Año 4 • No. 153 • septiembre 27 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Frente a la insurrección de Chiapas y el creciente descontento social
Esencial para el país estudiar las fuerzas armadas: Ortiz Escamilla
Edgar Onofre

Frente al descontento social que provoca que el desarrollo económico selectivo no beneficie al grueso de la población y, en cambio, excluye al 60 por ciento de la población mexicana, y con el cercano antecedente de la insurrección chiapaneca, el estudio del papel que las fuerzas armadas han tenido en la conformación de las naciones mexicana e iberoamericanas resulta esencial para México, aseguró Juan Ortiz Escamilla, especialista del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).

Previo a la realización del II Congreso Internacional Fuerzas Militares en Iberoamérica (siglos XVIII-XIX), que tendrá lugar los próximos 30 de septiembre y primero de octubre en la sede del IIH-S-, Ortiz Escamilla advirtió que iniciativas como la del Partido Acción Nacional (PAN) que hace algunos años propuso la creación de milicias como una medida de control social frente a los problemas de inseguridad social resultan harto peligrosas «porque en esta sociedad tan caótica como la nuestra, donde no hay respeto al derecho ni a las personas, ni al otro, si nos armamos, imagínense lo qué va a pasar».

Juan Ortiz
Sin embargo, el investigador explicó que a pesar de que en la organización social vigente la participación de las fuerzas armadas no es fundamental como en los siglos XVIII y XIX, “la historia nos muestra que en etapas de crisis, cuando el estado no tiene la estructura militar para enfrentar una situación de emergencia, recurre a la sociedad civil y la arma, lo cual es muy peligroso”.

Ortiz Escamilla añadió que, tal y como el investigador José Antonio Serrano –uno de los expositores en el Congreso– lo ha planteado, durante el Porfiriato, los aparatos militares comenzaron a disminuir y la burocracia a fortalecerse –sobre todo la hacendaria y fiscal–, “pues ellos pensaban que con una buena administración económica, con desarrollo económico y demás, iba a ser suficiente para mantener la paz social. Pero no se planteó, no pensaron que podía haber un estallido social y es mucho de lo que nos sucede actualmente”.

Me parece muy peligroso, dijo, que el proceso de modernización que vivimos excluye al 60 por ciento de la población porque las autoridades se están viendo miopes en el sentido de que ponderan la economía. “Me dio mucha vergüenza cuando (el presidente) Vicente Fox dice que tiene 60 mil millones de dólares de las reservas federales, a costa de toda la miseria y el hambre que hay en la mayor parte de la población. Eso no es justo y no lo consideran: cada vez va a haber más movimientos de descontento social que no se pueden reprimir por la vía militar”, añadió.

Además, destacó que “los medios (de comunicación) han participado mucho en la generación de una mayor desconfianza y me parece muy peligroso. En México se está dando una gran división de la sociedad y tendríamos que ver lo que está pasando en Venezuela. La historia del siglo XIX nos muestra que la división entre la provincia y el centro fue una lucha terrible que desgastó al país, lo llevó a extremos de miseria incalculables y eso es lo que tendríamos que evitar nosotros”.

También resaltó que durante la insurrección chiapaneca de 1994, los mecanismos de contrainsurgencia empleados usados por el estado mexicano son los mismos que fueron utilizados durante la Guerra de Independencia: “en ambas ocasiones, lo primero que se hizo fue dividir al grupo que se insurrecciona, armar a la mitad para que elimine a los otros. Eso fue lo que hizo el Estado con los coletos y con todos los grupos contrainsurgentes y demás. Son prácticas que no se olvidan, por eso es importante estudiar a las fuerzas armadas”.

El estudio del papel que las fuerzas militares tuvieron en la conformación de los estados iberoamericanos es una propuesta “que venimos desarrollando desde hace varios años, trabajando en coordinación con universidades españolas como la Jaume I de Castellón, la de Sevilla, la del País Vasco. Sobre todo, nos interesa entender la creación de los ejércitos en América Latina a mediados del siglo XVIII.

Antes, no había fuerzas militares en América, sino ciudadanos armados que se movilizaban cuando había peligros de invasiones, motines, para defender su territorio y su pueblo”.

A mediados del siglo XVIII, explicó, empezó un proceso de la monarquía que bajo el nombre de Reformas Borbónicas planteó la necesidad de crear ejércitos en América, a partir de la invasión inglesa a La Habana en 1762. Antes de esta fecha las potencias enemigas de España no tenían ningún interés en ocupar territorios conquistados por la corona española, pero desde mediados del siglo XVIII cambiaron de parecer y es cuando España decide armar ejércitos.

“Fue un proceso muy interesante porque hablamos de la incorporación de la sociedad civil a los temas militares y en la toma de decisiones. Y son estas estructuras militares las que van a actuar durante la Guerra de Independencia: esto nos explica que las fuerzas militares que se crearon por la Corona se enfrentan, se incorporan a estos movimientos sociales a nivel regional en Iberoamérica y, finalmente, cómo sirven para independizarse de España.

”Este proceso irregular y militar duró a lo largo del siglo XIX y llama la atención que a pesar de las diferentes vías que utilizó cada país para crear sus estados nacionales, al final todos van acabar en dictaduras militares. Nos interesa ver este fenómeno de la militarización de las sociedades en Iberoamérica, particularmente en América Latina y México», detalló.

La primera edición del Congreso fue realizada en el Puerto de Veracruz y en esta ocasión se contará con la participación de ponentes de Argentina, Chile, Colombia y Centroamérica. Por México, que puede ser considerado el país que sirvió de caldo de cultivo para tales movilizaciones, estarán presentes la UNAM, la UAM, el CIESAS y universidades del noreste.