ESTADO Y SOCIEDAD
Elecciones y medios de comunicación
en Veracruz, 2004-2007 Martín Aguilar Sánchez
Martín Aguilar Sánchez es doctor en Ciencias Políticas,
investigador del Instituto de Investigaciones
Histórico-Sociales de la UV.
Especialista en movimientos
sociales y democracia en México.
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Ilustración Daniel Berman |
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Los resultados de las elecciones para gobernador, diputados
y presidentes municipales del año 2004 nos
dieron la pauta para pensar que en Veracruz se iniciaba
un proceso de pluralidad y competitividad política. En la elección para gobernador, el Partido Acción Nacional
(PAN) obtuvo 936 470 votos; la Alianza Fidelista
por Veracruz, 961 725; mientras que la Alianza Unidos
por Veracruz alcanzó 784 132. En lo que respecta a
diputados de mayoría relativa, el PAN ganó 14 curules;
Alianza Fidelista por Veracruz, 13, y la Alianza Unidos
por Veracruz, 3. En lo que se refi ere a diputados por el
principio de representación proporcional, el PAN obtuvo
7 escaños, 8 la Alianza Fidelista por Veracruz, y 5 la
Alianza Unidos por Veracruz. En tanto para alcaldías,
el PAN se adjudicó 88 municipios; la Alianza Fidelidad
por Veracruz, 71; la Alianza Unidos por Veracruz, 43,
y el Partido Revolucionario Veracruzano, 10.
La pequeña diferencia con la que ganó Fidel Herrera
Beltrán, con apenas 25 255 votos respecto al
segundo lugar, y la distribución de ayuntamientos y
diputaciones entre los principales partidos políticos,
nos hizo pensar que el carro completo había quedado
atrás. Este resultado no quería decir que en el estado
se hubiese terminado con una serie de prácticas políticas
viciadas, sino que la misma competencia las había
inhibido y neutralizado hasta cierto punto.
Cuando se dice que en la jornada electoral no
hubo incidentes mayores, se hace referencia, implícitamente,
a una época en la que el fraude electoral se
hacía de manera burda y violenta. En efecto, en la jornada
electoral ya no hubo robo de urnas o actos generalizados
de violencia; sin embargo, no podemos decir
que los hábitos que fomentan una cultura del fraude hubieran sido desterrados. Por ejemplo, en algunos
distritos y casillas se volvieron a presentar anomalías
como la sustitución de funcionarios de casilla sin respetar
los procedimientos, la compra, la coacción y la
inducción del voto, así como el acarreo de votantes.
Mientras estos actos no desaparezcan y no se simplifique el trámite para denunciarlos y penalizarlos, difícilmente
podremos hablar de procesos transparentes
y democráticos.
Quienes participamos ese año en la Red de Vigilancia Ciudadana, analizamos el importante papel que los
medios de comunicación jugaron en dicho proceso.
Observamos dos características: 1) por la importancia
que revestía la elección para gobernador, los medios
de comunicación nacionales brindaron una cobertura
completa a todos los candidatos y a sus partidos y, 2)
los medios de comunicación en el estado tuvieron clara
preferencia por los candidatos del PRI, dando cierta cobertura
a los otros partidos durante el proceso electoral,
pero cerrándose en los momentos clave del proceso.
Durante el periodo gubernamental de Miguel
Alemán, si bien la prensa siguió como de costumbre
las directrices del gobierno estatal, éste dejó espacios
donde la oposición y algunos sectores de la sociedad
civil pudieran expresarse; puede decirse que fue un
periodo de liberalización controlada. La televisión estatal
se comportó como un espacio al servicio del Ejecutivo,
pero brindando cierta apertura a los procesos
electorales, como los programas de análisis y debate
sobre las elecciones, que sin embargo se ofrecieron a
cuentagotas.
En 2004 la contienda por la gubernatura se decidió
por Fidel Herrera Beltrán, candidato del PRI,
mediante resolución final del Tribunal Federal Electoral,
ya que la elección fue impugnada por el PAN y la
Alianza Unidos por Veracruz. Esta circunstancia llevó
a que Fidel Herrera asumiera la gubernatura en una
coyuntura crítica y que la composición de su gabinete
fuera definida por los representantes de los diversos
grupos de interés que habían apoyado la elección.
Por otra parte, la misma coyuntura política lo condujo
a establecer permanentes negociaciones con la
oposición, las cuales cristalizarían en los Acuerdos de
Gobernabilidad.
Un objetivo central para el gobernador, desde
el inicio de su gestión, fue construirse una imagen
política que lo distinguiera del ejercicio político y la
personalidad de su antecesor, Miguel Alemán, lo cual
logró mediante un estilo de cercanía con la gente y a
través de un diálogo con diversos sectores de la sociedad.
En la construcción de esta imagen, un elemento
importantísimo han sido los medios de comunicación.
Al comienzo de su gobierno, algunos directores de periódicos
y columnistas se incorporaron a su gabinete,
dando como resultado un completo alineamiento de
los principales medios con las propuestas y actividades
del gobernador.
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