Del
25 de agosto al 3 de septiembre la Feria Internacional del Libro
Universitario (FILU) 2006, cuyo tema principal será El agua:
reto planetario del siglo XXI, ofrecerá novedades editoriales
y la oportunidad de conocer y estar más cerca de grandes
intelectuales.
En este marco, Juan Villoro, nacido el 24 de septiembre en el Distrito
Federal, presentará su libro Funerales preventivos, editado
por Joaquín Mortiz, a las 18:30 horas del 26 de agosto en
el Pabellón Central de la FILU, le acompañarán
el caricaturista Patricio y el escritor Rafael Antúnez.
La crítica lo ha aclamado como uno de los mejores escritores
contemporáneos. Fabienne Bradu, crítica literaria,
lo ha calificado como “el campeón de la prosa boxística,
de la frase como gancho en las carnes blandas de la literatura sentimental”.
Miguel Rodríguez Lozano, doctor en literatura mexicana por
la UNAM, afirma que “se distancia de los escritores de su
generación por la forma en que busca desenvolverse como escritor:
parte del cuento al libro de viajes y de éste a la literatura
infantil, hasta llegar a la novela, pasando por el ensayo, la crónica
y la traducción”.
De 1980 al 2006, Villoro, hijo del reconocido filósofo mexicano
Luis Villoro, ha escrito al menos 20 textos de diferentes géneros
y se ha desempeñado como catedrático de las universidades
de Yale, Autónoma de Madrid, Pompeu Fabra de Barcelona y
Nacional Autónoma de México.
En declaraciones vertidas en entrevistas, charlas, crónicas
y relatos se pueden rescatar los maestros en la narrativa de Villoro.
Entre ellos se encuentra Alejandro Rossi, Truman Capote, Adolfo
Bioy Casares, Henry James, Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti,
Catherine Mansfield, Felisberto Hernández, Raymond Chandler,
Jorge Luis Borges, Jean Austin, Gilbert Keith Chesterton y Robert
Louis Stevenson.
Villoro cuenta con un amplio currículum. Estudió Sociología
en la Universidad Autónoma Metropolitana. Condujo el programa
de Radio Educación “El lado oscuro de la luna”
de 1977 a 1981, en el cual plasmó su gusto por la música,
especialmente el rock.
Fue agregado cultural en la Embajada de México en Berlín,
dentro de la entonces República Democrática Alemana,
de 1981 a 1984. Fue director del suplemento “La Jornada Semanal”
de 1995 a 1998, además de impartir talleres de creación
y cursos en instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA) y la UNAM.
Ha colaborado en las revistas Cambio, Gaceta del Fondo de Cultura
Económica, Universidad de México, Crisis, La Orquesta,
La Palabra y el Hombre, Nexos, Vuelta, Siempre!, Proceso y Pauta,
de la cual fue jefe de redacción. Ha escrito también
para los periódicos y suplementos La Jornada, Uno más
uno, “Diorama de la Cultura”, “El Gallo Ilustrado”,
“Sábado”, entre otros.
De 1976 a 1977 fue becario del INBA en el área de narrativa
y del Sistema Nacional de Creadores Artísticos de 1994 a
1996. Obtuvo el premio Cuauhtémoc de traducción en
1988 por Aforismos; el siguiente fue el Xavier Villaurrutia en 1999
por la colección de cuentos La casa pierde, en la que todos
los personajes de Villoro son fracasados y su vida es producto de
una equivocación inicial.
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Dos
años después se hizo acreedor al Premio Mazatlán
de Literatura por su libro de ensayos Efectos personales. Asimismo,
recibió el Premio del International Board on Books for the
Young por su relato para niños El profesor Zíper y la
fabulosa guitarra eléctrica. Todos estos triunfos fueron la
antesala para uno de los máximos galardones de la literatura
hispanoamericana, el Premio Herralde, en su XXII edición, por
su novela El testigo, publicada en el 2004 por la prestigiada casa
editorial Anagrama.
Entre sus obras más representativas encontramos Tiempo transcurrido,
El mariscal de campo, La Máquina de Escribir; La noche navegable,
El cielo inferior, Albercas, Palmeras de la brisa rápida, un
viaje a Yucatán, La alcoba dormida, Autopista sanguijuela,
Los once de la tribu, Efectos personales, El disparo de argón,
Materia dispuesta, Las golosinas secretas, Baterista numeroso y Dios
es redondo. |