Jesús
Lau Noriega. |
Boca
del Río, Ver.- La UNESCO retomó, y se encuentra
traduciendo a todos los idiomas registrados en la ONU, una serie de
directrices educativas desarrolladas por Jesús Lau Noriega,
director de la USBI-Mocambo en la región Veracruz-Boca del
Río, que servirán como modelo de las capacidades que
los estudiantes universitarios del mundo deben tener para sacar provecho
de la información a su disposición.
El modelo desarrollado por Lau Noriega, también director de
la Biblioteca Virtual de la UV (BiV), inicialmente contó con
el financiamiento de la Federación Internacional de Asociaciones
de Bibliotecas (IFLA, por sus siglas en inglés), con sede en
La Haya, Holanda, y ahora la UNESCO ha destinado diez mil dólares
para realizar su traducción a idiomas como árabe, ruso,
alemán, |
español
(dado que la versión original fue escrita en inglés),
francés y chino.
La propuesta de Lau Noriega se conforma por una serie de directrices
homologables en el ámbito internacional que establecen el
estándar a seguir para que los jóvenes universitarios
de cualquier país obtengan, durante su paso por la educación
superior, las habilidades –también llamadas competencias–
para localizar, recuperar y utilizar la información de su
entorno. “Acceso, evaluación y uso de la información
son las tres grandes categorías de estas competencias, necesarias
si queremos que realmente aprenda a aprender”.
“En los modelos educativos de tipo constructivista, como el
MEIF de la UV, para que los alumnos puedan desarrollar competencias
de aprendizaje deben contar primero con competencias informativas,
es decir, que sepan identificar su necesidad de información,
expresarla, localizar la información que necesitan, recuperarla,
evaluarla, usarla y comunicarla. Son estas competencias las que
se proponen y que el alumno debe recibir a lo largo de su formación
universitaria”.
De acuerdo con Lau, el documento retomado por la UNESCO servirá
como “estándar para las instituciones de educación
superior del ámbito internacional para que puedan conseguir
su misión educativa dentro del constructivismo. Estas directrices,
en cierta medida, apoyan a aquellos países que están
en desarrollo, o a instituciones de cualquier país que esté
iniciando un programa (de desarrollo de competencias en información)
o que deseen fortalecerlo y no sepan cómo hacerlo”.
La importancia del modelo propuesto por Lau aumenta toda vez que
“en el nivel internacional hay muchas limitaciones para favorecer
la adquisición de habilidades, las autoridades no entienden
con claridad la idea, el concepto de cómo armar un programa
para desarrollar competencias informativas”. En este sentido,
el modelo incluye un apartado con sugerencias para generar un cambio
en las autoridades educativas y obtener su apoyo para lanzar un
programa de esta naturaleza.
La información (y la capacidad de valerse de ella) “es
un elemento indispensable en los procesos de aprendizaje, la materia
prima con la cual se pueden resolver problemas de aprendizaje. La
información es el vehículo que transporta al conocimiento,
la experiencia humana, en pocas palabras, los saberes que tiene
la sociedad. Si no sabemos usarlo, no podemos resolver problemas.
La población tiene necesidades de información, pero
no está consciente de esta necesidad”.
No obstante, la necesidad de desarrollar competencias de este tipo
“cuesta trabajo de entender porque buena parte de los docentes
y autoridades educativas han sido formadas en ambientes con escasos
recursos informativos, por no decir falta de bibliotecas. Por ejemplo,
la UV hace 10 años no tenía la infraestructura bibliotecaria
que tiene en este momento”.
De esta manera, las directrices elaboradas por Lau permiten a las
IES del mundo establecer el ideal a formar, en cuanto a información,
a lo largo de la universidad y “han sido muy bien recibidas
porque no existía un documento de esta naturaleza, ahora
la tarea que tenemos es traducirla a diferentes idiomas para que
la UNESCO la lleve a los gobiernos”.
Luego de desarrollar este modelo, Lau encabezará a un grupo
de seis investigadores de países como Noruega, Suecia, Estados
Unidos y Sudáfrica para determinar el estado que guardan
las competencias informativas a nivel internacional, pues la UNESCO
está interesada en desarrollar una agenda sobre alfabetización
informativa a nivel mundial para los gobiernos.
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