quien cursa el
sexto semestre en la Facultad de Agronomía.
La
propagación de bacterias –que implica un complejo trabajo
de laboratorio– la lleva a cabo en la Facultad de Agronomía,
pero cuando ésta esté lista, la inoculación
tendrá lugar en el vivero del rancho “La Bandera”
de la Facultad de Agronomía, localizado en el municipio de
Actopan, Veracruz.
Al imaginar los alcances de su proyecto, Roberto Cerdán no
se limita, de hecho aseguró que de tener apoyo económico
de instituciones comprometidas con el desarrollo forestal, contactos
de vinculación con plantadores forestales, y materiales y
reactivos para laboratorio, esta técnica podría convertirse
en el aliado más para la reforestación.
El plan, según explicó Roberto Cerdán, es transferir
esta tecnología y sus beneficios tanto a las instituciones
relacionadas con el quehacer forestal como a los grupos de plantadores:
“El problema con ellos es que a la hora de reforestar se desaniman
mucho cuando ven que los árboles se mueren, yo creo que las
semillas inoculadas pueden ayudar a resolver este inconveniente”.
Comentó que el porcentaje de mortalidad en las plantaciones
forestales depende mucho de la especie y la zona donde se pretenda
plantar, por eso es que su proyecto se remite específicamente
al cedro, y a las necesidades locales, ya que según dijo,
los planteamientos de la agroecología que fundamentaron su
proyecto van de lo particular a lo general.
El trabajo fue planteado mientras estudiaba el Curso Internacional
de Agoecología, que se impartió totalmente por Internet,
a finales del año pasado, gracias al apoyo de la Universidad
de California, Berkeley, en el marco de un convenio con nuestro
país, destinó 40 mil dólares para este ambicioso
proyecto en el que participaron como instituciones piloto el Instituto
de Ecología ac, la Universidad Autónoma de Yucatán,
la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, el Programa
de Acción Forestal Tropical, A,C., y por supuesto la Universidad
Veracruzana.
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