donación que hará este organismo internacional por
un millón de dólares para operar este proyecto a cargo
de la UV.
Por estar ubicados por debajo de los 600 metros sobre el nivel del
mar, servirán como pilotos del proyecto cafetales de baja
altitud, y por tanto de baja calidad, de los municipios de Zozocolco
y Atzalan, cuyas plantaciones se ubican en este rango. Este proyecto
se hará extensivo a más de 50 mil hectáreas
en la entidad que al no producir café de calidad no generan
a los cafeticultores ganancias que permitan mejorar su nivel de
vida.
Luego de reconocer la gravedad de la crisis que padece el sector
cafetalero, del cual dependen más de 280 mil productores
veracruzanos, quienes representan la mayor cantidad de pobres del
Estado, en su mayoría indígenas, Fidel Herrera calificó
el proyecto como “una solución integral”.
El rector Raúl Arias Lovillo aseguró que en este proyecto
la UV debería aportar poco más de 797 mil dólares.
Aún cuando el financiamiento de la ONU no ha llegado, la
institución ha contribuido con más de 218 mil dólares
(más de dos millones de pesos), resultado de aportes directos
del presupuesto universitario y más de 75 mil dólares
(alrededor de 800 mil pesos) de proyectos específicos. Para
operar y garantizar el éxito del proyecto, la UV requiere
poco más de un millón de dólares para gastos
directos y administrativos.
La prioridad de sustituir los cafetales de baja altitud y mala calidad
por cultivos agroforestales, forrajes, vainilla, ornamentales o
pimiento, que tienen buena aceptación en el mercado internacional,
también fue resaltada por la diplomática Sandra Fuentes,
quien apoyó desde 2001 las gestiones realizadas por la UV,
la Fundación Produce (Funprover) y la Comisión
Veracruzana de Comercialización Agropecuaria (Coveca)
ante el FCPB, en la Unión Europea.
Y es que las plantas para follaje se pueden sembrar entre los cafetales,
de manera que la sustitución se puede hacer de forma progresiva
para que los campesinos no sientan el impacto de inmediato: “Yo
me regreso a Holanda con la tarea de encontrar mercado para estos
productos, caminos de distribución que sean efectivos”.
Marcela Aguilera Landeta, titular del Coveca, dijo que
la crisis cafetalera obedece a la sobreoferta y excesiva acumulación
de café, pero además, a la carencia de mecanismos
internacionales que regulen la oferta y ayuden a estabilizar los
precios internacionales.
Arias Lovillo explicó también que el proyecto, originado
en la UV, contará con la participación de áreas
como Ciencias Biológicas y Agropecuarias, el Centro de Investigaciones
Tropicales y la Facultad de Economía. Los objetivos son implantar
esquemas agroforestales rentables, alternativos a la producción
de café, estimular el desarrollo sustentable en las comunidades,
promover la formación de una visión empresarial y
generar servicios ambientales.
El proyecto no afectará la biodiversidad, pues no implica
la desaparición de otras especies vitales para el ecosistema,
pese a que plantea sustituir paulatinamente, en un plazo de ocho
años, el café de escaso valor comercial por otros
cultivos con enorme potencial de exportación.
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