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Aseguró
el representante de la FAO
Malnutrición, hambre y pobreza
son una plaga: Norman Bellino
Alma Espinosa |
Atender
estos problemas se ve como un gasto y no como inversión: FAO |
La
malnutrición, el hambre y la pobreza son una plaga, crean malestar
y simplemente no se pueden acabar con la implantación de programas
sociales y la participación de organizaciones caritativas,
porque lo ven como un gasto y no como una inversión, aseguró
Norman Bellino, representante de la Food and Agriculture Organization
(FAO) de las Naciones Unidas en México, en el II Foro Nacional
para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, organizado por la Facultad
de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV). |
Norman
Bellino, representante de la FAO en México, en el II Foro
Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
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Las
sociedades, como la mexicana, se preocupan por el presupuesto para
la infraestructura, pero no toman en cuenta programas que dignifiquen
al ser humano y que le dé las herramientas suficientes para
conseguir sus propios recursos, lo que se convertiría en una
verdadera inversión, resaltó.
En la sala de videoconferencias de la USBI, Norman Bellino dijo que
existe un acceso real a los alimentos, pero lo que no hay es el acceso
económico para adquirirlos. “Tenemos alimentos suficientes
para toda la población de poco más de 6 mil millones,
pero cerca de unos mil millones de habitantes viven con menos de dos
dólares al día, por lo que no pueden tener acceso a
estos alimentos. Es un problema real sobre el cual la FAO se ha pronunciado
fuertemente”, explicó. |
Agregó que existen empresas multinacionales que encuentran
en la biogenética el remedio idóneo para acabar con
el hambre de África en 48 horas, pero si la gente no tiene
posibilidad de tener un empleo y por ende recursos económicos
no se tendrán buenos resultados. “Ninguna empresa les
va regalar la comida. Además, una solución así
sería contraproducente porque quebrarían los pocos agricultores
que ya están trabajando”, asentó.
Otras propuestas se han escuchado desde las Cumbres Internacionales,
pero no han conseguido los resultados deseados. Un ejemplo de ello
es la Cumbre Mundial de Alimentación celebrada en 1996 en Roma.
Los jefes de Estado acordaron que de ese año al 2015 se debería
disminuir a la mitad las personas que padecen hambre en el planeta.
No obstante, en el 2002 se dieron cuenta que no estaba funcionando
la iniciativa a pesar de que se hicieron compromisos y se firmaron
acuerdos frente a decenas de representantes de los medios de comunicación
del mundo. Lo que se necesita es una verdadera voluntad política.
Esta voluntad, aseguró, la ha podido ver en algunos sectores
de México. “Lo he visto en las comunidades más
pequeñas donde realmente la gente quiere lograr algo y lo hace
aunque no estén beneficiadas con insumos. También he
conocido comunidades que han tenido un enfoque paternalista que los
hace perpetrar en su propia miseria”, aseguró el representante. |
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