Debido al propio desarrollo del trabajo científico
y del personal que lo realiza, la UV se enfrenta hoy al hacinamiento
en cubículos, laboratorios, talleres, aulas y bibliotecas,
y a la necesidad de más y mejores espacios apropiados para
la investigación, personal académico calificado, recursos
para proyectos y, ante todo, apoyos para la vinculación con
otras dependencias dentro y fuera de la UV.
Éstas fueron las demandas más recurrentes que los
investigadores presentaron al rector Raúl Arias Lovillo,
durante la visita que hizo la semana pasada a cuatro de los centros
de investigación más prolíficos de la UV: los
institutos de Salud Pública, Neuroetología y Estudios
Superiores Económicos y Sociales, y la Unidad de Servicios
de Apoyo a la Resolución
Analítica (SARA).
Trabajo
de punta en SARA
En esta última, que apoya el trabajo de análisis químico
de los dos laboratorios de alta tecnología de la UV (Latex
y LATO), es incuestionable la determinación de los investigadores,
quienes a pesar de haber obtenido por servicios y proyectos de investigación
más de tres millones de pesos de fondos externos –que
han aplicado desde 1997 para el equipamiento y operación
de esta unidad científica–, sus actividades han rebasado
su capacidad instalada para operar, sobre todo en cuanto a infraestructura.
De hecho, en un laboratorio acondicionado en el exterior de sus
instalaciones –sin cimientos, construido con lámina
de asbesto y expuesto a condiciones no reguladas de humedad y temperatura–,
han realizado parte de la elucidación estructural de cinco
nuevos compuestos con posible actividad anticancerígena,
que dieron lugar a igual número de artículos científicos
publicados en Tetrahedron: Asymmetry, una revista inglesa
de arbitraje y prestigio internacional.
Aún en condiciones adversas, los investigadores han desarrollado
nuevas metodologías para purificar compuestos y monitorear
diversos procesos que permiten discernir la naturaleza química
de muestras diversas, entre ellas el secado de disolventes por medios
artificiales, el uso de líneas de nitrógeno, así
como dispositivos de vidrio capaces de soportar actividad ante condiciones
no reguladas de humedad, según explicó el doctor Oscar
García Barradas, investigador y fundador de SARA, autor de
dos de estos estudios.
Al visitar este improvisado laboratorio, el rector resaltó
la determinación de los investigadores universitarios que,
pese a las lamentables condiciones de trabajo, obtienen resultados
científicos de primer nivel, que compiten en la generación
de conocimiento con el que producen los mejores institutos del mundo,
y reconoció que son las limitaciones presupuestales y la
ausencia de planeación a largo plazo de anteriores administraciones
las causas de los problemas que hoy enfrentan los científicos
de la UV.
Neuroetología,
referente mundial en estudios de primates
Lo mismo dijo ante investigadores del Instituto de Neuroetología
–que estudia la conducta y el cerebro de los animales como
base de la investigación biomédica–, uno de
los más fructíferos de la UV, en donde el propio crecimiento,
deseable en cualquier sentido, ha derivado en problemas de hacinamiento
que frenan su desarrollo.
Ahí, 16 investigadores (80 por ciento de ellos integrantes
del Sistema Nacional de Investigadores), operan dos de los programas
de posgrado de mayor prestigio en el ámbito nacional e internacional,
reconocidos por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt) y en varios países por su excelencia académica:
la maestría y el doctorado en Neuroetología, los que
han formado en la última década más de 140
posgraduados, más de 95 por ciento de ellos se ha integrado
a centros científicos y continúa realizando actividades
de investigación.
Además de la docencia, los investigadores del Instituto de
Neuroetología trabajan en dos estaciones biológicas
en el sureste del país, dos reservas ecológicas y
numerosos proyectos de investigación y conservación
en diversos ecosistemas de Veracruz y otros estados, cuyas investigaciones
con primates, por ejemplo, son referente mundial desde hace 25 años,
cuando un grupo de egresados de Biología inició estudios
en las islas de Catemaco.
Los científicos plantearon la necesidad de un nuevo edificio
especial para el posgrado –requerimiento que ha sido señalado
por el Programa Nacional de Posgrado– al que los universitarios
solicitaron recursos para apoyar este año la formación
de nuevos investigadores. De hecho, el organismo ya aprobó
la entrega de 38 becas para estudiantes de estos programas que suman
más de ocho millones de pesos.
Investigación
para beneficiar a Veracruz
El rector Arias Lovillo escuchó los avances logrados en 25
años por el Instituto de Salud Pública (ISP) y por
el Instituto de Investigaciones y Estudios Económicos y Sociales
(IIESES), cuyos investigadores se mostraron dispuestos a fortalecer
una de las líneas principales del programa de trabajo de
la presente administración universitaria.
“Para fortalecer un modelo educativo centrado en el aprendizaje
y en la generación y distribución social de conocimientos,
como el que hemos impulsado, necesitamos producir conocimiento,
generarlo colectivamente, lo cual sólo será posible
fortaleciendo la investigación y la formación de recursos
humanos en las áreas que son prioritarias para Veracruz,
y en aquellos campos que podemos destacar nacional e internacionalmente”.
Resaltó el compromiso que estos dos centros de investigación
tienen para con la entidad, pues su trabajo es posicionar y demostrar
la trascendencia de los estudios regionales, en desarrollo, gestión
administrativa, lucha contra la pobreza, etc., como de salud pública.
Arias Lovillo remarcó a los investigadores que todas las
necesidades y apoyos requeridos para impulsar la investigación
serán analizados puntualmente por su equipo de trabajo, para
resolver las necesidades específicas de acuerdo con las posibilidades
económicas y administrativas de la institución.
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