Año 5 • No. 198 • octubre 24 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Ampliarán el catálogo conformado en 37 años de investigación
Levantarán UV e Inecol nuevo
inventario de flora veracruzana
Edith Escalón

Para conocer las especies de flora que existen en Veracruz, aprovechar al máximo los recursos energéticos, medicinales, comestibles y de valor económico del estado y, al mismo tiempo, hacer estudios que permitan desarrollar metodologías para la conservación y rehabilitación de zonas deterioradas, la Universidad Veracruzana y el Instituto de Ecología (Inecol) retomarán el proyecto Flora de Veracruz, bajo el cual se ha construido, desde 1968, el acervo científico más importante de México.

A diferencia de las primeras fases del proyecto, la que hoy inicia pretende hacer efectiva la distribución social del conocimiento, llevando información útil a las

comunidades veracruzanas mediante publicaciones que, con un lenguaje accesible, den cuenta de los recursos de cada uno de los municipios, comentó Arturo Gómez-Pompa, investigador de la UV, quien inició este proyecto hace casi cuatro décadas en la UNAM.

A la fecha, Flora de Veracruz ha derivado en la publicación de 134 estudios completos de igual número de familias de plantas, 30 estudios de bioclimas de Veracruz, dos fascículos de metodologías para la regeneración de selvas (basados en Los Tuxtlas), estudios de recursos maderables y publicaciones periódicas como Inireb Informa, la revista Biótica –que se editó 15 años consecutivos–, y más de 100 tesis que enriquecieron la investigación relacionada con el eje central del proyecto.

Para Gómez-Pompa, asesor del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la UV, “el proyecto nunca se detuvo, sólo cambió de orientación”, al hacer referencia a las diferentes etapas que las investigaciones científicas atravesaron bajo el amparo de la UNAM en sus inicios y, posteriormente, del desaparecido Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (Inireb) y del Inecol, donde se encuentra ahora.

Gonzalo Castillo, quien hoy tiene a su cargo el proyecto desde el Inecol, explicó que si bien Flora de Veracruz ha mantenido su prestigio en estas décadas, es necesario darle un nuevo impulso en dos vertientes principales: desarrollo de conocimientos municipales y estudio de la flora de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), ahora con la participación protagónica de la Universidad Veracruzana, que asegurará la incursión de las nuevas generaciones en la investigación para ampliar el catálogo de estudios científicos.

Es necesario lograr un conocimiento florístico más puntual, alimentando las colecciones científicas pero también haciendo que la información esté al alcance de los ayuntamientos y les sirva para tomar decisiones para la conservación, por lo cual han planeado “traducir” la información dura en conocimientos accesibles para las comunidades, empezando por Zozocolco y Atzalan, donde la UV ya opera otros proyectos.

Conocimiento para compartir
Castillo dijo que la construcción del conocimiento será colectiva, pues los recorridos de campo serán conjuntos y habrá un permanente intercambio de información tradicional y científica, en la que enfatizarán la difusión, que se realizará mediante sistemas de cómputo (a través de Internet), que pondrá a disposición de cualquiera el resultado de los estudios: “Lo más importante es que la información sea usada”, comentó.

Comentó que uno de los objetivos del proyecto es lograr que la población de municipios rurales y urbanos adquiera conocimientos valiosos para la conservación, “que entienda, por ejemplo, por qué se secan los cuerpos de agua cuando se tala el bosque, por qué un conjunto de plantas puede beneficiar a la población, cuáles son las especies más valiosas por su madera, leña, propiedades medicinales, comestibles; cuáles están desapareciendo, etcétera”.

Castillo, quien ha participado en el proyecto desde sus inicios en la UNAM, aseguró que es urgente dar a conocer que casi el 90 por ciento de las especies que había originalmente en nuestros ecosistemas han dejado de existir, reemplazadas por flora secundaria, y que se está perdiendo esa vegetación que es capaz de captar agua, nutrientes, carbono (frenando la contaminación o el calentamiento global), o que contiene en sí misma sustancias útiles para el hombre: “Un árbol de pino, por ejemplo, capta hasta 60 litros de agua por hora, podemos imaginar lo que significa un bosque”.

Arturo Gómez-Pompa dijo que los principales destinatarios para las publicaciones municipales serán los estudiantes y maestros de las escuelas secundarias y de bachillerato, además de productores y presidentes municipales, a quienes también planean llevar la información de las bases de datos que ya existen con ambientes amigables, que a través de preguntas y respuestas pueda proporcionar información sobre los recursos naturales de la región.

El Citro ya cuenta con un sistema de este tipo para la identificación de árboles tropicales de México, Belice y Guatemala, creado bajo la dirección de Nisao Ogata, especialista en ecosistemas tropicales, disponible en Internet (www.uv.mx/citro), que permite consultar los nombres comunes de los árboles en más de 60 lenguas, saber dónde se encuentran, para qué sirven y cómo se utilizan.

El otro eje del proyecto implica la investigación exhaustiva en Áreas Naturales Protegidas. “Tener zonas bajo custodia sin inventarios biológicos es como tener una biblioteca sin catálogos”, aseguró Gómez-Pompa, y recalcó que implica el desconocimiento de lo que se está protegiendo. “Flora de Veracruz es uno de esos catálogos, pero falta mucho por ampliar”, aseguró el científico, reconocido internacionalmente como un explorador excepcional.

Adicionalmente, el proyecto tiene como propósito la creación de empleos para las nuevas generaciones de biólogos, quienes podrán integrarse a los equipos de trabajo que formen tanto la UV como el Inecol, y realizar investigaciones primero tuteladas, para seguir después sus propias líneas.