Año 6 • No. 206 • enero 9 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Alejandro Conde, universitario involucrado
en la promoción y educación musical
Jorge Vázquez Pacheco
El egresado de la Facultad de Música dirigirá la Orquesta de Cámara de Xalapa, adscrita a la Universidad Veracruzana, y será director asistente de la Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz
Rey Alejandro Conde, ex titular artístico durante ocho años con la Orquesta Sinfónica Juvenil “Daniel Ayala” en Veracruz, regresa a Xalapa como director asistente en la Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz, en estrecha colaboración con su titular Antonio Tornero. Al mismo tiempo, ha aceptado dirigir a la Orquesta de Cámara de Xalapa, adscrita a la Universidad Veracruzana, organismo creado para tratar de cubrir el nicho dejado por la desaparición
–hace ya un buen tiempo– de la Orquesta de Cámara de la UV, que dirigió el maestro de origen italiano Rino Brunello.

Rey Alejandro Conde.

Nacido en el “patio de La Perla”, un ya inexistente inmueble que se ubicaba sobre la calle Úrsulo Galván del centro de Xalapa, con licenciatura por la Facultad de Música de la UV, a la que ingresó desde 1985 después de tomar clases particulares con varios maestros, Rey Alejandro (llamado así por su padre y porque nació un 6 de enero) tomó clases de violín con Stanislaw Kawalla, con “el Conejo” Jiménez, Agnieszka Maklakiewicz y con Míkhail Medvid. Su título es el número 71 expedido por la institución.
También estudió dirección orquestal en Venezuela, mientras que en México hizo lo propio con Francisco Savín, Gonzalo Romeu, Enrique Bátiz y otros más.
Al obtener una beca procedente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para complementar su preparación en Venezuela, este maestro tuvo la oportunidad de observar y analizar de cerca uno de los planes más completos y ambiciosos para la formación de jóvenes músicos. Y comenta en torno de aquella experiencia: “En Venezuela hay entidades federativas de mediana importancia que tienen de cinco a diez orquestas juveniles profesionales, sin contar las infantiles que pueden llegar a treinta, y todas con excelente nivel… El maestro José Antonio Abreu, con la colaboración de un equipo formidable en que se cuentan maestros argentinos, ha creado un sistema de orquestas infantiles y juveniles que ha revolucionado el concepto de la formación y creatividad musical, con centenares de miles de jóvenes integrados”

Con preparación artística como ejecutante de violín y viola, desde 1995 se desempeñó como uno de los cuatro concertinos con que contaba la entonces Camerata Juvenil (hoy Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz), al tiempo que realizaba arreglos que fueron registrados en grabación por la misma Camerata bajo la dirección del argentino Efraín Guigui.

La Camerata y sus inicios
Pero Conde también vivió de cerca todo aquel proceso de gestiones que dio origen a la Camerata, un enorme cúmulo de formulismo y trámites que realizó el incansable Mateo Oliva hasta lograr el apoyo de Roberto Bravo Garzón, cuando éste se desempeñaba como secretario de Educación y Cultura.

“Desde que yo era alumno de la Facultad de Música, me invitaba el maestro Mateo a ensayar. Las sesiones eran desde las 8 de la mañana en el auditorio de la Normal. La convocatoria de Oliva lograba reunir a muchos jóvenes de aquel entonces; gente nueva que aportaba su colaboración con la mejor de las intenciones”

Recuerda perfectamente el primer ensayo, ya con la designación formal de Camerata Juvenil. “Fue el 1 de mayo de 1995. Tan sólo unas jornadas de práctica y antes de finalizar ese mes la Camerata ya iniciaba su primera gira, una serie de conciertos brutal, con audiciones didácticas por la mañana y conciertos formales por la noche. En tres semanas ofrecimos como cuarenta audiciones así, y el programa constaba de una obertura de Schubert, una suite de Stravinski, la Primera Sinfonía de Beethoven y el Concierto de Aranjuez de Rodrigo, con Alfonso Moreno como solista. El director fue Efraín Guigui. Así recorrimos la mayor parte del estado, desde la sierra norte hasta Coatzacoalcos, en tan sólo tres semanas”.

Una vez que concluyó el ciclo de Guigui con la Camerata, Rey Alejandro se encuentra con la oportunidad de asumir la dirección titular de la Sinfónica “Daniel Ayala” de Veracruz, en sustitución del capitalino David Flores.

“Eso fue un tanto complicado, porque Guigui se iba de la Camerata y yo no podía viajar tranquilamente a Veracruz cuando sabía que los compañeros se quedaban en el campo de batalla sin director. Fue cuando se dio aquella histórica manifestación con música sinfónica en la Plaza Lerdo. Nunca se había visto algo semejante; toda una orquesta tocando obras de Moncayo, de Chaikovski y otros más… ¡para el recuerdo!”

