La
especialista en semiótica y análisis del discurso
Julieta Haidar durante su conferencia en la Facultad de Antropología
de la UV. |
La
semiótica y el análisis del discurso son elementos necesarios
para la formación de antropólogos y arqueólogos,
ya que éstos pueden hacer que su trabajo profesional sea, además
de descriptivo –como lo marca la tendencia histórica–,
analítico y complejo, aseguró la especialista brasileña
Julieta Haidar, durante su participación en el segundo Foro
Estudiantil “La Interdisciplina de la Antropología”,
organizado por la Facultad de Antropología de la Universidad
Veracruzana (UV).
“Los antropólogos formados de la manera tradicional,
cuando hacen entrevistas sólo hacen un análisis de lo
explícito y muy pocas veces trabajan con lo implícito
del mensaje, porque carece de las herramientas complejas para trabajar
con esa parte del discurso; y no las tienen porque no estudian semiótica
o análisis del discurso”. |
Aseguró
la investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia (ENAH).
Durante la conferencia “Análisis del discurso desde
la complejidad y la transdisciplina”, Haidar sostuvo que todas
las condiciones exteriores al mensaje, de entorno y de cultura impactan
a ese contenido implícito en los mensajes.
Complejidad,
cultura y mensajes
La especialista en análisis del discurso y semiótica
de la cultura afirmó que Edgar Morin plantea que las culturas
periféricas y hegemónicas no son estáticas,
es decir, no sólo el discurso del poder influye a la cultura
popular, sino que también hay un proceso de retroalimentación.
“En el escenario de la complejidad, la cultura no se da solamente
desde el poder hacia abajo, sino que hay muchos elementos de las
culturas periféricas que se infiltran en la cultura nuclear,
por ejemplo cuestiones como comida, música y moda”,
aseguró.
Y puso como ejemplo la música bachata, originaria de República
Dominicana, que hasta hace unos años era considerada como
música “de cantina” y la cultura del poder impedía
que esa música llegara a otros grupos sociales. Pero ahora,
en el escenario de la complejidad la bachata se baila incluso en
la clase alta y compite fuertemente con el merengue en el gusto
popular.
“La complejidad implica los movimientos de la cultura. El
semiólogo ruso Iouri Lotman– miembro de la llamada
escuela de Tartu, corriente especializada en semiótica aplicada–,
plantea también el movimiento de la cultura y la cultura
como texto –cualquier pintura, película o comida es
un texto–; no solamente se refiere a la cultura verbal, sino
que cualquier producción semiótica es considerada
un texto”, manifestó.
Análisis
desde la transdisciplina
La investigadora de la ENAH dijo que todo modelo transdisciplinario
semiótico-discursivo tiene como punto de partida la producción
y reproducción de un sentido semiótico discursivo
(mensaje). Y en el análisis de cualquier discurso verbal
y no verbal se deben tomar en cuenta las implicaciones antropológicas,
históricas, lingüísticas, políticas, ideológicas,
e incluso religiosas.
“Todos estos elementos convergen en el sujeto. No puede haber
producción o reproducción de discursos semióticos
sin la subjetividad y la comunicación de cada individuo”,
puntualizó.
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