Año 6 • No. 206 • enero 9 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Ya se han reportado dos casos clínicos en Sudamérica
Enfermedad bovina también provoca abortos en mujeres
Edith Escalón
La neosporosis, una enfermedad animal que provoca abortos a los bovinos que la contraen, se ha reportado ya en dos casos clínicos de mujeres embarazadas, desafortunadamente con las mismas consecuencias, lo que prende focos rojos a las autoridades de salud, informó Claudia Belén Ortega Planell, titular del Laboratorio de Clínica Veterinaria de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV).

Claudia Belén Ortega Planell.
Probablemente derivada de una mutación de toxoplasmosis –otra patología animal que ha sido estudiada por sus efectos abortivos en los seres humanos– la neosporosis se perfila como uno de los padecimientos animales de más riesgo para el ser humano. En primer lugar porque tiene alta prevalencia, como sucede en Argentina, donde presentan la enfermedad seis de cada 100 animales y en segundo lugar porque no existen muchos estudios científicos que den cuenta de las afectaciones que provoca, sus síntomas, efectos, modos de transmisión, mutaciones y sobre todo tratamientos.

Según refirió la investigadora, la falta de análisis de diagnóstico de neosporosis en casos clínicos y de seguimiento puntual e investigaciones científicas impide que haya precisión en las implicaciones de
la enfermedad, por lo tanto, no hay estrategias de prevención ni conciencia de los riesgos que representa: “Si no está documentado en bovinos mucho menos en humanos. Ese es el mayor problema”, apuntó.

Aunque no se tienen cifras oficiales, la académica reportó que en Veracruz esta enfermedad registra un avance importante, a pesar de estar clasificada como un padecimiento “emergente” por la comunidad epidemiológica, es decir, como una enfermedad reciente y prácticamente desconocida (o al menos ignorada), pues se detectó por primera vez a principios de los 80.

Belén Ortega explicó que los perros son el vector de la enfermedad, pues cuando son utilizados para el pastoreo en las zonas rurales usualmente ingieren los restos mortinatos que las vacas (infectadas de neosporosis por factores congénitos) arrojan en los campos. Posteriormente esparcen los parásitos a través de sus excretas, que dejan generalmente cerca de otros animales domésticos y de las casas de sus dueños, contagiando así al ser humano.

Además, dijo que la Neospora caninum –el parásito al que se debe la neosporosis– también puede llegar hasta las personas a través de la carne, pues aunque principalmente afecta el sistema nervioso de los bovinos también se aloja en sus músculos, sin embargo, comentó que los rastros que sacrifican animales para consumo hacen inspecciones regulares y, por lo menos en teoría, decomisan la carne que está infectada.

“El problema es que la enfermedad se conoce muy poco, y para quien no está actualizado (veterinarios o autoridades de salud) pasa desapercibida. Lo que hacen cuando los animales empiezan a presentar algunos síntomas de neosporosis es sacrificarlos”, comentó la química universitaria, quien destacó entonces la necesidad de realizar estudios diagnósticos permanentes mediante el trabajo de especialistas en bioanálisis, tanto en rastros como en ranchos ganaderos.

Señaló que tanto en los Estados Unidos como en la mayoría de los países de sudamérica ya se tienen controles severos de la enfermedad, pues ya se han presentado dos casos clínicos de neosporosis en mujeres embarazadas que abortaron en consecuencia.

Lamentó que en México los estudios estén prácticamente limitados a los trabajos de la Universidad Nacional Autónoma de México (realizados para analizar la prevalencia en vacas lecheras en 1998) y que no se hayan desarrollado más investigaciones al respecto, ni en animales ni en seres humanos.

Además de las pérdidas económicas, dijo que en los bovinos la neosporosis provoca abortos entre el tercero y el cuarto mes o, en su caso, nacimientos de becerros débiles o mortinatos: “Por lo que se sabe, las mismas consecuencias provoca en los seres humanos, e incluso algunas alteraciones del sistema nervioso central que ya se han presentado podrían ser consecuencia de esta enfermedad”, explicó.

Es por eso que la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana está preparando a sus estudiantes para la detección oportuna e investigación en torno a este parásito, como consta en su programa de estudios que contempla en una experiencia educativa el estudio teórico y actualización de las técnicas de diagnóstico químico animal.La universitaria Claudia Belén Ortega Planell participó en el Día del Químico, que fue pretexto ideal para que la Facultad de Bioanálisis de la UV realizara una serie de conferencias en las instalaciones del Hospital Escuela de Ginecología y Obstetricia (HEGOUV).