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Fernando
Apan, ejemplo de
pundonor y voluntad creadora
Jorge Vázquez Pacheco |
Fernando
Apan Benítez será solista de la Orquesta Sinfónica
de Xalapa (OSX) el viernes 22 de septiembre, como parte de la Segunda
Temporada de
Conciertos 2006.
Lo extraordinario en este jovencito de 14 años de edad es que
nació invidente y lo aprendido como alumno de Alejandro Corona
en la Facultad de Música es una combinación de coraje,
amor por el arte, dedicación y arrolladora voluntad.
Originario de Villahermosa, Tabasco, recibió las primeras lecciones
en el piano por su madre, a los 5 años de edad ofrecía
audiciones y contaba con 7 años cuando sus padres decidieron
que en Xalapa habría de buscar el futuro artístico para
el niño.
Aquí se hizo alumno de Reyna Capilla, quien le preparó
para su ingreso a la Facultad de Música, donde se ha forjado
bajo la guía de Alejandro Corona, quien por añadidura
se ha convertido en su más notorio admirador e impulsor.
El mismo Fernando comenta que, al poco tiempo de establecerse en la
capital de Veracruz, se encontraba temeroso de que Corona no lo aceptase
como alumno. “Un maestro tan capaz no acepta a cualquiera. Le
dije que me pusiera los ejercicios que considerara convenientes y
que yo los resolvería. ¿Cómo? Mi madre me los
pasa a braille y así leo las partituras. Fue así como
accedió a darme clases…”
Los padres de Fernando son originarios de Morelia, Michoacán.
Aquella ciudad, con su célebre Conservatorio de las Rosas,
se erigía como opción. Pero los informes recibidos en
torno de la actividad cultural de Xalapa les hizo tomar la decisión
de llegar a este lugar, además, con la firme determinación
de que debía ser alumno de Corona.
Con este profesor los avances de Fernando han sido extraordinarios.
Ubicado ya en el séptimo semestre, comenta que ha tratado de
avanzar en las materias teóricas, sobre todo en composición
con Siwy, para dedicarse el mayor tiempo posible al instrumento. Se
ha convertido, además, en un especialista en musicografía
por su dedicación a la escritura de música en sistema
braille.
Sólo fue asunto de que Alejandro Corona se percatara del ritmo
de trabajo de Fernando, para iniciar una relación maestro-alumno
que va más allá de la simple identificación artística.
Para Fernando, Corona es un hombre de increíble sensibilidad
y carácter, de enorme coraje y gran amor por la vida. Se ha
propuesto, además, convertirse en el máximo difusor
de la obra de este pianista, “de la misma forma como Corona
se dedicó a difundir la obra de Mario Ruiz Armengol…
Se trata de un artista cuya obra se mantiene vigente durante más
de 20 años, y yo quiero difundirla de una mejor manera”.
Cuando se le pregunta en torno del compositor o estilo que mejor le
acomoda, no lo duda un momento: Bach.
“Yo nunca voy a perderle el gusto a Bach. Mi afición
hacia este maestro surgió desde los 5 años de edad con
Diana Sepúlveda, una antropóloga de Villahermosa que
no pudo estudiar música pero que interpreta el violín
con sorprendente seguridad. Ella me inició en el aprecio por
la obra de este compositor. En el semestre pasado puse varias obras
de Bach, unas Invenciones, pero el maestro Corona me dijo ya párale,
porque no te va a dar tiempo para lo demás. La tarea era poner
solo dos, pero me aventé de la 3 a la 8, y quiero llegar a
las 15 que compuso. Me gusta muchísimo esa creatividad”.
Fernando Apan considera que Bach no tiene paralelo en la historia
de la música; para él se trata del productor de una
obra tan sublime como nunca volverá a conocer la Humanidad.
Se ha propuesto continuar con las suites francesas, con El clavecín
bien temperado, los conciertos y, finalmente, las Variaciones Goldberg.
Fernando quedó afectado permanentemente de la vista desde el
momento en que nació, debido a un parto prematuro. Pero eso
no fue motivo de dolor y llanto para su madre. En lugar de lamentar
la desgracia, se puso a estudiar. Encontró otras madres de
hijos invidentes y ellas le instaron a prepararse para lo que habría
de venir. Juntas integraron un grupo que luego se transformó
en escuela para ciegos, en Villahermosa.
Al interrogarlo en torno de las actuaciones y el desafío que
las mismas representan para todo el que se inicia, Fernando es terminante:
“Dicen que eso funciona como ir quitando el miedo al público,
aunque yo nunca he tenido temor a eso. ¿Por qué? Porque
no veo al público. Por miles que fueran, no me ponen nervioso”.
Fernando habrá de interpretar un movimiento del Concierto en
fa de Haydn, un estilo clasicista que parece sentarle bien y con el
que intentará buenos resultados en su debut ante el máximo
organismo orquestal de Veracruz.
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