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Las
plantas medicinales, sabiduría ancestral en el mundo de hoy
/ I
Ana Elisa Peña Fuentes / Biología
/ Región Córdoba-Orizaba |
El
interés del público y los científicos por la
medicina tradicional hace que el número de investigaciones
realizadas en este campo haya aumentado notablemente en los últimos
años, pero cabe preguntarse qué tan eficientes y seguras
son esas plantas, pues se sabe que poseen elementos activos que las
protegen de insectos, parásitos y otras veces actúan
como estimulantes o calmantes terapéuticos en el hombre.
La herbolaria empezó hace miles de años donde se utilizaban
remedios naturales elaborados a partir de los experimentos de Pitágoras,
Galeno e Hipócrates y de observaciones de médicos y
herboristas recogidas a lo largo de siglos.
En los países en vías de desarrollo, muchas personas
satisfacen sus necesidades sanitarias con plantas medicinales. En
Europa y Norteamérica ha renacido el interés por los
productos naturales, estimulado por un mayor conocimiento de la acción
de las plantas y la elaboración de normas relativas a la seguridad,
la calidad y la fiabilidad de estos preparados.
Pero, ¿por qué utilizarlas si con la medicina de síntesis
química se pueden remediar muchas de las alteraciones filológicas
del cuerpo o reparar daños de la salud?
Los países en desarrollo cuentan con todos los recursos necesarios
y medicina les sobra, sin embargo, los países con poco desarrollo,
cuyas poblaciones no cuentan con servicio médico, deben recurrir
a estas plantas para mejorar su salud; por eso esta población
es rica en conocimientos herbolarios, tanto que su medicina es igual
o mejor que la de síntesis química. Entonces, la respuesta
a la pregunta sería que de los miles y millones de especies
de plantas que existen en el planeta sólo se conoce un pequeño
porcentaje y son pocos los estudios que se hacen para conocer sus
propiedades y elaborar productos que puedan combatir la mayor cantidad
de enfermedades posibles.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el valor
que las plantas medicinales pueden aportar a la hora de cubrir las
necesidades sanitarias a nivel mundial, e insta a que se lleven a
cabo más evaluaciones clínicas sistémicas y se
establezcan normas más exigentes en lo que respecta a su cultivo
y preparación.
Hay que tener en cuenta que las propiedades de estas plantas (metabolitos
secundarios) pueden ser benéficas y perjudiciales en el hombre,
por ello, cuando los consumidores recurren a productos de herboristería
no deben dar por hecho que todos son seguros simplemente porque son
naturales.
Estos preparados contienen ingredientes activos cuyos efectos son
similares a los de algunas drogas y fármacos, por lo que es
necesario ser cautos al consumirlos. De vez en cuando se oye hablar
de los graves efectos secundarios de algunos preparados naturales.
Por ejemplo, en el Reino Unido, el organismo de control de los medicamentos
ha expresado recientemente sus dudas sobre la inocuidad del kava kava,
tras el descubrimiento de 30 casos de trastornos hepáticos
relacionados con el uso de esta planta.
Como en el caso de otras formas de automedicación, con los
remedios de herboristería se corre el peligro de que un problema
subyacente de gravedad pase desapercibido. Por ejemplo, la depresión
puede estar originada por varias afecciones graves, como las enfermedades
cardíacas y de la tiroides.
Por eso es importante que las personas que quieran tomar complementos
a base de plantas medicinales consulten antes con su médico
de cabecera y que adviertan siempre a los otros médicos que
les traten, que están tomando preparados naturales. Aunque
el campo de la medicina natural presenta muchas posibilidades, las
investigaciones en este ámbito no han hecho más que
empezar y se necesita profundizar más para determinar los efectos
de los remedios naturales tradicionales en el bienestar y la calidad
de vida. |
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