Año 3 • No. 132 • marzo 8 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Los disfraces del Diablo. Ensayo sobre la reinterpretación de la noción
cristiana del Mal en Mesoamérica. 1a. edición, Colección Biblioteca, UV,
Xalapa, 2003, 696 páginas.
El autor nos conduce por los laberintos infinitos del Mal y y sus diversas personificaciones. Con rigor y erudición nos acerca al Demonio de los escritos bíblicos, rastreando su origen en el pensamiento dualista oriental. Sigue la evolución de la imagen de Satán y su incorporación a la religión cristiana, así como sus contactos con otras tradiciones, ahora occidentales, como la grecorromana. Todo ello sin olvidar que el Diablo, más que un concepto, es un símbolo, una imagen, y, así, un elemento del área de la estética. La escultura, la pintura y la literatura son campos que el autor recorre en su travesía tras los diferentes disfraces demoniacos. Al fin, todo ello es punto de referencia para analizar la manera en que estas concepciones se incorporaron sincréticamente en la América conquistada, en cuya cosmovisión originaria un dualismo diferente impide la concepción de principios absolutos malo o bueno. Entonces, la imagen del Diablo, aunque impuesta, se transforma y adquiere diversas manifestaciones: se asimila, por un lado, a divinidades mesoamericanas como el creador Tezcatlipoca, la Limpiadora del mundo, Tlazoltéotl, y, en su análisis a detalle, al Hombre-Búho, Tlacatecolotl; pero, por otro, a los conquistadores blancos y sus ayudantes esclavos negros. No pudiendo ser el Mal absoluto, en los carnavales y ritos indígenas, termina siendo un pobre diablo. La obra hace importantes aportaciones al diálogo intercultural americano (Luis Miguel Gallardo).