|
|
Sandra
Rodríguez presentó Luz en resquicio
La expresión corporal provee
al bailarín de fortaleza humana
Alma Espinosa |
A
través de la expresión corporal la estimulación
de las emociones no escapa al encuentro humano que se produce entre
espectadores y bailarines en el escenario. La integración
de lo afectivo por medio del movimiento facilita la aparición
de vínculos sinceros entre estos dos protagonistas. Así,
la danza favorece la capacidad de abrir la propia vida y provee
al ejecutante de fortaleza ante los cambios que se producen en la
vida. |
Sandra
Rodríguez. |
Seis años de disciplina corporal constante cambiaron la vida
de Sandra Rodríguez y la consagraron como bailarina. Egresada
de la carrera de Danza de la Universidad Veracruzana debutó
de manera profesional en uno de los escenarios que ha dado cabida
a centenares de manifestaciones artísticas de todo el orbe,
el Teatro del Estado, donde brilló intensamente y demostró
su pulcro arte dancístico durante la función Luz
en resquicio.
Como parte de las actividades de los 30 años de vida de la
Facultad de Danza, a manera de examen profesional para Sandra y
la primera presentación del grupo Danza UV, antes Prácticas
Escénicas, el pasado miércoles se realizó en
la sala chica la presentación de cinco coreografías,
en las que estudiantes de la Facultad ofrecieron lo mejor de su
interpretación.
Bajo la dirección de David Barrón, coreógrafo
invitado de la Universidad de Sonora, la pieza Luz en resquicio
fue creada y musicalizada especialmente para Sandra Rodríguez.
La pieza refleja –señaló Barrón–
una especie de metamorfosis, en la que dejas una cosa, en este caso
la escuela, para pasar a otro ambiente. “Es como descubrirte
poco a poco que eres otro, que no eres la persona que pensaste que
ibas a ser cuando terminara el ciclo escolar. Te das cuenta que
lo que piensas alcanzar está lejano y por ello estás
temeroso”.
Indudablemente el vestuario fue un elemento fundamental para trasmitir
ese sentimiento, por lo que se ideó una serie de capas que
van descubriendo que debajo existe otra cosa, como un cambio de
piel. |
Sandra
Rodríguez. |
David
Barrón afirmó que Sandra Rodríguez es “una
excelente bailarina y puede llegar a ser una de las mejores de México,
ya que tiene una capacidad física impresionante. Su interpretación
es muy sutil, es alguien que expresa con el cuerpo más que
con al cara, es muy clara, técnicamente es muy pulcra y de
una energía impresionante; al mismo tiempo, integra todo el
movimiento para generar sensaciones. Creo que puede desarrollar mucho
más”.
La otra pieza del sonorense fue Bleu (Recuerdo diluido).
Bajo un ambiente melancólico salieron a flote el recuerdo y
las imágenes que surgen al recordar momentos agradables y que
ahora ya no suceden. Con la pieza romántica de piano de finales
del siglo XIX, Preludio, fuga y variación de César
Frank, interpretada por Alberto Cruz Prieto, se logró redondear
el ambiente. |
|
|
|
|
|
|
|