Año 3 • No. 94 • marzo 10 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Región  Córdoba- Orizaba

 Región
 Poza Rica-  Tuxpan

 
 Observatorio
 de la Ciencia

 
 Arte Universitario

 Halcones al Vuelo

 Date Vuelo

 Internautas

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
Finaliza, la Muestra Internacional de Cine
Roberto Ortiz Escobar
México, DF.- Como su penúltima cinta (Juha, 1998), el cineasta finlandés Aki Kaurismäki demuestra en Un hombre sin pasado (Mies Vailla Menneisyytta, Finlandia-Alemania-Francia, 2002) su profundo amor al cine y el respeto que guarda por sus personajes.

Aunque en un principio deseaba ser un escritor como Kafka y Dostoievski (de este último adaptó Crimen y castigo y no quedó muy satisfecho), su fervor cinematográfico lo condujo de manera natural a la dirección fílmica: “en los años setenta yo era muy cinéfilo, sabía con tres meses de anticipación qué iban a dar en cada cine club de

Helsinki. Anotaba todo en mi agenda y veía seis filmes por día. Tenía un auto deportivo y me iba al interior para ver alguna película determinada (...) me decidí a hacerme director durante una función de doble programa de Nanook el esquimal y La edad de oro en un cine club de provincia”.

El guión de Kaurismäki de Un hombre sin pasado nos describe una anécdota sencilla: al quedarse dormido en una banca después de bajar del tren, un hombre es asaltado, recibiendo tal paliza que al salir del hospital no conoce su identidad pues ha perdido sus recuerdos.

El tema de la memoria olvidada es el pretexto para exponer con serena agudeza la situación marginal de una serie de personajes y cómo la fraternidad solidaria permite a un desmemoriado partir de cero y entender que la vida depara otros asideros, inclusive en el terreno amoroso. La desconexión con su biografía pasada se asemeja a una muerte benéfica que otorga un
renacimiento de alcances inciertos pero alentadores.

La austera puesta en escena plantea una escenografía de interiores con tonos fuertes y planos fijos que refuerzan el tono narrativo teatral. En cuanto a la representación, ésta deja un agradable sabor al espectador pues los actores parecen recitar algunos diálogos en tono desenfadado y humorístico; de ahí la inexpresividad que paradójicamente registra una dramatización teatralizada despojada del rictus acartonado. Cine de acercamiento intimista a personajes que en su instancia mínima cotidiana comparten su dignidad y calidez amorosa.
Esta fábula de narración impasible da como resultado una obra maestra del director finlandés más conocido en México. Mejor colofón no podría tener la XL Muestra Internacional de Cine organizada en Xalapa nuevamente por la Universidad Veracruzana, DIF-estatal y la Cineteca Nacional.