El 40 por ciento de los participantes regresarán el año entrante y 60 por ciento son nuevos, lo que habla de la preferencia por la continuidad lograda: “nuestro objetivo principal es ofrecer un programa académico atractivo, sustentado por un programa de la enseñanza del jazz muy cuidado y que responde a una necesidad real, pues no hay en México un programa como éste”.

Considera además que ya se ha consolidado el seminario, único en su género en el que por espacio de 10 días los músicos se concentran en estudiar y tocar jazz: “no sólo yo o los estudiantes lo decimos, sino los docentes que lo imparten y que vienen de otras partes del mundo. Cada año se van satisfechos del nivel de los músicos mexicanos, lo que es una motivación, pues se dan cuenta de que en México tenemos muchísimo talento para trabajar el género”.

Una de las novedades de esta edición del Festival Internacional de Jazz fue el encuentro de programas de radio que se especializan en el jazz, en que participó una decena de programas, entre ellos dos de Texas y California: “ahora los músicos ya saben a dónde deben mandar su material y se ha creado un vínculo entre creadores y radiodifusores”.

Para el año entrante los retos son mayores, entre ellos, llegar al mercado de Centro y Sudamérica y consolidar el programa formal de estudios enfocados al jazz: “nos enfocaremos también en lo virtual, en los estudiantes, en crecer en todos los sentidos, mantener un programa verdaderamente atractivo, el nivel académico y de difusión esperando estar de nuevo a la altura de los mejores instituciones del mundo que ofertan jazz”.