| Año 4 • No. 149 • agosto 31 de 2004 | Xalapa • Veracruz • México |
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| La
Orquesta Sinfónica de Xalapa ha llevado a efecto una intensa
labor durante las anteriores semanas. La conmemoración de su
septuagésimo quinto aniversario fue extendida hacia las ciudades
de México y Veracruz, independientemente de sus audiciones
y actos conmemorativos en esta capital veracruzana, lo que nos da
la idea de la agobiante –aunque satisfactoria– serie de
jornadas de ensayos y conciertos que ha debido abordar. En Bellas Artes y la sala Nezahualcóyotl de la UNAM, el máximo organismo orquestal de Veracruz motivó a la admiración por la calidad del arte musical que se genera hacia el interior de la Universidad Veracruzana, así como el respeto por la venerable tradición que es propia del conjunto que es el más antiguo de la República Mexicana, que se ubica indudablemente entre los más significativos de Latinoamérica. Después del impresionante aplauso de pie, por parte del numeroso público asistente al Palacio de Bellas Artes, y de la incondicional aceptación de los melómanos en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, la OSX ha visitado Veracruz y repetido los programas que presentó en el Distrito Federal. Son, además, los que enarbolará como sus principales credenciales de presentación durante su gira a Europa, que inicia el domingo 12 de septiembre en Holanda. No esperan jornadas tranquilas los integrantes de la OSX. Antes de su partida hacia el Viejo Continente, habrán de tomar parte en el concierto de conmemoración del sexagésimo aniversario de la Universidad Veracruzana. Esto será el jueves 9 de septiembre con un programa ambicioso y que promete ser de enorme brillantez musical. En el mismo se incluye la música para el ballet Dafnis y Cloe de Maurice Ravel. Si te preguntas por qué repite esta obra, que ya ha interpretado semanas atrás, la razón es que esta vez se hará en su concepto original, con coros. Eso le confiere una naturaleza distinta, ya que la versión que la osx ha tocado es la misma que arregló el autor francés ante la terrible dificultad que representa para los cantantes. El Coro de la UV es uno de los mejores de México, profesional del todo y sumamente capaz, por lo que se esperan resultados más que aceptables. Por añadidura, el programa en cuestión se complementa con las emotivas Danza polovetzianas, la brillante partitura coral, orquestal y coreográfica que el autor ruso Alexander Borodin incluyó en su ópera El príncipe Igor. Por tanto, la celebración musical de los sesenta años de la UV se contempla desde ahora como un acontecimiento de gran magnitud. |
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