En la exposición, que tiene lugar en el Auditorio de la Unidad
de Humanidades, se observa una gran diversidad de técnicas
y recursos plásticos –pintura, escultura, cerámica–,
así como un rico simbolismo presente en la representación
de deidades, de personajes fallecidos, de héroes, animales
y seres fantásticos y, por supuesto, de figuras de calaveras
y esqueletos antropomorfos.
De acuerdo con los organizadores, la iniciativa de los estudiantes
es producto de la experiencia educativa Vinculación y Extensión,
que ha logrado trascender las paredes del aula y proyectarse hacia
el resto de la comunidad universitaria.
Impartida por Alfonso García y García, esta asignatura
tiene como objetivo que los alumnos aprendan a diseñar, organizar,
divulgar y difundir cualquier tipo de proyecto, poniéndolo
al alcance de los medios de comunicación y del público
interesado. Se trata de una experiencia educativa que puede ser útil
a cualquier alumno, sin importar su formación o carrera.
Según el facilitador académico
del curso, el tema de la exposición surgió ante la necesidad
de conservar nuestras tradiciones, conocer su significado y comprender
sus símbolos. “La muerte es parte misma de la vida y
siempre lo ha sido. Por ello, representar a la muerte, es representarnos
a nosotros mismos”, afirmó García y García.
La
experiencia educativa
Para García y García, la experiencia de trabajar con
alumnos de diferentes facultades ha sido “excelente y totalmente
gratificante”, pues la combinación de grupos de alumnos
con distintos conocimientos e ideologías enriquece la materia.
Cada uno de los estudiantes aporta elementos propios de su carrera
y, en este caso, Antropología y Pedagogía se unieron
para ofrecer una visión didáctica de un concepto cultural
como lo es la representación de la muerte en el estado.
Para Rubí Herrera Juárez, una de las organizadoras
del evento y alumna de Pedagogía, la experiencia fue igualmente
satisfactoria, pues le permitió poner en común conocimientos
y habilidades que complementan sus estudios. “Yo siento que
ha sido interesante, porque no tenía ni idea de cómo
se trabajaba en Antropología y he acumulado experiencias
que puedo aplicar en mi propia profesión”, explicó.
Los estudiantes de Antropología también expresaron
su visión: Mireille E. Velásquez opinó que
esta experiencia educativa “nos abre un campo más amplio
de visión, porque nosotros, como antropólogos, a veces
estamos un poquito limitados en la cuestión educativa, que
es muy importante”. Mientras que para Octavio Molina Vázquez
el evento significó “dos puntos de vista distintos
que se conjugaron, para al finar lograr el objetivo que nos habíamos
propuesto”.
La exposición permanecerá abierta al público
hasta el 9 de enero, en el Auditorio de la Unidad de Humanidades,
ubicado en la esquina de las calles Francisco Moreno y Ezequiel
Alatriste, colonia Ferrer Guardia, en Xalapa.
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