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Sutileza,
sensualidad y forma
en la obra de Fernando Vásquez
Gina Sotelo |
Retomando
la perfección en las proporciones que Miguel Ángel llevó
a sus máximas consecuencias, así como el virtuoso realismo
de Auguste Rodin, el escultor veracruzano Fernando Vásquez
Jácome realiza creaciones sutiles, sensuales y suaves homenajeando
las formas femeninas y la naturaleza que se vuelven su veta de inspiración.
La madera es el medio que le permite expresar con mayor fluidez sus
sentimientos, anhelos y deseos, es en sus manos que el material –que
un día fue árbol– deja de ser un elemento inerte
para cobrar una segunda vida en la escultura finalizada. |
Fernando
Vásquez . |
Su
iniciación en el mundo del arte ocurre en sus primeros años
de vida. Al igual que otros grandes creadores, dibujaba y modelaba
en plastilina desde los 10 años de edad. Más tarde realiza
sus primeras esculturas en madera, en el taller de su padre, el también
escultor Erasmo Vásquez Lendechy.
En ese entonces elaboraba piezas sencillas, ingenuas, como peces y
delfines que distan del romanticismo y lirismo con toques eróticos
que componen su actual obra. Aunque opta por el arte figurativo, es
en una nueva etapa de su vida de creador que coquetea con las formas
abstractas, dejando entrever que aún tiene mucho camino por
explorar. |
“Para
mí la escultura es una forma de retratar los valores supremos
del ser humano. Opto por el desnudo femenino porque es la belleza
en sí, es una metáfora del amor”, dice Fernando,
quien no “retrata” a la naturaleza, sino que la reinterpreta,
estilizando las formas, alargándolas o acentuando sus detalles.
La negritud africana aparece también como una constante; voluptuosas
figuras talladas sobre la oscura madera se erigen altivas, gruesas
caderas y labios carnosos transmutan su carácter primitivo
en una orgullosa y desafiante pose.
Prefiere las maderas más duras, especialmente las que tienen
veta más oscura, aunque también ha utilizado el bronce
y la piedra: “Me gustan más los materiales orgánicos
que viven de nuevo en mis creaciones”. |
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Fernando sabe que la carrera que eligió para hacer su modo
de vida, no es tarea sencilla, menos en nuestro país donde
las instituciones no ofrecen al arte grandes posibilidades de desarrollo:
“Son a los personajes reconocidos a quienes les abren las puertas
de las galerías y no a los jóvenes talentos como los
estudiantes, algo que en mi opinión, no debería ser
así”. |
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Dejando
atrás el mito de la inspiración divina que toca la mano
del artista en gozosas ocasiones, Fernando es un escultor disciplinado.
Hace y rehace bocetos buscando siempre la armonía, la manera
de honrar a la madre natura en un universo plástico que con
modestia, pero determinación, evoca la grandeza del universo.
El escultor de origen veracruzano expone constantemente desde la década
de los 70, abandonando la carrera de Ingeniería para dedicarse
en cuerpo y alma a la escultura. Desde los 80 radica en Xalapa, donde
instala su taller realizando trabajos para coleccionistas particulares.
En 1996 es incluido con sus obras en el libro Los Caminos de la Forma
y el Volumen, editado por el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC)
y el Gobierno del Estado de Veracruz, participando más tarde
en una colectiva alusiva a esta publicación. Recientemente
participó en el 4° Salón del Arte en el Ágora
de la Ciudad, y prepara una gran exposición que llevará
al Distrito Federal el próximo año. |
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