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De la tierra húmeda
Fernando de la Luz
Universidad Veracruzana
Col. Biblioteca Veracruzana, Xalapa, 2008
Celia Álvarez
El vehemente deseo de plasmar en un libro “la cotidianidad de una región hecha pueblo y de un pueblo convertido en región” fue lo que motivó al poeta y narrador veracruzano Fernando de la Luz a escribir los 16 relatos que integran De la Tierra húmeda, que en su segunda edición ha sacado a luz la Universidad Veracruzana como parte de la colección Biblioteca Veracruzana.
“Todavía no sé, bien a bien, cuáles son las lindes de la Tierra Húmeda: Puebla, Veracruz, no sé si Tlaxcala… No me queda claro, ¿hay más de una tierra húmeda? En realidad, importa más bien poco… Lo que sí sé es que hay una Tierra Húmeda que es de Fernando, sólo suya, aunque la habiten gentes diversas y entrañables. Una Tierra Húmeda que es mucho más que un lugar; es, por supuesto, un paisaje literario, un lugar mítico, primigenio. Y de esa Tierra Húmeda tan propia de Fernando, Altotonga es el centro”, expresa Ignacio Martín en el prefacio de este volumen.
Sobre el título, abunda el autor en el epílogo: “La tierra húmeda no es un lugar común, no sólo en la literatura en nuestro país, sino en gran parte de él, donde predominan el altiplano seco, las grandes llanuras semidesérticas y el desierto propiamente dicho… El agua no es un recurso natural que abunde; además, está mal repartida; en realidad, es un regalo de los dioses que la ubicación de nuestro territorio, entre dos mares, y su orografía escarpada, hacen posible”.
Un universo caracterizado por la sensualidad, la posibilidad de lo fantástico y la abundancia --incluso en espectros, en lo que supone un muy claro sesgo rulfiano y gótico de la escritura de Fernando de la Luz-- es lo que encuentra el lector en las páginas de esta colección de cuentos donde uno de los recursos privilegiados es la descripción acuciosa del caserío, la plaza, el mercado, la iglesia y el paisaje, así como el clima, las costumbres gastronómicas, la música, los versos, las tradiciones, las creencias populares, los festejos, las vidas… y hasta los colores y sonidos percibidos por la exquisita sensibilidad del autor, merced a cuya innata vocación de cronista el lector deleita los sentidos al tiempo que tiene la oportunidad de conocer mil y un rasgos distintivos del ambiente altotonguense.
Cada uno con dedicatoria especial a parientes, amigos, conocidos o vecinos, los 16 relatos que integran el libro, salpicados de ágiles diálogos impregnados de buen humor donde igualmente salen a flote lo grotesco y lo pintoresco de la vida cotidiana, entretejen la crónica detallada que efectúa el autor sobre el ambiente de la tierra en que se hallan sus raíces desde hace cuatro generaciones, y mediante la cual convierte a la ciudad y municipio de Altotonga, ubicado en la zona centro-norte de Veracruz, en su ícono literario.
Su vocación de cuentista ha hecho de este género la herramienta preferida de Fernando de la Luz para incursionar en los usos y las costumbres de su tierra húmeda, cuyos días de niebla y chipi-chipi añora en la capital mexicana, su actual lugar de residencia y desde donde retorna cada mes para disfrutar durante algunos días su hábitat favorito, en su casa de Altotonga, rodeado por toda esa maravilla que registra con la exhaustividad de la monografía y el cuidado del pintor realista en un ameno libro que entretiene y capta el interés del lector de principio a fin.
De la Tierra Húmeda, libro entrañable de Fernando de la Luz que obsequia al lector un panorama amplio y colorido sobre una provincia universal, puede adquirirse, igual que los otros títulos que hasta el momento integran la colección Biblioteca Veracruzana de la UV: La guerra de Independencia en Córdoba, Veracruz. Narración de un testigo, y Enrique González Llorca. Poesía, en el Servicio Bibliográfico Universitario situado en Xalapeños Ilustres 37 o en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9.
Medio siglo de labor editorial
universitaria en Veracruz
Celia Del Palacio Montiel Compiladora
Universidad Veracruzana, 2007
Celia Álvarez
El reconocimiento de que goza la labor editorial de la Universidad Veracruzana (UV) en el plano local, nacional y mundial confirma la trascendencia del esfuerzo realizado, a lo largo de medio siglo, por los continuadores de la tarea emprendida en 1957 por el escritor xalapeño Sergio Galindo, quien de inicio apostó por la publicación de obras de autores latinoamericanos poco conocidos en la época.
