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Edith Escalón (Fotos: Julio García) |
Veracruz,
un estado que cuenta con 34 grandes cuerpos de agua y más de
cuatro mil 500 microcuencas, está prácticamente bañado
en aguas dulces y salobres que son el tesoro de la entidad. Protegerlas
y conservarlas ha sido una tarea colectiva en la que ha participado
desde hace décadas la Universidad Veracruzana (UV), pero ahora,
con los embates de la contaminación, la mancha urbana y el
deterioro ambiental, el papel de la institución se ha vuelto
fundamental. |
¿Qué
son los humedales?
Los
humedales son zonas donde el agua es el principal factor controlador
del medio y la vida vegetal y animal asociada a él.
Los humedales se dan donde la capa freática se halla
en la superficie terrestre o cerca de ella o donde la tierra
está cubierta por aguas poco profundas.
La Convención de Ramsar entiende por humedales: “las
extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies
cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural
o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes,
dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua
marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. |
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En
2005 la casa de estudios solicitó la custodia de tres humedales
de importancia ecológica mundial, convirtiéndose en
la única universidad en el país que tiene en sus manos
sitios de este tipo. Este compromiso implica no sólo su recuperación
y saneamiento ambiental, sino el desarrollo social de las comunidades
aledañas a estos sistemas.
El valor biológico de estos ecosistemas, que son cunas de diversidad
biológica, fuentes de agua y productividad primaria, fue reconocido
hace apenas 30 años, cuando más de 130 países
firmaron en Ramsar, Irán, un compromiso mundial por protegerlos,
pues en nombre del desarrollo miles de ellos fueron dragados, talados
y rellenados durante décadas. Hoy existen mil 400 en todo el
mundo bajo tutela de algún organismo, 58 de ellos, en México,
el tercero en número de sitios custodiados en todo el mundo. |
Educación
ambiental en Alvarado
El más grande está en el municipio de Alvarado, en la
zona costera del centro del estado, donde más de 200 especies
de peces representan el sustento económico para cientos familias,
pues la pesca es la actividad productiva número uno en este
sistema, que está integrado por 200 cuerpos de agua, que cubren
270 mil hectáreas aproximadamente.
Ahí, el manatí –una de las especies más
carismáticas de este ecosistema– se protege de la caza
ilegal que lo mantiene al borde de la extinción; se conserva
el bosque de manglar más extenso de Veracruz (en 19 mil hectáreas),
y sobreviven cuando menos de 150 especies de anfibios, reptiles y
mamíferos, y otras tantas
de aves. |
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La
educación ambiental ha sido en este sitio uno de los ejes del
trabajo universitario. Estudiantes e investigadores –coordinados
por el Instituto de Investigaciones Biológicas–han llegado
desde hace cinco años hasta las cooperativas de pescadores
y sus familias, a las escuelas y a los centros comunitarios para explicar
la importancia de la conservación, del desarrollo de una pesca
sustentable, y del respeto a especies en peligro de extinción,
información que han acompañado de alternativas económicas
y productivas. |
Los
niños, que han crecido al lado de los universitarios, han
asimilado con talleres, caricaturas, concursos de dibujo, historietas
y teatro guiñol la importancia de la protección ambiental,
y han hecho de ésta un compromiso personal. A ellos y a sus
padres se debe el rescate de cuatro de los manatís que hoy
resguarda el
Acuario de Veracruz, que fueron protegidos por las comunidades que
en otro tiempo los cazaban para su aprovechamiento comercial. Este
ha sido uno de los
éxitos más evidentes de la presencia universitaria
en la zona.
Sontecomapan
en reforestación
El otro humedal está enclavado en la laguna de Sontecomapan,
en uno de los últimos relictos de selva veracruzana que quedan
en el centro costero del estado. Ahí, más de ocho
mil hectáreas operan como refugio de especies en peligro
de extinción o bajo protección especial, como el mono
aullador, la aguililla negra, el pato real, la garza tigre, así
como nutrias, iguanas y diez especies de tortugas, marinas y de
agua dulce. Además, se conservan más de 500 hectáreas
de manglares, 89 especies de peces y 400 de aves, pues el sitio
sirve de descanso y refugio a las migraciones de estas especies
que vienen desde Norteamérica.
El agua
que puede almacenar la laguna y los humedales circundantes permiten
regular y mantener los mantos freáticos de los que dependen
las comunidades vegetales de la selva, además, los manglares
retienen los nutrientes de suelo y agua, y son capaces de eliminar
o “secuestrar” algunos metales pesados y otros contaminantes.
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De
ahí que una de las principales acciones universitarias en este
sitio esté encaminada a la reforestación. En este 2005,
más de cinco mil plantas de mangle botoncillo (Conocarpus erectus),
fueron preparadas a partir de semillas nativas en el vivero de la
Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria
(Fispa), en Acayucan, para iniciar la reforestación de 36 hectáreas
de riberas en el río Coatzacoalcos y las lagunas de Sontecomapan
y Ostión, con lo que se recuperarán gradualmente las
poblaciones de manglar. |
El equipo de investigadores, académicos y estudiantes de la
UV, además de recolectar y sembrar semilla, ha propagado el
mangle en vivero utilizando técnicas hortícolas y monitoreado
las comunidades de esta especie, completando la protección
con educación ambiental en las comunidades ribereñas,
donde existen ya dos grupos de pescadores que vigilan los manglares
permanentemente.
Mancha
urbana contra humedales de Veracruz
El tercer humedal está ubicado en la ciudad y Puerto de Veracruz,
y lo conforman 18 lagunas interdunarias que cubren en total 140
hectáreas. Ahí, entre las dunas propias de las zonas
costeras, los humedales que se establecen debido al afloramiento
del manto freático y las lluvias que lo recargan dan hogar
y sustento a las aves: casi las únicas sobrevivientes de
las presiones que la mancha urbana ejerce sobre los ecosistemas.
El pato zambullidor, la garza nevada, la focha americana, el pijije
ala blanca, el martín pescador y la cigüeña americana
(actualmente en peligro de extinción), son algunas de las
que hospeda, aunque forma parte del corredor migratorio de otras
especies.
Al igual que el resto de los humedales, las lagunas interdunarias
de Veracruz ayudan a mantener la calidad del agua de los mantos
freáticos de la zona, mantienen ambientes naturales donde
se reproducen plantas y animales y, precisamente por estar inmersas
en una ciudad de más de medio millón de habitantes,
sirven para abastecer agua para pavimentación de calles,
riego de camellones y áreas verdes, fomentando así
el ahorro de agua potable, esencial en una ciudad que supera los
30 ºC ocho meses al año.
La contaminación por descargas de aguas domésticas,
industriales, desechos de construcciones, y la desecación
para aumentar el área de construcciones son sus principales
problemas. El trabajo de la UV consiste aquí en gestionar
y participar en el desazolve, la construcción de drenajes,
la reforestación con especies nativas, la construcción
de andadores con fines recreativos y la promoción de programas
de educación ambiental que buscan revertir la presión
que ejerce la mancha urbana sobre los ecosistemas, haciendo a la
sociedad corresponsable de su protección. |
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