Año 6 • No. 206 • enero 9 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Edith Escalón (Fotos: Julio García)
Veracruz, un estado que cuenta con 34 grandes cuerpos de agua y más de cuatro mil 500 microcuencas, está prácticamente bañado en aguas dulces y salobres que son el tesoro de la entidad. Protegerlas y conservarlas ha sido una tarea colectiva en la que ha participado desde hace décadas la Universidad Veracruzana (UV), pero ahora, con los embates de la contaminación, la mancha urbana y el deterioro ambiental, el papel de la institución se ha vuelto fundamental.

¿Qué son los           humedales?
Los humedales son zonas donde el agua es el principal factor controlador del medio y la vida vegetal y animal asociada a él. Los humedales se dan donde la capa freática se halla en la superficie terrestre o cerca de ella o donde la tierra está cubierta por aguas poco profundas.
La Convención de Ramsar entiende por humedales: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.

En 2005 la casa de estudios solicitó la custodia de tres humedales de importancia ecológica mundial, convirtiéndose en la única universidad en el país que tiene en sus manos sitios de este tipo. Este compromiso implica no sólo su recuperación y saneamiento ambiental, sino el desarrollo social de las comunidades aledañas a estos sistemas.

El valor biológico de estos ecosistemas, que son cunas de diversidad biológica, fuentes de agua y productividad primaria, fue reconocido hace apenas 30 años, cuando más de 130 países firmaron en Ramsar, Irán, un compromiso mundial por protegerlos, pues en nombre del desarrollo miles de ellos fueron dragados, talados y rellenados durante décadas. Hoy existen mil 400 en todo el mundo bajo tutela de algún organismo, 58 de ellos, en México, el tercero en número de sitios custodiados en todo el mundo.
Educación ambiental en Alvarado
El más grande está en el municipio de Alvarado, en la zona costera del centro del estado, donde más de 200 especies de peces representan el sustento económico para cientos familias, pues la pesca es la actividad productiva número uno en este sistema, que está integrado por 200 cuerpos de agua, que cubren 270 mil hectáreas aproximadamente.

Ahí, el manatí –una de las especies más carismáticas de este ecosistema– se protege de la caza ilegal que lo mantiene al borde de la extinción; se conserva el bosque de manglar más extenso de Veracruz (en 19 mil hectáreas), y sobreviven cuando menos de 150 especies de anfibios, reptiles y mamíferos, y otras tantas
de aves.
La educación ambiental ha sido en este sitio uno de los ejes del trabajo universitario. Estudiantes e investigadores –coordinados por el Instituto de Investigaciones Biológicas–han llegado desde hace cinco años hasta las cooperativas de pescadores y sus familias, a las escuelas y a los centros comunitarios para explicar la importancia de la conservación, del desarrollo de una pesca sustentable, y del respeto a especies en peligro de extinción, información que han acompañado de alternativas económicas y productivas.

Los niños, que han crecido al lado de los universitarios, han asimilado con talleres, caricaturas, concursos de dibujo, historietas y teatro guiñol la importancia de la protección ambiental, y han hecho de ésta un compromiso personal. A ellos y a sus padres se debe el rescate de cuatro de los manatís que hoy resguarda el
Acuario de Veracruz, que fueron protegidos por las comunidades que en otro tiempo los cazaban para su aprovechamiento comercial. Este ha sido uno de los
éxitos más evidentes de la presencia universitaria en la zona.

Sontecomapan en reforestación
El otro humedal está enclavado en la laguna de Sontecomapan, en uno de los últimos relictos de selva veracruzana que quedan en el centro costero del estado. Ahí, más de ocho mil hectáreas operan como refugio de especies en peligro de extinción o bajo protección especial, como el mono aullador, la aguililla negra, el pato real, la garza tigre, así como nutrias, iguanas y diez especies de tortugas, marinas y de agua dulce. Además, se conservan más de 500 hectáreas de manglares, 89 especies de peces y 400 de aves, pues el sitio sirve de descanso y refugio a las migraciones de estas especies que vienen desde Norteamérica.

El agua que puede almacenar la laguna y los humedales circundantes permiten regular y mantener los mantos freáticos de los que dependen las comunidades vegetales de la selva, además, los manglares retienen los nutrientes de suelo y agua, y son capaces de eliminar o “secuestrar” algunos metales pesados y otros contaminantes.

De ahí que una de las principales acciones universitarias en este sitio esté encaminada a la reforestación. En este 2005, más de cinco mil plantas de mangle botoncillo (Conocarpus erectus), fueron preparadas a partir de semillas nativas en el vivero de la Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria (Fispa), en Acayucan, para iniciar la reforestación de 36 hectáreas de riberas en el río Coatzacoalcos y las lagunas de Sontecomapan y Ostión, con lo que se recuperarán gradualmente las poblaciones de manglar.
El equipo de investigadores, académicos y estudiantes de la UV, además de recolectar y sembrar semilla, ha propagado el mangle en vivero utilizando técnicas hortícolas y monitoreado las comunidades de esta especie, completando la protección con educación ambiental en las comunidades ribereñas, donde existen ya dos grupos de pescadores que vigilan los manglares permanentemente.

Mancha urbana contra humedales de Veracruz
El tercer humedal está ubicado en la ciudad y Puerto de Veracruz, y lo conforman 18 lagunas interdunarias que cubren en total 140 hectáreas. Ahí, entre las dunas propias de las zonas costeras, los humedales que se establecen debido al afloramiento del manto freático y las lluvias que lo recargan dan hogar y sustento a las aves: casi las únicas sobrevivientes de las presiones que la mancha urbana ejerce sobre los ecosistemas.

El pato zambullidor, la garza nevada, la focha americana, el pijije ala blanca, el martín pescador y la cigüeña americana (actualmente en peligro de extinción), son algunas de las que hospeda, aunque forma parte del corredor migratorio de otras especies.

Al igual que el resto de los humedales, las lagunas interdunarias de Veracruz ayudan a mantener la calidad del agua de los mantos freáticos de la zona, mantienen ambientes naturales donde se reproducen plantas y animales y, precisamente por estar inmersas en una ciudad de más de medio millón de habitantes, sirven para abastecer agua para pavimentación de calles, riego de camellones y áreas verdes, fomentando así el ahorro de agua potable, esencial en una ciudad que supera los 30 ºC ocho meses al año.

La contaminación por descargas de aguas domésticas, industriales, desechos de construcciones, y la desecación para aumentar el área de construcciones son sus principales problemas. El trabajo de la UV consiste aquí en gestionar y participar en el desazolve, la construcción de drenajes, la reforestación con especies nativas, la construcción de andadores con fines recreativos y la promoción de programas de educación ambiental que buscan revertir la presión que ejerce la mancha urbana sobre los ecosistemas, haciendo a la sociedad corresponsable de su protección.