Aprendizaje mutuo con la “Daniel Ayala”
En Veracruz, Rey se encontró con un conjunto en pleno proceso formativo, que ya había dirigido como huésped en alguna otra ocasión. “Nos tocó trabajar en un contexto de desarrollo y aprendizaje mutuo. Ellos y yo aprendimos mucho juntos. Aquello resultó interesante porque la “Daniel Ayala” depende de una escuela, la Municipal de Bellas Artes, que expide sus certificados a nivel técnico.

Las limitaciones de un conjunto como ése pueden desanimar a cualquiera, no obstante el indudable talento de varios de los integrantes. Hubo allí niños talentosos como un chiquillo que tocaba el oboe, Alejandro Tello, que ahora se desenvuelve en la Ciudad de México. Fernando Guijarro, el eficiente y joven clarinetista, también se inició allí. Pero eso no permitía salvar todos los obstáculos. Mucho de lo que a cualquier orquesta profesional resulta de rutina, era misión imposible para la “Daniel Ayala”. Y Rey Alejandro lo explica así:
“Es cierto, no podíamos programar una sinfonía de Brahms o algo de Stravinski, pero a cambio pusimos algunas obras muy interesantes y bien hechas. Y conocer perfectamente el medio artístico de Xalapa me ayudó para contar con la presencia de solistas como Alejandro Corona, Alfonso Moreno, Edgar Dorantes, Rafael Jiménez, Patricia Castillo; con el Trío Clásico de la Universidad Veracruzana pudimos hacer el Triple concierto de Beethoven. Recuerdo también cuando fueron Míkhail Medvid y Andrzej Kalarus, importantes instrumentistas de la Sinfónica de Xalapa, a tocar el Dúo para violín y contrabajo y la Pasión amorosa de Bottesini”.

La actualidad en la Sinfónica Juvenil
Rey Alejandro ha tenido como tarea elemental, al lado de Antonio Tornero, la reorganización de una Orquesta Sinfónica Juvenil de Veracruz y labor mancomunada con el Instituto Superior de Música.

“Al hablar de la orquesta es necesario tomar en cuenta también al instituto. Los contemplamos como una unidad vital indivisible, dos entidades que marchan de la mano y que se nutren la una de la otra. En el instituto, Antonio Tornero ha otorgado su merecido lugar a los asuntos académicos y ha dado prioridad a la integración de los grupos de cámara. Es evidente que estudiantes y maestros se encuentran entusiasmados con los planes de trabajo que se han implementado y la intensa actividad salta a la vista”.

Bravo Garzón, Oliva, Guigui Conde comenta en torno de las experiencias que representa trabajar al lado de personas verdaderamente significativas. Y uno de ellos es Roberto Bravo Garzón, “un hombre renacentista, con un conocimiento impresionante de la música y de la dotación instrumental de las obras básicas”. A Mateo Oliva lo considera uno de los mejores músicos veracruzanos, con indudable trascendencia en todo el país y en el extranjero.

“Estamos hablando de un personaje que se encuentra entre nosotros, al que afortunadamente podemos manifestarle directamente nuestro respeto y admiración como arreglista, compositor, director, instructor y, sobre todo, como ser humano. Es todo un genio…”

“Y Efraín Guigui me enseñó que el trato hacia el músico es muy importante. No solamente debes contar con el debido conocimiento de la obra en cuestión. Es una virtud hacer de los ensayos una fiesta de buen humor, una jornada de transmisión de conocimientos que resulte placentera. Guigui se las ingenia como nadie para hacer agradable las sesiones de trabajo”.

Para finalizar, Rey Alejando nos habla del repertorio con que se trabajará básicamente. “Es necesario voltear nuestra atención hacia la música escrita en México, como la obertura de Beristáin o la Sinfonía de Antonio Sarrier que recientemente hemos tocado. Si no lo hacemos nosotros ¿debemos esperar a que otros vengan y lo hagan? En el instituto se fomentará y estimulará, de acuerdo a los proyectos del maestro Tornero, el trabajo de investigación sobre la música escrita aquí, en Xalapa. Y no sólo eso. También se contempla la posibilidad de hacer las ediciones correspondientes. Hay creaciones que son verdaderas joyas como las de Eduardo Hernández Moncada, el más poderoso e importante compositor xalapeño, a las que no se concede la debida importancia. Trabajaremos intensamente en la difusión de las mismas y en la conformación de nuestro propio acervo de música mexicana…”