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Reptiles
y anfibios endémicos de México
son los menos protegidos* |
Se
calcula que alrededor de 613 especies de reptiles y anfibios presentan
algún grado de amenaza, y existen otras 100 que ya empiezan
a tener distribuciones restringidas |
México
es una de las dos naciones del mundo, junto con Australia, más
ricas en especies de anfibios y reptiles, sin embargo, en nuestro
país estos animales son los menos protegidos en las reservas
ecológicas, revela un estudio de Georgina Santos Barrera, investigadora
de la Facultad de Ciencias, y Jesús Pacheco Rodríguez
y Gerardo Ceballos, especialistas del Instituto de Ecología
de la UNAM.
“En las áreas protegidas del país están
representadas 98 por ciento de las especies de aves y alrededor de
75 por ciento de los mamíferos, mientras los reptiles tienen
sólo 61 por ciento y la situación de los anfibios es
crítica con 38 por ciento”, señala Pacheco Rodríguez.
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Para el investigador la principal desventaja de estos animales es
“que no son carismáticos como el jaguar, un oso o una
águila real. La gente no se asocia a ellos”, indica.
La investigación señala que las especies más
necesitadas de protección, como las endémicas y las
que se encuentran en peligro de extinción, están subrepresentadas
en las áreas protegidas, es decir, se encuentran representadas
en menores proporciones que las especies no endémicas y consideradas
fuera de riesgo. |
“Por
ejemplo, sólo 29 por ciento de los anfibios y 46 por ciento
de los reptiles endémicos de México presentan poblaciones
en estas reservas, lo que significa una debilidad del sistema de áreas
protegidas. Además, es interesante indicar que la mayoría
de estas especies se encuentran representada en una solo reserva,
Los Tuxtlas en Veracruz”, menciona el especialista.
En México se conocen 360 especies de anfibios y 804 de reptiles,
de los cuales el 60 por ciento es endémico del país
y se ubican principalmente en las islas del Golfo de California, la
Sierra Madre del Sur de Guerrero y Oaxaca, y el eje Volcánico
Transversal.
De estos estudios se desprende también que las áreas
protegidas seguirán siendo insuficientes para proteger la diversidad
biológica de México, sobretodo si se considera la enorme
riqueza de especies de plantas e invertebrados. |
Reservas
más importantes
·
Los Tuxtlas, Veracruz, con 145 especies.
· Sierra Gorda, Querétaro con 98 especies.
· Islas del Golfo de California, con 89 especies.
· Tehuacán-Cuixmala, Jalisco, con 40 especies.
· Cañón de Santa Elena, Chihuahua con 28
especies.
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“Una
tarea fundamental en la conservación de especies es determinar
cuáles son prioritarias debido a que se encuentran en un mayor
riesgo de extinción. El número de este grupo es alarmante
pues se estima que alrededor de 613 especies de reptiles y anfibios
presentan algún grado de amenaza y existen otras 100 que ya
empiezan a tener distribuciones restringidas”, explica.
El estudio señala que aunque en México existen más
de 150 reservas federales que protegen la mayoría de los ecosistemas
del país, no existe información efectiva sobre la efectividad
de esas reservas para mantener la diversidad biológica. |
Y advierte que para consolidar la estrategia de conservación
del país es fundamental priorizar la conservación de
las áreas protegidas con base en su diversidad biológica
y determinar áreas adicionales que requieren ser convertidas
en reservas para tener representadas al mayor número de especies,
Para el investigador otro de los problemas que enfrentan tales especies
es su distribución natural “tienen un reparto muy pequeño,
es decir, son microendémicas como sucede en varias partes de
Oaxaca, donde sólo encontramos cierta variedad en la punta
de un cerro o en una barranca, lo que hace que su protección
sea complicada”.
Pero más allá de esa desventaja, agrega que las principales
causas para hablar de una posible extinción fueron hechas por
el hombre: “desconocemos qué es un reptil o un anfibio.
Hablamos de que las serpientes son bastantes menos venenosas, pero
desconocemos que la mayoría de ellas no son venenosas y eso
es falta de una educación ambiental”.
“Lo demás se asocian a esto y son los problemas de siempre:
cortamos un bosque y ellas desaparecen, provocamos un cambio de suelo
y les causamos condiciones adversas. Con ello estamos extinguiendo
poblaciones regionales, un ejemplo lo es un sapo endémico de
Sonora –bufo retifornios– el cual hace ocho años
se encontraba en Hermosillo y hoy ya no existe por el crecimiento
de esa ciudad”.
*Nota aparecida en el periódico Crónica en su edición
del 3 de noviembre. |
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