A
partir de un convenio de colaboración entre el DIF estatal
y el municipal y el Patronato de la Universidad Veracruzana (UV),
un equipo de universitarios del área de la salud lograron atender
a 200 habitantes de la comunidad Frijol Colorado, municipio de Perote,
en tan sólo un día de trabajo, gracias al Programa Itinerante
de Salud Comunitaria que la Casa de la Universidad en El Conejo, municipio
de Perote, desarrolla en esa región, informó Víctor
Celis, coordinador de esta dependencia.
En este proyecto, la UV aporta el capital humano calificado y el equipo
necesario para realizar la labor en las 21 comunidades del Cofre de
Perote; tanto el DIF Estatal como el municipal aportaron insumos y
medicamentos: “Como universidad no tenemos recursos para adquirir
esta parte, por ello el ayuntamiento aporta –y va a seguir haciéndolo
conforme vayan necesitándose más– esos recursos
materiales. El patronato, por su parte, ha hecho una labor de acopio
de medicamentos muy
importante”, dijo. |
Víctor
Celis Ochoa, coordinador de la Casa de la Universidad El Conejo,
dijo que con el Programa Itinerante de Salud atenderán a
las 21 comunidades del municipio de Perote.
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Víctor Celis explicó que se establecieron varios módulos
mediante los cuales se atendió a los pacientes de forma secuencial.
Primero pasaron por el de recepción, después por el
de medicina, enfermería, laboratorio, nutrición y
por último el de odontología, pero si requería
de asistencia inmediata se le atendía.
En cada uno de los módulos, los pacientes dejaron información
que sirvió para elaborar un diagnóstico: “Gracias
a esto, ahora vamos a tener un diagnóstico de todas las comunidades,
lo que nos va a permitir detectar cuáles son los problemas
más recurrentes en cada una de ellas, de tal forma que cuando
regresemos ya vamos a ir directamente con los grupos que hemos detectado,
por ejemplo, de diabéticos, hipertensos, embarazadas”,
dijo el universitario.
Esto va a permitir –añadió– desarrollar
controles y actividades educativas, implementar tratamientos y llevar
a cabo acciones que tienen que ver con las causas de la enfermedades,
como control de letrinas, calidad del agua, manejo de recursos,
etcétera: “A partir de nuestras bases operativas, que
son la Casa de la Universidad y la Clínica Universitaria,
vamos a continuar atendiendo a las comunidades en un cierto radio
de acción”, explicó Víctor Celis.
“El ámbito de la salud es un catalizador que permite
entrar hasta lo más profundo de la vida de toda una comunidad”,
aseguró Celis Ochoa, quien agregó que este trabajo
abre las posibilidades para enlazar este proyecto con otros que
tengan que ver, por ejemplo, con lo ambiental, la vivienda, alimentación,
género, identidad, etcétera. Esto es que a partir
de un proyecto eje se pueden ir estableciendo los enlaces.
Celis Ochoa dijo que una de las líneas más importantes
que desarrolla la Casa de la Universidad es la de la salud, por
lo que el programa tiene su más grande apoyo en equipo multidisciplinario
de campo: las Brigadas Universitarias en Servicio Social, que para
el funcionario constituyen “el recurso con mayor potencial
de vinculación social que existe en la Universidad”.
Este avance del programa de salud permitió a los integrantes
de la Casa de la Universidad darse cuenta de que la contribución
no sólo es de tipo asistencial sino que se empieza a dar
una relación más profunda, lo cual puede permitir
detonar múltiples actividades a nivel de la organización
y participación de la gente: “Al principio se notó
cierta incredulidad de la población, pero a tan sólo
dos horas de haber iniciado el programa ya estaban participando
plenamente en todas las actividades”.
Al mismo tiempo que se realizaban las brigadas en salud iniciaron
una campaña de limpieza de la zona en la que participaron
los niños de la comunidad, quienes llenaron costales de basura
y el ayuntamiento, por su parte, les repartió desayunos.
Fue una acción muy complementaria; al respecto, Víctor
Celis señaló: “Los proyectos aislados no tienen
ninguna fuerza, de lo que se trata es de la articulación
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