Año 6 • No. 226 • junio 12 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Lo mexicano y lo gringo, imágenes en constante movimiento: Leticia Mora
Alma Espinosa

La pluralidad de imágenes de México y lo mexicano, de Estados Unidos y lo gringo, no son estáticas ni fijas sino fluidas, modeladas continuamente por una compleja relación con la realidad y otros discursos sociales y psicológicos, aseguró Leticia Mora Perdomo, del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L), al participar en la jornada cultural del programa de estudios sobre Estados Unidos de la Escuela para Estudiantes Extranjeros (EEE) de la Universidad Veracruzana (UV).
Al exponer acerca de la inmigración en la literatura mexicana, Leticia Mora explicó que la idea de imágenes en plural descarta el sueño conductista de localizar empíricamente al auténtico mexicano o al auténtico norteamericano; “son sólo un aspecto de un sistema representacional en un punto específico del devenir histórico. Si las esencias no existen ni han existido, nuestras ambigüedades históricas hacia el español otro, son ahora desplazadas hacia ese otro que es el gabacho”.

Dijo que los estudiosos de la cultura en sus varias ramas se preguntan cómo abordar las muchas manifestaciones del fenómeno inmigrante en el arte, música, comida, literatura “o en el leve trazo que transforma la fisonomía cultural del terruño. Como asunto de muchas aristas es difícil entrarle sin espinarse la mano”, expresó.

En el salón Azul de Humanidades, Mora Perdomo, coordinadora de la maestría en Literatura Mexicana del IIL-L, afirmó que existen pocos estudios culturales sistemáticos sobre la presencia estadounidense en el imaginario mexicano, en las letras en particular. Excepto, recordó, el reciente anuncio de la publicación Los hijos del desastre, un trabajo de Javier Perucho que reúne en una antología los temas del chicano y el pocho.

Precisamente por la falta de atención en el tema, con su ponencia quiso empezar a llenar el hueco fincándose en la premisa de que “para comprender la ambigua representación y recepción del problema migratorio en la cultura mexicana, es necesario desentrañar la leyenda negra de las representaciones estadounidenses, el amor-odio que las matiza y las encubre, su función simbólica”.

Hasta el momento, mencionó, existen algunos libros y ensayos literarios importantes que contienen invocaciones a la amenaza yanqui, como Ulises criollo y la raza cósmica de José Vasconcelos, Los hijos de Caín de José Revueltas, El laberinto de la soledad de Octavio Paz, El perfil del hombre y la cultura en México de Samuel Ramos, Tiempo mexicano de Carlos Fuentes y Mexican Postcards de Carlos Monsiváis, entre otros.

La doctora en Filosofía que ha escrito sobre las relaciones entre literatura y arte, comentó que después del texto de El laberinto de la soledad, los escritores construyen sus imágenes sobre las ideas de Paz de lo propio y de la alteridad, pero retoman también lo expresado por José Vasconcelos en su obra antes citada, donde se enfatiza la decadencia moral y cultural de EU.

En el caso de Carlos Fuentes en La frontera de cristal, “retoma a Vasconcelos cuando señala la mediocridad de la cultura norteamericana, su loco consumismo y materialidad desaforada, su carencia de espiritualidad y su individualismo”, señaló la también co-editora de Hacia el paisaje del mezcal, quien también tiene en prensa Las atribulaciones de una literatura decente: Género, clase y nación. Antes de concluir, Mora Perdomo invitó a reflexionar sobre el posible papel que se debe asumir al confrontar estas nuevas modalidades culturales.