Un
equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, encabezado
por José Aguilera, patentó recientemente un fármaco
que puede utilizarse en el tratamiento del mal de Parkinson, depresión
y otros padecimientos relacionados con el comportamiento. Durante
su conferencia “La toxina tetánica y su capacidad antiapóptica
frente a diversos estreses neuronales”, Aguilera explicó
a alumnos de la Facultad de Ingeniería Química Farmacéutica
Biológica (QFB) de la Universidad Veracruzana (UV) el proceso
por medio del cual llegaron al desarrollo de ese medicamento.
“La toxina que produce el tétanos (neurotoxina) penetra
en las fibras nerviosas motoras periféricas hasta llegar
al sistema nervioso central, por lo que los enfermos de tétanos
tienen una sintomatología muy característica que se
relaciona con el comportamiento: son insomnes, hiperactivos e hiperconscientes”,
explicó Aguilera Ávila.
Agregó que hay un tratamiento sintomático que suaviza
la enfermedad pero que, desafortunadamente, no funciona de manera
específica. Por ello, su investigación se orientó
más que nada hacia el sistema serotoninérgico.
En
el tratamiento del Parkinson
Con excepción de casos raros, el Parkinson se presenta a
partir de los 60 años, es grave ya a los 70 y la persona
muere a los 75 aproximadamente, mencionó Aguilera Ávila,
“pero baste imaginar que cuando aparecieran los primeros síntomas
–que no son muy graves– se le empieza a dar este fármaco
al paciente, y en lugar de que la enfermedad se desarrolle en 10
años lo hará en 20, así esta persona podrá
morir de vejez y no a causa del padecimiento”. Esto le da
al enfermo mayores posibilidades de tener una calidad de vida superior,
por ello el grupo del científico español la propuso
como un “parkinsoniano” muy eficaz, además de
que funciona de manera biológica.
Como
antidepresivo
José Aguilera mencionó también que es muy probable
que el HC funcione en el tratamiento de la depresión, ya
que en ésta la serotonina participa como uno de los más
relevantes neurotransmisores: “A un enfermo de conducta alterada
se le administra Prozac (fluoxetina), porque es directo; la diferencia
con el HC es que aquél lo hace por fuera directamente y este
último lo hace por un mecanismo sofisticado de amplificación,
más fisiológico y efectivo”.
Otra ventaja es que su aplicación no necesita ser diaria
y sí en intervalos más amplios de hasta 15 días
o cada mes: “Esto implica la administración de una
dosis de mantenimiento que podría dar la misma efectividad
y con menos efectos colaterales”.
Un
Caballo de Troya
Con experimentos específicos de biología molecular,
bioquímica y neuroquímica, el equipo de investigación
descubrió que el HC funciona como “Caballo de Troya”.
Esto es que, para entrar a la célula, el HC necesita disfrazarse
de factor de crecimiento, pero actuará con más eficacia.
Una vez que entra, el dominio de la toxina originalmente mata a
la célula, pero ¿qué pasa si antes de que suceda
esto se elimina la acción letal?
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