Año 5 • No. 184 • Junio 20 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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En el Instituto de Psicología y Educación
Enseñan psicólogos a padres a
estimular el lenguaje en sus hijos
Alma Espinosa
Frases como ¡Estate quieto! son frecuentemente utilizadas por los padres para comunicarse con sus hijos, pero esta falta de riqueza en el lenguaje puede ocasionar que los niños presenten problemas de pronunciación y para transmitir sus ideas, afirmó Teresa Pomposa, investigadora del Instituto de Psicología y Educación (IPyE), para quien no se trata sólo de hablar a los niños sino de entablar un diálogo con ellos para que puedan desarrollar su lenguaje al obtener una mayor riqueza de vocabulario y expresiones.

El programa Extensión de Lenguaje y Comunicación del IPyE se ofrece a todos los niños de tres a 12 años que presentan anomalías en su manera de hablar, y se sugiere a los padres que es muy importante no sólo platicar con sus hijos sino también jugar con ellos. Una recomendación es que armen juntos rompecabezas y que los padres formulen preguntas, como el nombre de las figuras que van formando, su utilidad y sus características.

Teresa Pomposa sugirió a los padres salir con los niños para que identifiquen la gran diversidad de cosas que ofrece el mundo, al tiempo que las tocan y las prueban, pues a través de la experiencia real adquieren conocimientos.

Un aspecto que vulnera la autoestima de los niños, dijo, es que se les trate como tontos o se les impartan castigos cuando no hablan bien. En cambio, se les debe explicar cada detalle, enseñarles la pronunciación correcta y el significado de algunas palabras que aparecen en canciones que repiten constantemente, como el Himno Nacional.

Se les da a conocer a los padres la importancia de la música en el desarrollo cognoscitivo. Recordó un estudio comparativo realizado con dos grupos de niños, en el que a uno se le asignaron actividades musicales extracurriculares, mientras que al otro no. El resultado fue que el primer grupo obtuvo tres puntos más en inteligencia en comparación con el otro.

En las instalaciones del IPyE, Teresa Pomposa atiende a los pequeños y cada caso se analiza y se identifican retrasos en el desarrollo del lenguaje o alteraciones anatómicas como labio leporino o paladar hendido. Una vez detectado el conflicto, se sugiere una intervención quirúrgica o se les somete a ejercicios diversos.