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El ecoturismo implica conservación
pero también riesgo de desastre
Edith Escalón |
El ecoturismo
representa una posible solución para conservar y mejorar la
calidad de vida de las personas que habitan los sitios promovidos,
pero también puede ser una posibilidad para el desastre, aseguró
Amanda Stronza, profesora del Departamento de Recreación, Turismo
y Parques de la Universidad A&M de Texas.
En el Centro de Investigaciones Tropicales de la UV, donde habló
con investigadores y académicos sobre las implicaciones del
ecoturismo en cuanto a diversidad cultural y pérdida de la
diversidad biológica, Stronza aseguró que éste
ha sido siempre un punto de controversia y preocupación.
Para muchos ambientalistas, demasiado turismo en una zona, si no es
monitoreado y regulado, puede ocasionar deterioro en el lugar, molestia
para la fauna y contaminación en la identidad cultural local,
aunque existen experiencias que señalan lo contrario.
Habló entonces de la Posada Amazonas, ubicada en la selva sureste
del Perú, que se ha consolidado no sólo como destino
turístico: “Se espera que las ganancias generadas por
todos los vacacionistas sean un incentivo para los residentes que
les ayude a proteger y mantener sus tradiciones culturales así
como sus recursos naturales”.
Aunque es de gran ayuda, el estímulo económico no es
un incentivo determinante para asegurar una conservación efectiva
del lugar, pues otros alicientes, como el darle la oportunidad a la
comunidad de participar y cederles autoridad para poder decidir sobre
cómo utilizar sus recursos naturales, pueden funcionar también.
“Lo importante es saber qué pasa cuando se implementa
el ecoturismo, bajo qué condiciones funciona y cuáles
son sus limitantes”.
Stronza explicó que para el proyecto de la Posada Amazonas,
la comunidad y una empresa privada se asociaron para unir recursos
y experiencias. La compañía ofreció financiamiento
y conocimiento en la logística de transportación y servicio
restaurantero, y capacitó al personal en diversas áreas.
A cambio, la comunidad participó en diferentes niveles, desde
la construcción del propio lugar hasta el manejo como codueños.
“Cuando el ecoturismo se realiza de una manera participativa,
más que un incentivo económico para proteger los recursos
naturales se convierte en un cambio fundamental de cómo las
personas se perciben a sí mismas y perciben a su medio ambiente”.
En esta comunidad –llamada el Infierno– el turismo ha
promovido que la comunidad discuta y reconsidere sus pensamientos
en torno a muchos temas, incluyendo su herencia cultural, las relaciones
sociales entre diferentes grupos étnicos y el valor de ciertas
especies animales sobre otras.
El elemento crítico para permitir que el ecoturismo sea una
herramienta viable para la conservación a largo plazo es el
involucramiento de la participación local dentro del control
y toma de decisiones. Esto les puede permitir establecer un proceso
de enseñanza-aprendizaje, donde los errores y aquellas situaciones
que van mal, pueden reafirmarles lo que deben o no hacer para una
próxima ocasión. |
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