ENTRE LIBROS

En la línea/On the line: Fotografías de la frontera.
Byron Brauchli y Fernando Meza

Universidad Veracruzana/
University of Arizona,
Xalapa, 2008,
Edición bilingüe,
120 pp

David Skerrit*

El tema central del libro está ya en su título: la línea o la frontera, esa aparente división que quizá sea también una unión del espacio entre Estados Unidos y México. Para acompañar los dos ensayos fotográficos de Byron Brauchli y Fernando Meza se ofrecen textos de presentación elaborados por Javier Durán, de la Universidad de Arizona, y por Leticia Mora y Vincent Kohler, de la Universidad Veracruzana. Obviamente, uno de los elementos destacados del volumen es su calidad gráfica: en estos renglones, sin embargo, se presentarán algunas apreciaciones de un historiador que más bien se centra en la fotografía como testimonio.

La primera parte del libro, que contiene las fotografías de Byron Brauchli, podría ser una muestra de la frontera entendida como una separación entre dos esferas distintas. Algunas imágenes ofrecen ilustraciones de un territorio que, desde la perspectiva de las autoridades de los Estados Unidos, hay que defender y, desde la óptica de los migrantes mexicanos y centroamericanos, hay que vencer. En algunos momentos, estas imágenes son testimonio de los fracasos trágicos en la línea.

La mayoría de sus fotos atestiguan la victoria de los cruces: en ambas direcciones. Un vitral en forma de una nopalera en el lado norteamericano, o el Big Mac del lado nuestro, señalan las huellas de intercambios culturales. Más que un espacio de clara definición, se abre la noción de lo que en inglés empieza a llamarse borderlands (tierras de frontera), con lo cual se da a entender que existe una franja no delimitada de manera estricta que comparte varios elementos culturales aunque existan grandes desigualdades en este espacio: tan es así que académicos norteamericanos le confieren un estatus de importancia y han abierto una lista de correo electrónica denominada H-Borderlands.

Para un público lector/espectador veracruzano, esta sección del libro es de especial interés. Si bien durante buena parte del siglo XX Veracruz no fue un estado expulsor de migrantes, desde mediados de la década de 1990 se presentó allí el fenómeno de la migración a los Estados Unidos que, a 10 o 15 años de distancia, se ha convertido en un proceso acelerado y masivo. En gran medida, el éxito o el fracaso de los proyectos migratorios se decide en la franja fronteriza, en ambos lados de la línea formal: es el espacio a vencer, como se dijo líneas arriba (los ladrones y bandas de cholos, la patrulla fronteriza, el río o el desierto, entre otros peligros), pero a la vez, allí se encuentran mecanismos de solidaridad que pueden ser fundamentales para lograr los objetivos del migrante novato. En este espacio el migrante puede informarse y recibir ayudas indispensables: saber cómo y dónde esperar, a dónde ir y qué hacer desde el momento en que llegue a algún poblado en Estados Unidos.

Como menciona Javier Durán en su introducción al libro, el interés político y académico aumenta con la comprensión de esta borderland como lugar de paso y de convivencia e intercambio.

CMientras el material gráfico que nos entrega Brauchli ofrece la noción de la frontera como algo que divide y a la vez une dos espacios sociales diferenciados en una cultura compleja, en la segunda parte del libro, que corresponde a las fotografías de Fernando Meza, tenemos una obra de remembranza. A primera vista se trata de un apartado completamente diferente, subrayado por el hecho de que Meza presenta tomas a color mientras Brauchli trabaja con blanco y negro. En sí, no aparece la frontera en el sentido de una línea y podríamos pensar que hay una clara separación de temas entre ambos autores. No obstante hay elementos que los unen, como veremos.