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Magia
y maravillas naturales en el
Festival Jalco 2006
Dunia Salas Rivera/Gina Sotelo |
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Los jóvenes universitarios de la carrera de Publicidad
y Relaciones Públicas demostraron su compromiso con la comunidad
y el medio ambiente |
Al
margen izquierdo del río Los Pescados, a 39 kilómetros
de Jalapa, se encuentra “el rincón de arena”, que
es el significado en náhuatl de Jalcomulco. El municipio se
encuentra ubicado en la zona central del estado de Veracruz, sobre
las últimas estribaciones orientales del Cofre de Perote. Ahí,
con las barrancas de Tuzamapan como el mejor escenario para que más
de mil espectadores disfrutaran del Festival Jalco 2006, se presentaron
los grupos artísticos que llevó el Grupo Publicitario
Hunabkú el pasado 24 de junio.
A las nueve horas, el presidente municipal de Jalcomulco José
Luis Zapata Cuellar; los académicos de la Universidad Veracruzana
(UV) Francisco Morosini, Jose Luis Bretón Arredondo y Guadalupe
Su Morales; así como el director del Instituto Mexicano de
la Juventud, Humberto Torio, inauguraron de manera oficial los festejos
de este festival que cumplió su objetivo de dar a conocer la
importancia del lugar, así como la imperiosa necesidad de proteger
su ambiente.
Iniciaron las actividades con el Foro Ambiental Jalcomulco 2006, donde
especialistas en temas ambientales, así como autoridades municipales,
estatales y universitarias expusieron la problemática del municipio
y plantearon propuestas para hacer de este sitio un mejor lugar con
futuro largo y firme. |
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Magia,
abundancia y maravillas naturales, todas a la orden del visitante
conocedor de dicha riqueza y magnificencia, fueron el contexto ideal
para el Mitote, foro artístico donde Aldo García hizo
una parada en el Jalco 2006 antes de irse con sus Brujos a París
–con sus ritmos africanos que salieron del djembé movieron
hasta al más desvelado por el fandango del día anterior–,
además, los gemelos batuqueros, el grupo El Aguacero y el ballet
folklórico de la escuela primaria de Jalcomulco pusieron a
vibrar a los más de 500 asistentes que encontraron en estos
números artísticos la alegría que se habían
llevado los gauchos en la cancha apenas unos momentos antes. |
Rayando las siete de la noche, cuando la niebla empieza a comulgar
con la hilera de montañas que rodean el valle de Jalcomulco,
el arpa, las guitarras, las percusiones y la maestría en la
interpretación del internacional Tlen Huicani transportaron
al público a la cordillera de los Andes mientras entonaban
Fina Estampa, Alma Llanera y otros temas.
De los picos volcánicos andinos, el grupo musical de la UV
aterrizó el viaje en la costa soleada del Golfo de México.
Ahí, donde hacen su nido las olas del mar, el más variado
público –adultos, jóvenes, niños, extranjeros,
periodistas, despistados– entonó las canciones de Agustín
Lara. |
Preservar
el ambiente, responsabilidad de todos |
Al
ser éste el único mundo que tenemos, debemos de cuidarlo
si queremos que las bellezas naturales que posee permanezcan y se
multipliquen. El tiempo nos ha dicho que los recursos que se creían
abundantes –como el agua– son cada vez más escasos
y, por ende, más preciados. Pero la conservación de
recursos no deberá recaer en manos de las instituciones o gobiernos,
sino que es una responsabilidad civil su custodia y protección.
Así lo consideraron los panelistas del Foro Ecológico
que se llevó a cabo como parte del programa académico
del Jalco Fest 2006. Entre otras, estuvieron las participaciones “Agua
para el desarrollo sustentable” de Laura Ruelas Monjardín,
del Instituto de Ecología (INECOL) y “La restauración
ambiental mediante la participación de la comunidad”,
a cargo de Francisco Morosini Cordero.
La doctora Ruelas Monjardín basó su ponencia en su libro
Los conflictos por la distribución del agua, como parte de
su tesis doctoral. En el foro mencionó que queramos o no, conscientes
o no, los recursos naturales y su aprovechamiento están íntimamente
ligados a los profundos hábitos, costumbres y un sinnúmero
de actividades de la creciente población humana.
“Los beneficios que la naturaleza nos concede no son inagotables
y recientemente nos hemos dado cuenta de ello. El desarrollarnos como
humanidad en un ambiente exuberante de vida generó la idea
contraria, y ese pensamiento nos ha llevado a caminar en la cuerda
floja de nuestra otrora ‘confortable y segura’ supervivencia”.
