Año 6 • No. 234 • agosto 21 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Aseguró el representante de la FAO
Malnutrición, hambre y pobreza
son una plaga: Norman Bellino
Alma Espinosa
Atender estos problemas se ve como un gasto y no como inversión: FAO
La malnutrición, el hambre y la pobreza son una plaga, crean malestar y simplemente no se pueden acabar con la implantación de programas sociales y la participación de organizaciones caritativas, porque lo ven como un gasto y no como una inversión, aseguró Norman Bellino, representante de la Food and Agriculture Organization (FAO) de las Naciones Unidas en México, en el II Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, organizado por la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV).

Norman Bellino, representante de la FAO en México, en el II Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Las sociedades, como la mexicana, se preocupan por el presupuesto para la infraestructura, pero no toman en cuenta programas que dignifiquen al ser humano y que le dé las herramientas suficientes para conseguir sus propios recursos, lo que se convertiría en una verdadera inversión, resaltó.

En la sala de videoconferencias de la USBI, Norman Bellino dijo que existe un acceso real a los alimentos, pero lo que no hay es el acceso económico para adquirirlos. “Tenemos alimentos suficientes para toda la población de poco más de 6 mil millones, pero cerca de unos mil millones de habitantes viven con menos de dos dólares al día, por lo que no pueden tener acceso a estos alimentos. Es un problema real sobre el cual la FAO se ha pronunciado fuertemente”, explicó.
Agregó que existen empresas multinacionales que encuentran en la biogenética el remedio idóneo para acabar con el hambre de África en 48 horas, pero si la gente no tiene posibilidad de tener un empleo y por ende recursos económicos no se tendrán buenos resultados. “Ninguna empresa les va regalar la comida. Además, una solución así sería contraproducente porque quebrarían los pocos agricultores que ya están trabajando”, asentó.

Otras propuestas se han escuchado desde las Cumbres Internacionales, pero no han conseguido los resultados deseados. Un ejemplo de ello es la Cumbre Mundial de Alimentación celebrada en 1996 en Roma. Los jefes de Estado acordaron que de ese año al 2015 se debería disminuir a la mitad las personas que padecen hambre en el planeta.

No obstante, en el 2002 se dieron cuenta que no estaba funcionando la iniciativa a pesar de que se hicieron compromisos y se firmaron acuerdos frente a decenas de representantes de los medios de comunicación del mundo. Lo que se necesita es una verdadera voluntad política.

Esta voluntad, aseguró, la ha podido ver en algunos sectores de México. “Lo he visto en las comunidades más pequeñas donde realmente la gente quiere lograr algo y lo hace aunque no estén beneficiadas con insumos. También he conocido comunidades que han tenido un enfoque paternalista que los hace perpetrar en su propia miseria”, aseguró el representante.