Año 5 • No. 184 • Junio 20 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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El ecoturismo implica conservación
pero también riesgo de desastre
Edith Escalón
El ecoturismo representa una posible solución para conservar y mejorar la calidad de vida de las personas que habitan los sitios promovidos, pero también puede ser una posibilidad para el desastre, aseguró Amanda Stronza, profesora del Departamento de Recreación, Turismo y Parques de la Universidad A&M de Texas.

En el Centro de Investigaciones Tropicales de la UV, donde habló con investigadores y académicos sobre las implicaciones del ecoturismo en cuanto a diversidad cultural y pérdida de la diversidad biológica, Stronza aseguró que éste ha sido siempre un punto de controversia y preocupación.

Para muchos ambientalistas, demasiado turismo en una zona, si no es monitoreado y regulado, puede ocasionar deterioro en el lugar, molestia para la fauna y contaminación en la identidad cultural local, aunque existen experiencias que señalan lo contrario.

Habló entonces de la Posada Amazonas, ubicada en la selva sureste del Perú, que se ha consolidado no sólo como destino turístico: “Se espera que las ganancias generadas por todos los vacacionistas sean un incentivo para los residentes que les ayude a proteger y mantener sus tradiciones culturales así como sus recursos naturales”.

Aunque es de gran ayuda, el estímulo económico no es un incentivo determinante para asegurar una conservación efectiva del lugar, pues otros alicientes, como el darle la oportunidad a la comunidad de participar y cederles autoridad para poder decidir sobre cómo utilizar sus recursos naturales, pueden funcionar también. “Lo importante es saber qué pasa cuando se implementa el ecoturismo, bajo qué condiciones funciona y cuáles son sus limitantes”.

Stronza explicó que para el proyecto de la Posada Amazonas, la comunidad y una empresa privada se asociaron para unir recursos y experiencias. La compañía ofreció financiamiento y conocimiento en la logística de transportación y servicio restaurantero, y capacitó al personal en diversas áreas. A cambio, la comunidad participó en diferentes niveles, desde la construcción del propio lugar hasta el manejo como codueños.

“Cuando el ecoturismo se realiza de una manera participativa, más que un incentivo económico para proteger los recursos naturales se convierte en un cambio fundamental de cómo las personas se perciben a sí mismas y perciben a su medio ambiente”.

En esta comunidad –llamada el Infierno– el turismo ha promovido que la comunidad discuta y reconsidere sus pensamientos en torno a muchos temas, incluyendo su herencia cultural, las relaciones sociales entre diferentes grupos étnicos y el valor de ciertas especies animales sobre otras.

El elemento crítico para permitir que el ecoturismo sea una herramienta viable para la conservación a largo plazo es el involucramiento de la participación local dentro del control y toma de decisiones. Esto les puede permitir establecer un proceso de enseñanza-aprendizaje, donde los errores y aquellas situaciones que van mal, pueden reafirmarles lo que deben o no hacer para una próxima ocasión.