ENTRE LIBROS
Rubén Osorio recrea en el ensayo “General Felipe Ángeles: Consejo de Guerra y fusilamiento” la última
etapa del militar idealista que sucumbe en el paredón,
y transcribe la brillante defensa en la que afl ora la inteligencia de Felipe Ángeles, quien declara: “Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las
gestiones de mi vida. La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas”.
Por demás interesante resulta leer “El general Felipe Ángeles. Esbozo de una biografía militar”, escrito
por el general de división diplomado en Estado Mayor
Luis Garfi as Magaña, quien desde la trinchera militar
reconoce la valía de Ángeles y cita a Salvador Azuela: “Preguntadles qué opinan de Ángeles. La respuesta
es una piedra de toque. Descubre todo un concepto
sobre la ley, el civismo, la rectitud y el respeto que merece la vida humana”.
Adolfo Gilly redondea la publicación con siete escritos del propio Felipe Ángeles que nos permiten leer
de primera mano el pensamiento y sentir del intelectual militar. Se agregan así: “Diario de la batalla de
Zacatecas” (1914); “Autodefensa” (1916); “El ascenso a
general de Francisco Villa” (1916, se agrega una copia
del manuscrito); “Genovevo de la O” (1917); “Cartas a
Manuel Márquez Sterling y Emilio Sarabia”, fechadas
en 1917, y el fundamental “Manifi esto al pueblo mexicano”, escrito en El Paso, Texas, en 1919.
En las batallas y cambios revolucionarios hay vencedores y vencidos, sobrevivientes, mitos y leyendas
perpetuas, pero existen también los hombres de trinchera que apuntalan los ideales hasta sus últimas consecuencias sin buscar más que una ética sólida y un
honor a toda prueba. Es el caso de Felipe Ángeles.
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