Año 5 • No. 198 • octubre 24 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Cáncer de la cerviz, primera causa de muerte
de mujeres en el país

Ricardo Luna

El miedo a realizarse el Papanicolau y la ignorancia, factores que permiten que este tipo de cáncer avance, explicó Bertha Cocotle Monzón.
A pesar de que en la década de los cincuenta se apostó por realizar de manera regular la citología vaginal, llamada Papanicolau, el cáncer cérvicouterino sigue siendo la primera causa de muerte en mujeres en México, señaló Bertha Cocotle Monzón, catedrática de la Facultad de Medicina.

Durante los festejos del Día del Médico en esa facultad, señaló que esta enfermedad no debiera tener dichas consecuencias, sobre todo porque el cáncer de cerviz detectado a tiempo en la etapa invasiva, es curable.

Hay dos factores responsables de que esta enfermedad tenga tanta prevalencia entre las mujeres. El primero es el muestreo, donde la gran mayoría de las mujeres se queja por la falta de tacto por parte de quien lo realiza. Bien practicado, no debe molestar, pero debido a las experiencias negativas de algunas mujeres, se ha difundido que es doloroso e incómodo, por lo que se tiene cierto recelo para las tomas.

Mencionó como ejemplo la campaña federal para detección de cáncer, con carácter gratuito, cuyo personal, según varias mujeres, carece de la preparación para hacer el muestreo, por lo que prefieren aplazar su cita con el médico.

Otro factor es la situación cultural. Está comprobado que al margen del nivel educativo o económico, el conocimiento sobre el cáncer del cuello uterino es prácticamente nulo o básico: “el problema lo vemos incluso en chicas que estudian medicina, saben lo básico y nada más”.

También es común que la mujer o el hombre dejen a un lado la salud para sufragar otros gastos y sólo se atienden cuando la enfermedad ha avanzado o se sienten mal.

Influyen también el entorno, el rol de género, donde intervienen la carga domestica, la falta de tiempo y las presiones de las parejas que se niegan a que sus mujeres acudan a revisiones ginecológicas cuando el médico es hombre.

En cuanto a la periodicidad para realizarse la toma de muestras, Cocotle Monzón agregó que, según la norma mexicana, el Papanicolau se debe iniciar tres años después que comienza la actividad sexual. Posteriormente, cada tres años, en el caso de que se tengan estudios negativos en mujeres jóvenes.

En mujeres de más de 60 años, se considera que con tres estudios con resultados negativos sin ninguna anormalidad el estudio se puede suspender. En pacientes que hayan tenido histerectomía y dependiendo el porqué se les quitó el útero los estudios se podrán hacer cada tres años.

Consideró positivo que las mujeres se realicen el Papanicolau cada año, ya que el cáncer del cuello del útero está condicionado por la presencia del virus del Papiloma Humano que es de trasmisión sexual y que empieza a ser un problema
de salud.

Con el Papanicolau se puede tener un diagnóstico sobre otras lesiones virales y para tener un cien por ciento de seguridad en algún diagnóstico existen las técnicas de biología molecular conocida como PCR donde ya se va a la búsqueda del DNA del virus para tipificarlo como de alto o bajo riesgo. Sin embargo, la toma de muestras del Papanicolau y la manera cómo se hace, sigue siendo la forma preventiva por excelencia.