Año 6 • No. 234 • agosto 21 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Gina Sotelo

En nuestro continente, la literatura, la música, la gastronomía y las artes plásticas se han impregnado de los ritmos cadenciosos, los aromas dulces y las formas suaves que provienen del África. Este continente negro ha dejado su impronta en un sin fin de manifestaciones que, al fusionar sus raíces, resultan en creaciones dinámicas, mágicas.
Bajo el nombre de Tótem, en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) se exhibe una colección de esculturas talladas en madera natural y policroma. La serie consta de numerosas figuras que dan fe de la vigencia y permanencia de nuestra tercera raíz, origen vivo y dinámico que de manera armónica se mezcla en un interminable mestizaje.

Las creaciones son de Roberto Salazar, quien propone una serie de caprichosas formas llenas de vida que invitan a la contemplación y al tacto. Es el corazón el que habla y apela a la conciencia histórica y narra un pasado en común de lucha y ganas de salir adelante manteniendo siempre el espíritu intacto.

Vemos figuras femeninas y masculinas de gran fuerza interna, intermediarios con el mundo de los muertos, y un antílope estilizado con largos cuernos, cuerpo alargado y piernas anormales (la leyenda dice que existió mitad hombre y mitad serpiente).

No faltan las máscaras que son relacionadas con los ritos del culto a los antepasados y los hombres y las mujeres dadores de vida, o los bastones de mando o bastón de curandero, que de cualquier acto religioso o ritual, representan un gran respeto y un sin fin de estatuillas o esculturas, hechas de todas clases de madera, desde las más suaves hasta las más duras.
Roberto Salazar Rodríguez dice: “El motivo de mi obra es por una profunda inspiración por todo lo que conforma nuestro legado histórico, y de forma natural se muestra el sentir de los pueblos a través de los personajes, paisajes y elementos que armonizan en emoción infinita en la única regla, que es la vida, enlazando el oficio de crear. Agradezco al gran espíritu del tiempo, a la sangre de mis ancestros por la vida”.

Autodidacta, inicia en 1990 su formación teniendo como finalidad el rescate y conservación de las tradiciones del México prehispánico, dedicado a la danza Tolteca, Chichimeca, música prehispánica y teatro ritual, y en los últimos ocho años a la disciplina de los juegos y deportes autóctonos, dirigido todo a crear conciencia en jóvenes y niños de nuestro estado, y realizando durante el año ceremonias y festejos que corresponden a nuestras tradiciones.
La entrada es libre.