Año 5 • No. 198 • octubre 24 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Todos los jueves en el teatro La Caja
Lucifer busca el cielo en El jardín de Beamón
Alma Espinosa

Bajo la dirección de Raúl Santamaría, se presenta todos los jueves en el espacio teatral universitario La Caja, la puesta en escena de El jardín de Beamón, de Fabrice Melquiot, una obra con lenguaje lúdico que explora temas universales como el amor y la muerte.

“Tenemos una puesta en escena del orden de trabajo corporal, y en general es una obra con un sutil sentido del humor”, comentó Santamaría. En las representaciones ha sido notorio cómo se divierten los jóvenes, principalmente por el tema de los sentimientos amorosos que pueden darse entre seres disímbolos que aparecen en escena.

Lucifer, el ángel, una niña y Beamón son los protagonistas de la propuesta escénica de la Organización Teatral de la UV. Los cuatro personajes, con características muy distintas, logran establecer una relación amorosa, principal atractivo para el espectador.

“El autor concibió la obra a partir de símbolos, como la niñez, la vejez, el amor, el odio y lo que llamamos el bien y el mal. Sin embargo, lo que dice en su obra no es que exista el bien y el mal, sino que el ángel que nosotros tenemos catalogado como un producto del bien, en realidad tiene ingredientes de maldad y oscuridad”.

A Lucifer, catalogado como un malvado, Fabrice Melquiot lo refleja como un ser que tiene luz y que busca salir del infierno para ingresar al cielo y hacer cosas buenas. En tanto, la niña y Beamón son dos personajes totalmente opuestos, en tanto que habla de la correspondencia entre la niñez y la vejez. “Melquiot habla, a través de símbolos, de que el universo no es lineal, no es un bloque monolítico, sino que las ideas, los sentimientos y estados de ánimo están yendo y viniendo”.

En los 60 minutos que dura la obra, podemos descubrir a un Beamón carnicero, un asesino que odia a la humanidad. Raúl Santamaría señaló que el término carnicero lo refiere a su profesión de médico, que lleva al extremo de la mutilación.

“Podemos decir que es un personaje maldito que no ha conocido el amor. En su vejez se encuentra con la niña, que provoca la apertura del mundo, del universo.

Beamón es la parte oscura del ser humano, la de los odios y las venganzas, que si alguien se atreviera a picar un poquito en esas personalidades florecería el amor. Eso es lo que plantea”.

Para conocer la propuesta de Fabrice Melquiot y presenciar la transformación del bueno en malo y viceversa, no deje de ver la puesta en escena El jardín de Beamón, que se presenta todos los jueves a las 20:30 horas en el teatro La Caja.