Año 6 • No. 200 • noviembre 7 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Seguridad en construcciones, sujeta a aspectos económicos
Juan Carlos Plata
Coatzacoalcos, Ver.- Los costos económicos impactan en el diseño de la construcción, pero en cuestión de seguridad no se deben escatimar, porque este aspecto es lo que más importa, aseguraron Narno Monroy y José Alfredo Jiménez, catedráticos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana, en el campus Coatzacoalcos.

Explicaron que para que las edificaciones de todo tipo resistan los efectos de fenómenos naturales como sismos y huracanes se deben tener en cuenta normatividad como el diseño por vientos y las características de suelo.

“El efecto que tienen los sismos en las estructuras va a depender, en principio, de las características del suelo, que determinarán cual será la intensidad de la onda sísmica, y de las propias del edificio, materiales y geométricas”, dijo José Alfredo Jiménez. Añadió que son los tipos de suelo los que marca la manera en la que hay que diseñar y construir un edificio cualquiera, por lo que es necesario saber mezclar los sistemas estructurales, a partir del conocimiento de dichas características.

“Se pueden ver dos estructuras que parecen ser exactamente iguales por fuera, pero que fueron construidas en suelos diferentes y, por tanto, diseñadas con distintas solicitaciones, ya que de manera interna deberán variar sus refuerzos y principalmente sus cimentaciones”.

Narno Monroy aseguró que muchas veces lo problemas de seguridad van de la mano con aspectos de carácter técnico económico; si se desea aumentar el grado de seguridad de la construcción se requiere contemplar acciones mucho más desfavorables de las que normalmente se emplean, y eso da lugar a construcciones de mayor resistencia, pero de un costo mucho más elevado.

“Lograr una construcción inmune a todo elevaría muchísimo los costos y probablemente ni siquiera podamos hacerla, hay construcciones que se diseñan y se construyen con estándares sumamente altos como las plantas nucleoeléctricas y aun así siempre hay un riesgo latente de que puedan fallar”.

Dijo también que los vientos (generalmente los que sobrepasan los 118 kilómetros por hora, que es cuando alcanzan la categoría de huracán), generan presión sobre las construcciones, lo que se traduce en fuerza que es capaz de destruir por completo las estructuras; pueden levantar cubiertas, tirar recubrimientos, romper ventanales, dañar torres de transmisión eléctrica, puentes.

“El país se divide en zonas eólicas y cada zona tiene una probabilidad diferente de que se presenten ciertos tipos de vientos, normalmente se manejan por la velocidad; en esos rangos de velocidades de vientos por región se estiman generalmente tres posibles casos: cuando el viento tiene una probabilidad de recurrencia de 10, 50 o 200 años”, explicó.

Cada periodo de recurrencia corresponde a un tipo de construcción, en la cual hay que emplear un indicador como base para el diseño, entre más prolongado sea el periodo de recurrencia la probabilidad es que los vientos sean de mucha fuerza. En la región del Golfo de México, para 10 años son 80 kilómetros por hora; para 50 años, 120 y para 200 años es de 250.

Monroy aseguró que en todos los países existe normatividad para “diseñar por viento”. Por ejemplo, el reglamento de construcciones de Veracruz presenta la necesidad de diseñar con viento, aunque lamentablemente no cuenta con normas técnicas complementarias, como las que tiene el reglamento del Distrito Federal, que por mucho es el más desarrollado del país.

“La acción del viento sobre las construcciones se considera de tipo accidental, porque no se pude predeterminar a la hora del proyecto, ya que sólo se sabe que es probable que haya una acción de viento de una magnitud determinada. Las cargas de tipo accidental, por norma, son las que no corresponden al funcionamiento propio de la construcción y que adquieren valores significativos en periodos muy cortos de la vida útil de la construcción. Aunque siempre habrá vientos, los que nos interesan son los críticos, los que pueden poner en riesgo a la construcción”, dijo.

En cuestiones de seguridad, las construcciones se clasifican de acuerdo a su grado de importancia, los de grupo A son aquellos que deben estar en servicio en caso de emergencia, como hospitales, edificios públicos y construcciones que resguarden sustancias tóxicas o explosivas y se diseñan con factores de seguridad más altos; los del grupo B son construcciones de tipo común, casas-habitación, hoteles, etcétera.