Año 6 • No. 200 • noviembre 7 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Según el etnoecólogo Víctor Manuel Toledo
El desarrollo social ha estado ligado
a la diversidad genética y ecológica
Ricardo Luna
El desarrollo de las culturas que se asentaron en Mesoamérica siempre estuvo ligado a la presencia de elementos como montañas, desiertos, llanos o espacios lacustres
La aparición de una lengua madre está fuertemente relacionada con la diversidad biológica y la riqueza cultural de los pueblos, señaló el etnoecólogo Víctor Manuel Toledo, y añadió que con la aparición del Homo sapiens hace más de seis millones de años y gracias a la domesticación de los cultivos y los animales surgió el protolenguaje, medio que detonó el conocimiento, aunque tuvieron que pasar unos 100 mil años para que el hombre desarrollara conocimiento precientífico.

Durante su conferencia “Etnoecología: ciencia, pueblos indígenas y modernidad”, el investigador de la UNAM dijo que según estudios sobre el origen del hombre y el desarrollo de la lingüística, la riqueza cultural y el desarrollo social del ser humano están íntimamente ligados a la diversidad ecológica y genética.

Desde el origen de las lenguas, la partición de las poblaciones fue dando lugar a la diversidad: “Actualmente existen unas seis mil lenguas en todo el mundo, pero muchas se perdieron”. Citó como ejemplo a América, donde había unas mil 200 lenguas antes de la llegada de los europeos. Con el choque de estos mundos se perdió el 75 por ciento de las culturas que habitaban originalmente América, pero el impacto fue menor en Asia y África.

Aseguró que la mitad de las lenguas del mundo se encuentra amenazada por la televisión, considerada como uno de los agentes de destrucción de las lenguas, capaz de modificar patrones culturales y erradicar costumbres de forma profunda en las comunidades.

Manuel Toledo apuntó que hoy se sabe que el conocimiento respecto de otra lengua se mide por el número de palabras comunes, es decir, por las similitudes, a pesar de la separación y el aislamiento de grupos humanos.

Como ejemplo citó al estado de Oaxaca, considerado como el mejor laboratorio de la lengua en nuestro país: “En este estado se hablan por lo menos siete u ocho lenguas principales, pero existen numerosos grupos culturales con diferentes lenguas, muy cercanas pero finalmente separadas debido a la orografía del lugar”.

En México existen por lo menos 50 lenguas con sus variantes dialectales como las mayenses o purépechas, estas últimas unas de las más raras, pues se ha descubierto que no tiene relación con el resto de las lenguas antiguas y sí mantiene lazos con las principales lenguas de los Andes, por lo que se ha dado la hipótesis de que los purépechas fueron un grupo que llegó por la costa del Pacífico y pobló lo que ahora es el estado de Michoacán.

Subrayó que, desde el punto de vista ecológico, las culturas que se asentaron en la región mesoamericana siempre estuvieron ligadas al lugar de origen, es decir, su desarrollo ha estado unido a la presencia de elementos como las montañas, desiertos, llanos o espacios lacustres.

Esta relación entre regiones ecológicas y asentamientos antiguos, hoy depositada en hombros de las comunidades indígenas, ha generado una riqueza plurilingüística en las cerca de 26 regiones indígenas existentes.

Dicha presencia antigua se ha manifestado también en importantes hallazgos como las primeras huellas del maíz, cuyos orígenes datan de hace aproximadamente siete mil años, práctica agrícola a la que calificó como unas de las creaciones biotecnológicas más importantes del ser humano.