GSeguramente
cuando el escritor inglés Lewis Carroll (seudónimo de
Charles Dodgson) publicó en 1864 Alicia en el país de
la maravillas, no se imaginaba que uno de sus personajes acabaría
nombrando un complejo efecto descubierto a través de la Física
Teórica y de la Teoría de la Relatividad Especial, nombrado
por uno de sus descubridores como “El efecto Cheshire gravitacional”.
Este hallazgo fue hecho por Jorge Zanelli, Cristian Martínez,
Ricardo Troncos y Eloy Ayón Beato, este último invitado
por la Universidad Veracruzana (UV) para participar en el Tercer Encuentro
Xalapeño de Física y explicar los detalles de esta aportación
teórica que infiere, a grandes rasgos, la permanencia de vestigios
del campo gravitacional en un espacio-tiempo plano, aun si el campo
gravitacional fuera “apagado”.
Durante una conferencia celebrada en el Auditorio de Biología
de la UV, Eloy Ayón Beato comparó el descubrimiento
de este efecto con aquella frase pronunciada por Alicia en la novela
de Carroll, cuando la chiquilla, observando al gato de Cheshire exclama:
“¡Vaya! He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa,
¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara
que he visto en toda mi vida!”.
Según Ayón Beato, esta analogía describe lo que
sucedería si, teóricamente, “apagáramos”
el campo gravitacional de un universo plano. Las investigaciones de
este grupo de científicos afirman que a pesar de la anulación
de este campo, quedarían vestigios de la fuerza gravitacional,
de la misma manera en que, en Alicia del país de las maravillas,
el gato desaparece, pero queda su sonrisa.
Sin embargo, el científico afirmó desconocer las aplicaciones
tecnológicas para este conocimiento, publicado en 2005. “No
tenemos ni idea cuáles podrán ser, de la misma manera
en que los científicos del siglo XIX, como James Maxwell cuando
descubrió las ecuaciones que expresan las leyes de la electricidad,
no sabían cuáles serían las implicaciones a futuro
de lo que descubrían”. Singularidades
y extrañezas
Asimismo, el investigador afirmó que los temas relativos
a los agujeros negros, la materia oscura y otras singularidades
de nuestro universo descubiertas en los últimos cien años
provocan curiosidad entre el público, debido a que son “temas
anti-intuitivos que estimulan la fantasía entre las personas”.
“Cuando escuchamos algunas teorías de la Física
que se refieren a aspectos diferentes a lo observable en el mundo
y la naturaleza, llama mucho la atención las posibilidades
de lo que estas teorías pueden significar, como es el caso
de los agujeros negros”, explicó Ayón Beato,
aunque afirmó que el desconocimiento de estos temas puede
degenerar en creencias seudocientíficas más próximas
a la ciencia ficción.
Investigador
internacional
Eloy Ayón Beato nació en Guanabacoa, Cuba, y estudió
Física en la Universidad de La Habana. Obtuvo su doctorado
en el CINVESTAV, en México, trabajando en la física
de agujeros negros bajo la supervisión de Alberto García.
Sus estudios incluyen diversos aspectos como la existencia de agujeros
negros regulares y las teorías gravitacionales alternativas.
Recientemente se ha enfocado a estudiar agujeros negros de bajas
dimensiones, así como física de dimensiones superiores.
Actualmente es profesor invitado en el Centro de Estudios Científicos
(CECS) de Chile.
Cabe señalar que este académico obtuvo el Premio A.
Rosenblueth (2000) a la mejor tesis de doctorado del CINVESTAV en
Ciencias Exactas y Naturales, y el Premio Weizmann (2001) que otorga
la Academia Mexicana de Ciencias y la Sociedad de Amigos del Instituto
Weizmann de Ciencias de Israel, a la mejor tesis de doctorado en
Ciencias Exactas en México.
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