Año 6 • No. 206 • enero 9 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Juan Carlos Plata
Además de técnica y emotividad, necesario que el profesional de la danza tenga sentido común para resolver problemas y enriquecer las coreografías: Gregorio Trejo, catedrático de la Facultad de Danza de la UV
Además de la técnica y la emotividad, el sentido común –entendido éste como hacer bien lo que se tiene que hacer y entenderse como parte de una colectividad– es un elemento muy importante en la formación de un bailarín, aseguró Gregorio Trejo, profesor de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana y coreógrafo de la película Apocalypto.

“La técnica da la libertad al artista. Cuerpo, mente y corazón son sus elementos: cuando alguno tiene uno de esos, es un artesano, cuando se tienen dos se puede ser un artífice y cuando se tienen los tres se es artista; pero yo creo que con el sentido común tienes un pasito más allá. Uno es una herramienta más dentro de algo más complejo”, aseguró Trejo.

Gregorio Trejo.

“A mí me gusta trabajar con gente que tenga técnica, mente y corazón para la danza, pero que además tenga sentido común. No me interesa trabajar con gente que tenga talento –si lo tiene, excelente–, pero la gente que tiene sentido común para mi ya tiene una ganancia porque puede resolver problemas en el momento de ejecutar, como falta de espacio o enriquecer la propia coreografía”, afirmó.

En cuanto al poco interés que hay en la sociedad por la danza, Gregorio Trejo aseguró que es cierto que ésta es la disciplina artística menos favorecida, pero dijo que es responsabilidad de la gente involucrada en ella buscar los espacios para poder ejercerla y promoverla.
“Uno, como gente de danza, tiene que ir a buscar las oportunidades, es cierto que dentro de las artes, la menos apoyada es la danza –y aún más la danza contemporánea–, tal vez por la dificultad de lectura, el teatro tiene la palabra, las artes plásticas son tangibles, pero la danza es efímera y es un poco complicado llevar un mensaje claro al espectador, pero depende de uno mismo que se abran las oportunidades. Uno no puede pretender que estando sentado le lleguen las oportunidades”, señaló.

Apocalypto
Al respecto de la experiencia de participar en la película Apocalypto, dirigida por Mel Gibson y que se filma en territorio veracruzano, Gregorio Trejo aseguró que trabajar para cine es muy diferente a un espectáculo puramente dancístico, no hay un frente fijo, porque en cine el frente está determinado por la cámara, y eso representó un reto.

Aspecto de un ensayo de la coreografía montada
por Greogorio Trejo para la película Apocalypso.

“Yo traté de llevar un producto armado, lo mejor estructurado posible, de manera que el director pudiera desarticularlo como él quisiera sin que nos ocasionara problemas, que no se rompiera el principio y la naturaleza de nuestro trabajo, yo controlaba que determinada persona se moviera de tal o cual manera, que se hicieran tales secuencias o movimientos, pero el director de la película podía hacer y deshacer con nuestro número para adecuarlo a todos los demás elementos de la película”, señaló Trejo.

Otra diferencia entre el cine y la danza, aseguró Trejo, es que en el cine el director decide qué es lo que el espectador va a ver, en danza, el espectador ve lo que quiere ver –con las luces puedes ayudar a dirigir la atención, pero con la luz general, la gente ve lo que le llama la atención.

“Nosotros sabíamos que el director es quien, a final de cuentas, decide qué es lo pasa, tal vez algo que yo consideraba un detalle importante él podría cambiarlo y adecuarlo a su manera, inclusive se sumaron al número de danza actores y extras, lo que nos obligó a cambiar un poco lo que teníamos pensado, algunos movimientos”, señaló.

Trejo explicó que su trabajo consiste en dos escenas –una que ya se filmó y otra que filmará en febrero o marzo próximo.