Año 6 • No. 227 • junio 19 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Dice en la UV el brasileño Milton Thiago de Mello
Sin acciones reales, la conciencia
ecológica es mera retórica
Edith Escalón

Sin acciones reales para la conservación que se reflejen en la protección efectiva de la biodiversidad, la conciencia ecológica que presumen los pueblos se convierte en simple retórica, aseguró en su visita a la Universidad Veracruzana (UV) Milton Thiago de Mello, reconocido en Brasil por su trayectoria en el fomento de la educación ambiental para la conservación.

Milton Thiago de Mello, reconocido en Brasil por su trayectoria en el fomento de la educación ambiental.

“Gracias a los periódicos, la radio, la televisión y las revistas, a programas fantásticos que hablan de nuestra maravillas naturales, la conciencia de la conservación es muy grande en Brasil, pero hacer es diferente; si tenemos la conciencia y no pasamos a la práctica, nos estamos estancando”, comentó.
Reconoció que la devastación que provoca la falta de acciones concretas nunca es motivada por el placer, sino por razones económicas, para cubrir la necesidad de alimento, habitación, energía e industria, necesidades que con la explosión demográfica que hoy enfrenta el planeta se han convertido en una verdadera amenaza para la biodiversidad.

Como ejemplo mencionó el caso europeo, un continente donde no existe una sola floresta original: “Todos los bosques ahí fueron replantados luego de que prácticamente acabaron con ellos. Lo mismo podría ocurrir en muchos ecosistemas americanos si seguimos a este ritmo”, aseguró Thiago de Mello, miembro de la New York Academy of Sciences.

Su propuesta para enfrentar este problema radica en la educación, pero en una educación ambiental proactiva: “No sólo es cuestión de discursos. El punto básico para tener éxito en la conservación es hacer que la gente conviva con la naturaleza, que observe la flora y fauna, que conozca sus problemas, que sepa cómo viven en ella las comunidades”.

De hecho, Milton Thiago de Mello dirige en Brasil uno de los institutos –que lleva su nombre– más activos en educación ambiental, pues ofrece año tras año cursos internacionales de taxonomía y genética; conservación y manejo de la amazonía; cría, manejo y patología de primates en cautiverio, así como de conservación de áreas de gran impacto ambiental, en los que participan estudiantes e investigadores de países latinoamericanos, principalmente.

En ellos, el profesor Thiago de Mello pone en práctica su propuesta de educación ambiental, llevando a los participantes al corazón del Amazonas a convivir con las comunidades de la cuenca que saben, a pesar de ser analfabetas, cómo funciona la biota en ese ecosistema.

Aunque aceptó que la educación ambiental tiene mucho más impacto en los niños, dijo también que formar adultos que puedan enseñar a los pequeños es hoy condición indispensable para alcanzar el éxito en el futuro, “y actualmente no hay muchas personas que quieran y puedan hacerlo”.

Justamente para impulsar esta área, el Instituto Milton Thiago de Mello y la UV, a través del área Biológico Agropecuaria, preparan un convenio de colaboración que permita la participación de investigadores, académicos y estudiantes.
El doctor en microbiología Thiago de Mello ha sido fundador de 14 sociedades científicas mundiales, y es miembro de 30; ha recibido 20 premios internacionales por su trabajo de conservación, y publicado más de 150 artículos científicos y técnicos sobre brucelosis, peste bubónica, micología, primatología, conservación y enseñanza veterinaria. Es también responsable de la formación ambiental de numerosas generaciones de conservacionistas en Brasil y América Latina.