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Cambio
climático y planificación
ambiental, retos para el Golfo de México |
En
la zona del Golfo de México jamás se habían presentado
23 tormentas tropicales o huracanes en una sola temporada, y a sólo
un mes de que comenzó el periodo, en junio, hubo siete eventos
significativos, señalan especialistas del Instituto Nacional
de Ecología (INE) de la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat).
Esto sucedió en zonas donde el nivel del agua tiene una variación
normal de 48 centímetros en escala diurna, y hubo ascensos
de ocho metros en seis horas, lo cual es 16 veces más de lo
normal. “En sentido figurado, se dio un pulso energético
hidrometeorológico como si se tratara de un tsunami”,
indican los investigadores Alejandro Yáñez, del INE,
y John W. Day, del Coastal Ecology Institute, en el análisis
Ecosistemas vulnerables, riesgo ecológico y el récord
2005.
Detallan que en julio ocurrieron las tormentas Arlene, Brett,
Cindy, Franklin y Gert, y los huracanes Dennis y
Emily. “El primer aviso fuerte para las costas mexicanas
fue Emily, y Veracruz resintió este huracán
de manera significativa. El peor de todos fue Dennis, que
golpeó diversos puntos del Caribe y del 4 al 12 de julio atacó
las costas de Alabama y Florida con vientos de 150 millas por hora”,
indican.
Después la situación fue peor, agregan, porque a finales
de agosto surgió Katrina, “cuyos daños
tardarán muchos meses en ser cuantificados, aun cuando de manera
preliminar se estima una cifra de pérdidas de más de
100 mil millones de dólares, además de la cifra oficial
de mil 300 muertos”.
Si Katrina representó para Estados Unidos el peor
desastre natural, igual puede decirse en México para la tormenta
tropical Stan, en septiembre, y el huracán Wilma,
en octubre.
En septiembre se presentaron los huracanes María, Nate,
Ophelia, Philippe y Rita, este último magnificó
el desastre que Katrina dejó a su paso por Nueva Orleáns.
El ascenso del nivel medio del mar inducido por los vientos y el volumen
de agua empujado por Katrina en Louisiana, Rita
en Texas y Wilma en Quintana Roo, fue de magnitud devastadora
en las costas.
Recuerdan que Wilma, a su paso por Jamaica y frente a Cuba,
tenía categoría 3; en menos de 12 horas alcanzó
la 5, y arremetió contra Cancún en nivel 4, con vientos
de 150 millas por hora. Cruzó el extremo norte de la península
de Yucatán en nivel 2 y atacó el suroeste de Florida
en categoría 3, lo cual fue calificado por la Organización
Meteorológica Mundial como algo atípico, impredecible,
inmodelable y de dimensiones devastadoras para las zonas costeras.
Indican que estos fenómenos, desde hace 25 años, han
reiterado plenamente que el gran desafío para el Golfo de México,
en la primera década del siglo XXI, es el cambio climático
global, la variación del nivel medio del mar, la vulnerabilidad
de las costas y la impostergable planificación ambiental.
*Nota aparecida en el periódico La Jornada en su edición
del 3 de noviembre. |
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