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Ya
se han reportado dos casos clínicos en Sudamérica
Enfermedad bovina también provoca abortos en mujeres
Edith Escalón |
La
neosporosis, una enfermedad animal que provoca abortos a los bovinos
que la contraen, se ha reportado ya en dos casos clínicos de
mujeres embarazadas, desafortunadamente con las mismas consecuencias,
lo que prende focos rojos a las autoridades de salud, informó
Claudia Belén Ortega Planell, titular del Laboratorio de Clínica
Veterinaria de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad
Veracruzana (UV). |

Claudia Belén Ortega Planell. |
Probablemente
derivada de una mutación de toxoplasmosis –otra patología
animal que ha sido estudiada por sus efectos abortivos en los seres
humanos– la neosporosis se perfila como uno de los padecimientos
animales de más riesgo para el ser humano. En primer lugar
porque tiene alta prevalencia, como sucede en Argentina, donde presentan
la enfermedad seis de cada 100 animales y en segundo lugar porque
no existen muchos estudios científicos que den cuenta de las
afectaciones que provoca, sus síntomas, efectos, modos de transmisión,
mutaciones y sobre todo tratamientos.
Según refirió la investigadora, la falta de análisis
de diagnóstico de neosporosis en casos clínicos y de
seguimiento puntual e investigaciones científicas impide que
haya precisión en las implicaciones de |
la enfermedad, por lo tanto, no hay estrategias de prevención
ni conciencia de los riesgos que representa: “Si no está
documentado en bovinos mucho menos en humanos. Ese es el mayor problema”,
apuntó.
Aunque no se tienen cifras oficiales, la académica reportó
que en Veracruz esta enfermedad registra un avance importante, a pesar
de estar clasificada como un padecimiento “emergente”
por la comunidad epidemiológica, es decir, como una enfermedad
reciente y prácticamente desconocida (o al menos ignorada),
pues se detectó por primera vez a principios de los 80.
Belén Ortega explicó que los perros son el vector de
la enfermedad, pues cuando son utilizados para el pastoreo en las
zonas rurales usualmente ingieren los restos mortinatos que las vacas
(infectadas de neosporosis por factores congénitos) arrojan
en los campos. Posteriormente esparcen los parásitos a través
de sus excretas, que dejan generalmente cerca de otros animales domésticos
y de las casas de sus dueños, contagiando así al ser
humano.
Además, dijo que la Neospora caninum –el parásito
al que se debe la neosporosis– también puede llegar hasta
las personas a través de la carne, pues aunque principalmente
afecta el sistema nervioso de los bovinos también se aloja
en sus músculos, sin embargo, comentó que los rastros
que sacrifican animales para consumo hacen inspecciones regulares
y, por lo menos en teoría, decomisan la carne que está
infectada.
“El problema es que la enfermedad se conoce muy poco, y para
quien no está actualizado (veterinarios o autoridades de salud)
pasa desapercibida. Lo que hacen cuando los animales empiezan a presentar
algunos síntomas de neosporosis es sacrificarlos”, comentó
la química universitaria, quien destacó entonces la
necesidad de realizar estudios diagnósticos permanentes mediante
el trabajo de especialistas en bioanálisis, tanto en rastros
como en ranchos ganaderos.
Señaló que tanto en los Estados Unidos como en la mayoría
de los países de sudamérica ya se tienen controles severos
de la enfermedad, pues ya se han presentado dos casos clínicos
de neosporosis en mujeres embarazadas que abortaron en consecuencia.
Lamentó que en México los estudios estén prácticamente
limitados a los trabajos de la Universidad Nacional Autónoma
de México (realizados para analizar la prevalencia en vacas
lecheras en 1998) y que no se hayan desarrollado más investigaciones
al respecto, ni en animales ni en seres humanos.
Además de las pérdidas económicas, dijo que en
los bovinos la neosporosis provoca abortos entre el tercero y el cuarto
mes o, en su caso, nacimientos de becerros débiles o mortinatos:
“Por lo que se sabe, las mismas consecuencias provoca en los
seres humanos, e incluso algunas alteraciones del sistema nervioso
central que ya se han presentado podrían ser consecuencia de
esta enfermedad”, explicó.
Es por eso que la Facultad de Bioanálisis de la Universidad
Veracruzana está preparando a sus estudiantes para la detección
oportuna e investigación en torno a este parásito, como
consta en su programa de estudios que contempla en una experiencia
educativa el estudio teórico y actualización de las
técnicas de diagnóstico químico animal.La universitaria
Claudia Belén Ortega Planell participó en el Día
del Químico, que fue pretexto ideal para que la Facultad de
Bioanálisis de la UV realizara una serie de conferencias en
las instalaciones del Hospital Escuela de Ginecología y Obstetricia
(HEGOUV). |
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