El recurso natural por antonomasia es el agua –explicó–,
y es sobre el cual ejercemos mayor presión tomando en cuenta
que el número de pobladores crece sin detenerse y que la demanda
por espacio, alimentos y servicios es directamente proporcional a
este aumento. Y para desarrollar todo esto es necesario contar con
agua. |
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Estas
necesidades, aunadas a la idea de que el agua es un recurso que es
de todos, renovable y que de alguna manera “no nos cuesta”,
han agotado los recursos a un nivel alarmante debido principalmente
a que los lugares donde este recurso se genera, los bosques y las
selvas, han sufrido un grave deterioro al utilizar estos espacios
para paliar las necesidades de alimentación y vivienda, principalmente. |
Concluyó
que una de las formas más convenientes es integrar el uso de
los recursos naturales dentro de un proceso de colaboración:
“Todos los recursos naturales son indispensables para nosotros,
que vivimos en un planeta que bajo ciertas condiciones y circunstancias
ha sido capaz de sustentar la feliz coincidencia que llamamos vida”.
Asimismo, en “La restauración ambiental mediante la participación
de la comunidad”, Francisco Morosini, académico de la
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, partió de
lo que llamó “un hecho incontrovertible” la degradación
de los ecosistemas: “Si el ecosistema ha sufrido alteración
en sus elementos constitutivos, lo único inteligente que queda
por hacer, si es que somos conscientes de nuestra responsabilidad,
es: primero, tratar de detener el proceso degenerativo, que consistiría
en evitar malas prácticas ambientales. Segundo, la restauración
del ecosistema”.
Tomando como ejemplo los ríos de Veracruz, expresó:
“Lo que hasta el momento ha sido atractivo para que visiten
la zona un buen número de personas amantes de la naturaleza
y de los deportes extremos que pueden practicarse en la región,
más temprano que tarde podría variar, debido al deterioro
ambiental que presentan estos ríos así como otros ecosistemas
circundantes. Asunto no privativo, ya que casi todos los ríos
que corren por nuestra entidad tienen este mismo problema”.
Para Morosini, cuando se trata de contaminación natural, la
respuesta es sencilla, ya que el propio ecosistema en relativamente
poco tiempo se auto equilibra. El problema se complica cuando la contaminación
es antropogénica, porque la mayor parte de esos residuos que
confluyen –en este caso en el cuerpo de agua– no son fácilmente
dragados por los organismos desintegradores, ya que se trata de compuestos
inorgánicos y tóxicos, resultado de las actividades
productivas de la comunidad.
Este tipo de degradación ambiental es posible corregirla –como
señaló– gracias a la capacidad de auto regeneración
de los ecosistemas, aunque para alcanzarla es necesario cumplir con
dos aspectos: dejar de verter residuos contaminantes en el ecosistema
y darle el tiempo necesario para que se realice el proceso denominado
de sucesión ecológica y el propio ecosistema se equilibre:
“En el caso del agua, si bien se deben exigir sistemas de tratamiento
para las aguas residuales, es conveniente que las comunidades planteen
sistemas alternativos novedosos, que sirvan tanto para el cuidado
del agua como para su tratamiento y reuso”.
En no pocos casos, la restauración ambiental se ha convertido
en un asunto de interés prioritario para las comunidades, las
que sin renunciar al apoyo gubernamental han decidido tomar en sus
manos los problemas ambientales y afrontarlos directamente. Para esto,
el principal ingrediente ha sido la organización de las propias
comunidades, y para lograrlo se han preguntado qué mundo quieren
para sus hijos, ya que hasta ahora es el único mundo que tenemos
para vivir.
Y concluyó: “La restauración de los ecosistemas
sin la participación de la comunidad, sin contar con metas
sociales y culturales perfectamente claras, que la propia comunidad
ha de establecer, difícilmente llegará a buenos términos.
Este es un punto fundamental que deben atender las autoridades gubernamentales
encargadas de los asuntos ambientales: la participación de
la comunidad en la toma de decisiones. Ninguna acción en contra
o a espaldas de la comunidad”.
El Jalco Fest 2006 fue organizado por jóvenes de Publicidad
y Relaciones Públicas de la Universidad Veracruzana (UV) agrupados
como Hunabku, con el objetivo de promover el sitio como una de las
mejores opciones del país para practicar deportes de aventura
y ecoturismo. |
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