Año 6 • No. 200 • noviembre 7 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Recomienda médico de la UV aumentar su cuidado
Los riñones no se rehabilitan ni con tratamientos médicos
Edith Escalón
El riñón es un órgano vital del ser humano que, a diferencia de otros, no es posible rehabilitar con tratamientos médicos, pues una vez que ha empezado a mostrar alguna disfunción su deterioro termina por ser total, aseguró Benjamín Castro Miranda, médico y académico de la Universidad Veracruzana.

Cada año se registran 100 nuevos casos de insuficiencia renal por cada millón de habitantes, es decir, dos mil nuevos casos al año tan sólo en México, lo que convierte a este padecimiento en un problema de salud pública, dijo a propósito de este tema que se analizará del 10 al 12 de noviembre en el Primer Congreso Nacional de Medicina Interna, en la UV.

Castro Miranda aseguró que para Veracruz este problema es mayor, pues tiene uno de los más altos índices de diabetes, que es la principal causa de insuficiencia renal: “eso augura en algunos años más casos de disfunciones renales entre los veracruzanos”.

Explicó que una vez que el riñón ha empezado a presentar disfunciones es seguro que terminará por dejar de funcionar, ante lo cual la ciencia médica sólo tiene tres opciones de terapias alternativas que sustituyen o llevan a cabo las funciones que antes realizaban los riñones: la diálisis, la hemodiálisis o el trasplante renal.

Como médico, Castro Miranda alertó a la población sobre las implicaciones de este padecimiento, pues no sólo trae consecuencias en la salud sino en la economía familiar: “la diálisis y la hemodiálisis cuestan en promedio 100 mil pesos por año, lo que representa ya de por sí un problema para muchas familias, sobre todo para aquellas que no cuentan con seguridad social”.

Además, estos tratamientos alternativos de la función renal requieren grandes cuidados: “Con la diálisis el paciente tiene que hacerse su terapia diariamente, con un alto riesgo de tener una infección renal”.

Por si fuera poco, el paciente tiene que tomar medicamentos para la presión y sustancias como la editoproyetina, una sustancia que los riñones generan en condiciones normales y que es necesaria para la producción de sangre, que ya se encuentra disponible en un excipiente médico que se aplica en forma de inyección.

Aunque las insuficiencias de los riñones no se caracterizan por ser dolorosas en el propio órgano renal, tienen otros síntomas que sí son evidentes y que pueden ser los focos rojos de este padecimiento, entre ellos anemia, náuseas, diarreas, vómito o retención de líquidos, síntomas que igual se presentan en niños que en adultos en etapa senil.

“Si están dañados los riñones no nos van a doler, pero nos van a provocar una serie de padecimientos alternativos que terminarán por minar gravemente nuestra salud”.

El médico universitario reconoció que existen múltiples causas que pueden afectar al sistema renal, desde enfermedades inmunológicas y congénitas (propias del riñón) hasta la ingesta de medicamentos tóxicos, aunque insistió que la principal causa es la diabetes, así como la hipertensión, enfermedades que afectan la capacidad de riñón de eliminar y filtrar sustancias nocivas para el cuerpo humano.

“Si nuestra primera causa es la diabetes hay que procurar no hacernos diabéticos”, por lo que recomendó a la población aumentar los cuidados con respecto a este órgano vital: llevar el peso adecuado de acuerdo a la talla, hacer ejercicio, comer menos alimentos chatarra, disminuir el consumo de refrescos y azúcares y tomar agua de fruta y natural.

Aseguró que la mayoría de la gente no tiene conciencia de la importancia de las funciones renales, ni siquiera los médicos. En un congreso se preguntó a los médicos quién se había hecho en el último año un diagnóstico temprano de orina, y cinco o seis lo hicieron.

Volvieron a preguntar, cuántos de ellos se hicieron el examen general de orina (EGO) sin tener infección de vías urinarias, y casi nadie
volvió a hablar.

Para Castro Miranda, el examen general de orina es «la biopsia del pobre», porque con este estudio es posible tener idea de muchas de las alteraciones que pudiera tener el paciente en su organismo, especialmente en el riñón: “Creo que el EGO, cada tres o cinco años, es un estudio base que, acompañado por biometrías y químicas sanguíneas, podría ayudar a prevenir los casos de disfunción renal que ya se vislumbran”.

Dijo que el panorama de la incidencia de insuficiencia renal crónica en la parte final de diabéticos ha crecido de manera alarmante: “En los años setenta había de 20 a 30 casos por año en Europa, pero en los noventa ya son cerca de cuatro mil casos nuevos por año, no hay duda que están creciendo”.

El deterioro renal es natural y se agrava con el envejecimiento: “Después de los 40 años nuestros riñones empiezan a deteriorarse, y este deterioro es progresivo, así que a los 80 años, aún si hemos sido saludables, los riñones funcionan al 50 por ciento. Pero si tenemos diabetes, hipertensión, obesidad, cardiopatía u otros padecimiento, el deterioro es mucho más rápido”.