Títulos como Los cuentos de Lilus Kikus, de Elena Poniatowska; El lugar donde crece la hierba, de Luisa Josefina Hernández, y Polvos de arroz, del propio Galindo, inauguraron el catálogo de la primera editorial universitaria de provincia, convertido actualmente en uno de los más nutridos y variados del universo hispanoamericano gracias a la aportación de plumas célebres como el uruguayo Juan Carlos Onetti, los colombianos Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez –quien publicó en la Editorial de la UV su primer libro fuera de su país: Los funerales de la mamá grande–, el Premio Cervantes mexicano Sergio Pitol y otras glorias nacionales como Octavio Paz y Juan García Ponce, entre muchos más.
Otros destacados hombres y mujeres de letras de nacionalidades y épocas diversas como Miguel de Cervantes, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Fernando Savater, José de la Colina, Juan Vicente Melo, Robert Louis Stevenson, Alejandro Dumas, Miguel Covarrubias, Pierre Gascar, Jean Genet, Mark Twain, Augusto Monterroso, Joseph Conrad, Ryszard Kapuscinski, María Zambrano, Luis Cernuda, Dylan Thomas y Antón Chejov también forman parte del catálogo de la Editorial de la UV.
Así, fertilizada con esmero por un equipo consciente de la importancia de la lectura, aquella semilla sembrada amorosamente por Sergio Galindo ha fructificado en un impresionante legado que hoy constituye uno de los pilares centrales de la máxima casa de estudios de la entidad y, como lo afirma el rector Raúl Arias Lovillo, permite a la institución hacer uno de los más importantes aportes a la construcción de la democracia y la pluralidad en Veracruz, al poner al alcance de la sociedad uno de los instrumentos que mejor cifra libertades y derechos humanos: el libro, esa prueba culminante de la facultad humana de reflexionar, saber y conocer.
La Editorial de la UV, que con su labor nos muestra ante el orbe entero como orgullosos veracruzanos y mexicanos, se ocupa desde hace cinco décadas de difundir obras significativas que a la fecha rebasan los mil 200 títulos en colecciones como Ficción (serie de creación literaria que es estudiada por académicos de diversas universidades del país), Biblioteca (ensayos), Textos Universitarios (aportes académicos), Tesitura (composiciones musicales), Divulgación (de trabajo científico en diversas áreas), Cuadernos (estudios literarios monográficos), Colección del Estudiante Universitario, proyecto dirigido por Sergio Pitol que cuenta con 52 títulos de la literatura universal; Clásicos Mexicanos (ediciones críticas de obras literarias), Rescate (textos literarios de importancia histórica); Sergio Pitol, traductor y la Serie Conmemorativa Sergio Galindo, entre otras.
Además, revistas como La Palabra y el Hombre –que nació a la par de la Editorial y paulatinamente amplió su orientación inicial de la literatura hacia la filosofía y la antropología–, La Ciencia y el Hombre, que cumple dos décadas de divulgar los alcances del conocimiento; Tramoya, fundada por Emilio Carballido y dedicada a la difusión de obras teatrales de autores nacionales e internacionales; Semiosis, Texto Crítico, Ulúa. Revista de historia, sociedad y cultura, y Psicología y salud, entre otras, complementan la riqueza editorial de la Universidad Veracruzana.
Un balance detallado sobre estos primeros 50 años de trabajo comprometido con la literatura, la cultura y las artes, en calidad de herencia inapreciable para las generaciones futuras, es lo que ofrece el libro intitulado Medio siglo de labor editorial universitaria en Veracruz, coordinado por Celia del Palacio Montiel y que compila expertas voces como la de Eduardo Mejía, Luis Horacio Heredia, Efrén Ortiz, José Luis Martínez Morales, Adalberto Tejeda Martínez, Carolina Ochoa Martínez, Alberto Utrera Zárate, Emilio Carballido, Rafael Bullé-Goyri y Diana Luz Sánchez.
Medio siglo de labor editorial universitaria en Veracruz se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario situado en Xalapeños Ilustres 37 o en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9, donde todos los libros que conforman el acervo editorial de la UV tienen atractivos descuentos: 50 por ciento, las novedades, y los volúmenes anteriores, 70 por ciento.
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