Año 6 • No. 238 • septiembre 18 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
Sergio Pitol en La Palabra y el Hombre

Germán Martínez Aceves
El año que vivimos, el 2006, dejando al margen los lamentables sucesos políticos, muy bien podríamos bautizarlo como el año Sergio Pitol, periodo en que el distinguido miembro de nuestra comunidad universitaria recibió el Premio Cervantes en el mes de abril y a partir de ahí ha sido objeto de una cascada de reconocimientos por parte del Gobierno del estado de Veracruz, del municipio de Xalapa y de la Universidad Veracruzana pero, sobre todo, de sus asiduos lectores y sus amigos.

Fue precisamente la Editorial de la UV la que dio luz al primer libro de cuentos con atmósfera pitoliana, Infierno de todos. A partir de ese momento, una parte de la producción de don Sergio quedó plasmada en la fundamental revista La Palabra y el Hombre.

Justo en medio de la vorágine de reconocimientos, el maestro José Luis Rivas se dio a la tarea, junto con Rodolfo Mendoza, Jesús Guerrero y Porfirio Castañeda, de recabar los textos de Sergio Pitol publicados en La Palabra y el Hombre entre 1960 y 2003, para ofrecernos 43 años de la impronta marcada por el amor a la literatura, a los viajes y al encuentro con escritores poco conocidos en su momento en nuestro país.

El maestro Pitol incluso dirigió la revista en 1967 y en honor a ese año, la edición monográfica que se presenta con el cariñoso nombre de Sergio Pitol en casa, se diseñó al estilo sesentero que incluye una viñeta realizada por Juan Soriano en un retrato del autor de El arte de la fuga, tal vez un pájaro que no conoce el límite del espacio al volar en sus innumerables viajes.

El prólogo a este número especial lo escribió Christopher Domínguez, el implacable crítico de literatura quien apunta: “no es fácil hablar de Pitol y no lo es porque es de los escritores que, junto con sus cuentos y novelas, ofrecen, inseparablemente, su poética, en este caso un curso de literatura europea donde un mismo escritor es a la vez el maestro y el ejemplo…”

Sergio Pitol en casa contiene los ensayos: “El universo de Bruno Schulz”, escritor polaco de “obras tan despiadadas, tan implacables y desesperanzadas”; “Una imagen feminista de comienzos del siglo xix” a través de la mirada de Jean Austen; Fortunata y Jacinta, un escrito alrededor de la obra de Benito Pérez Galdós; “Las pirámides son estelas, que son plataformas, que son columnas, que son volcanes” en donde Pitol dibuja el quehacer del diseñador y pintor Vicente Rojo; “La escritura y la vida”, un lúcido escrito del maestro quien confiesa: “Mi aprendizaje es el resultado de una lectura inmoderada de cuentos y novelas, de mis empeños como traductor y del estudio de algunos libros sobre aspectos de la novela”; “Pedro Henríquez Ureña” es un ensayo en que habla del pensador del México de inicios del siglo xx y los comentarios que vierte Jorge Luis Borges; en “Carlos Fuentes: el tiempo y sus misterios” hace una revisión compacta del escritor de La región más transparente; mientras que en “Homenaje a Augusto Monterroso” y “Saludo a Augusto Monterroso” expresa su admiración por el escritor guatemalteco; en “El imaginario literario y las identidades” muestra sus preocupaciones sobre las migraciones en el mundo; y finaliza con “Recuerdo de Sergio Galindo” en una conversación con Guillermo Villar.

Las páginas de este número memorable se engalanan con la creación de Sergio Pitol que incluye los relatos La pantera, El regreso, Hora de Nápoles, Un hilo entre los hombres, Para una exposición, El encuentro nupcial, Asimetría y Los cuadernos de Orión.

Otra de las facetas apasionantes del maestro Pitol es la traducción y aquí nos revela su descubrimiento y admiración por autores polacos como Kasimierz Brandys, Jaroslaw Iwaszkiewicz, Jean Kot, Jerzy Andrzejewski, Witold Grombowicz, la poeta inglesa Edith Sitwell, así como E.M. Forster y Michel Leiris.

Nos ofrece también un par de reseñas a libros de Lawrence Durrell y Angus Wilson, así como el discurso que pronunció Pitol al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana y finaliza con una entrevista que le realiza Rodolfo Mendoza.

“Escribir ha sido para mí, si se me permite emplear la expresión de Bajtín, dejar un testimonio personal de la constante mutación del mundo”, y así lo demuestra en este número de colección donde el arte de la fuga, el amor por las novelas y los cuentos, el encuentro con escritores asombrosos y sus viajes inagotables son la divisa de Sergio Pitol en casa. Este número especial de La Palabra y el Hombre, agosto 2006, se encuentra en el Servicio Bibliográfico Universitario, Xalapeños Ilustres 37 o en la Dirección General Editorial en su nueva casa, Hidalgo 9.