Año 5 • No. 196  • Octubre 12 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Con micorrizas, logran que plantas capten más agua y nutrientes en zonas desérticas
Edith Escalón
La prolina, un compuesto orgánico que permite que las plantas capten y mantengan agua y nutrientes más de lo normal, aumenta más de 300 por ciento con la presencia de hongos micorrízicos en sus raíces, como demostró una investigación realizada por estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) en algunas especies desérticas.

Guadalupe Sosa Valencia y Jacob Bañuelos.
Aunque reconoció que futuros trabajos son necesarios para esclarecer los mecanismos involucrados en esta relación, Jacob Bañuelos, uno de los autores de la investigación, aseguró que con base en los resultados obtenidos se podría suponer que a mayor colonización de los hongos micorrízicos (HMA) puede haber más producción de este aminoácido.

Jacob, quien cursa apenas el tercer semestre de la carrera de Biología en la UV, explicó que las micorrizas (hongos que únicamente pueden vivir en las raíces vivas de las plantas, por lo que dependen totalmente de la fotosíntesis de ellas) son captadoras de fósforo, cobre y zinc, principales nutrientes de las plantas; barreras para el desarrollo de enfermedades de la raíz y reductoras de la tensión fisiológica causada por condiciones ambientales extremas.
Ahora, junto con su compañera Guadalupe Sosa Valencia, Jacob ha demostrado que las micorrizas también aumentan, indirectamente, la capacidad de la planta para captar y mantener el agua, una alternativa para muchas especies del campo veracruzano que sufren las consecuencias de largas sequías.

Los resultados de este trabajo fueron presentados por primera vez en el Congreso Latinoamericano de Micología, en Brasil, donde asistieron los dos estudiantes gracias al apoyo de la Facultad de Biología y de la Universidad Veracruzana.

Allá explicaron a expertos en micología que las respuestas de las plantas a la deshidratación son diversas y complejas, incluyendo la acumulación de sustancias como la prolina, cuya concentración se incrementa notoriamente en condiciones de sequía, en alta o baja temperatura, así como por diferencias nutrimentales.

Según indicó Jacob, los hongos micorrízicos están asociados con plantas de regiones áridas, regiones que se caracterizan por un microhábitat centrado en plantas nodrizas, y por la integración de semilleros de hongos de éste y otros tipos dentro de una comunidad vegetal, pues incrementan su sobrevivencia.

De acuerdo con el estudiantes, los hongos mejoran el crecimiento de las plantas a través de la entrada de nutrientes y agua y permiten la tolerancia a la sequía: “Aunque las raíces de las plantas micorrizadas acumulan más prolina en sus tejidos que las que no lo están, el conocimiento que tenemos acerca de este proceso es escaso, por lo que creo que muchos estudios son necesarios para integrar la función de los HMA con el sistema planta-suelo-hongos en los desiertos”.

El objetivo de esta investigación fue comparar el porcentaje de desarrollo de hongos micorrízicos y la cantidad de prolina en dos plantas con diferente metabolismo (Neobuxbaumia tetetzo y Mimosa luisana), para lo cual siguieron un procedimiento científicamente riguroso.

Según explicó el estudiante universitario, el muestreo fue realizado en la reserva de la biosfera de Tehuacán-Cuicatlán, en el estado de Puebla, donde se tomaron muestra de seis individuos de cada especie. Posteriormente llevaron a laboratorio las muestras para incidir la colonización de micorrizas. Este sitio fue elegido por el equipo de trabajo porque es una zona árida importante de México que presenta un alto porcentaje de endemismo de plantas (más de tres mil) y la vegetación dominante es el matorral.

Jacob Bañuelos agradeció a un grupo de académicos de la UV su apoyo para realizar distintas fases de la investigación, su asesoría y retroalimentación. Ellos son Yureli García de la Cruz, Jorge Ortega Ortiz, Tomás Carmona, Liliana Lara Capistrán, Dora Trejo, Laura Martínez, Roberto Chiquito, Guillermina Aguado, Jesús Guerrero, Margarito Páez, Wendy Sangabriel, Luis Lasso y Doris Castillo.

Además, reconoció el apoyo de los investigadores Lázaro Sánchez (del Laboratorio de Biotecnología Aplicada) y Samuel Cruz (de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Resolución Analítica), quienes proporcionaron reactivos, equipo y asesoramiento para el estudio, y al investigador de la Universidad de Texas, Alejandro Alarcón, quien lo capacitó para la extracción de la prolina.

Vale la pena resaltar que ese trabajo concuerda perfectamente con la filosofía del Modelo EducativoIntergral y Flexible (MEIF), ya que logra motivar un aprendizaje autodidacta y significativo, sin desprenderse de la participación del conjunto de académicos cuya disposición hizo posible este trabajo.