Año 3 • No. 136 • abril 19 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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¿La necesidad de apresurarse?
Jay Bildstein (Traducción de Sara Janet Suárez Castillo)
Mientras México avanza a un ritmo más lento que Estados Unidos, hablando en términos de estilo de vida, metrópolis como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey están creciendo y avanzando más rápidamente.

Esto tiene un interés particular en la luz de los estudios realizados recientemente por las Organización de las Naciones Unidas, los cuales afirman que en el 2007, por primera vez en la historia, la mayoría de la gente en el mundo vivirá en ciudades.

Las ciudades que se encuentran en todo el mundo, son conocidas por sus ajetreados estilos de vida. En contraste, las provincias tienen como característica principal una ética dual que incluye una mayor tranquilidad y la urbanidad. En poco tiempo, el 50 por ciento de nosotros comenzará a vivir en áreas urbanas y desde este punto acelerar el ritmo de nuestras vidas, esto nos obliga a preguntarnos: ¿Es esto una necesidad por apresurarse?.

Mientras la obtención de este hecho fomentó la mentalidad de que la mayoría de las ciudades podían basarse en la productividad de negocios del ayer, “el progreso acelerado” lleva consigo un precio muy alto. Esto puede afectar nuestra salud. La velocidad y la eficiencia no son sinónimas. ¿Realmente estamos en mejores condiciones, en un mundo donde todo el movimiento ha cambiado su ritmo de vida para hacerlo más rápido?

Esto me hace pensar en una historia: un hombre joven buscado por ser muy competente en Karate, fue al Oriente en busca de un maestro. Cuando lo encuentra en alguna zona obscura, él le pregunta al venerable maestro que cuánto tiempo le tomaría llegar a ser un experto en artes marciales: “Practica cuatro horas al día durante cinco años y así habrás logrado un buen nivel de competencia” dijo el maestro.

El estudiante se quedó pensando y dijo “yo practicaré ocho horas al día, entonces ¿cuánto tiempo me llevará? En ese caso, –continuó el maestro–, te llevará 10 años”.

Las ciudades tienen sus beneficios y atracciones. Las provincias tienen su romance. En cualquiera de los dos casos, nosotros necesitamos sincronizar nuestras vidas realistamente. Quizás, un poco menos de velocidad en la ciudad, y un poco más en áreas rurales sería lo adecuado.

* UniVerso publica artículos en inglés y su traducción al español en la edición siguiente. Tú puedes enviar tu traducción junto con tus datos si eres alumno de la UV, docente, egresado o tienes alguna relación con nuestra casa de estudios. Elegiremos la traducción más precisa que haya llegado a tiempo para entrar en la edición siguiente.